Algunos microbios emisores de gases en el tracto intestinal pueden determinar nuestra propensión para acumular kilos de más, conduciendo a la presencia de metano o hidrógeno en el aliento
El contenido de la respiración de una persona puede indicar el grado de susceptibilidad al aumento de peso, según un reciente estudio aceptado para su publicación en ‘Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism’.
Las personas cuya respiración tiene altas concentraciones de hidrógeno y metano son más propensas a mayor índice de masa corporal y porcentaje de grasa corporal, puesto que la combinación de los dos gases señala la presencia de un microorganismo que puede contribuir a la obesidad, según este estudio.
Una persona exhala grandes cantidades de gases de hidrógeno y el metano cuando un microorganismo llamado Methanobrevibacter smithii (M. smithii) coloniza el tracto digestivo. La investigación anterior ha demostrado que M. smithii es el organismo predominante en el tracto gastrointestinal humano responsable de la producción de metano.
«Normalmente, la colección de microorganismos que viven en el tracto digestivo de los seres humanos es equilibrado y beneficiosa, ayudándoles a convertir los alimentos en energía», explicó el autor principal, Ruchi Mathur, director del Centro de Tratamiento Ambulatorio y de Educación de la Diabetes de la División de Endocrinología en el Hospital Cedars-Sinai en Los Ángeles (Estados Unidos). «Cuando M. smithii se convierte en sobreabundante, sin embargo, puede alterar el equilibrio de una manera que hace al huésped humano más propenso a ganar peso y acumular grasa», agrega.
M. smithii busca hidrógeno a partir de otros microorganismos y lo utiliza para producir metano, que es finalmente exhalado.
Los investigadores teorizan que M. smithii consume el hidrógeno producido por otros microorganismos en el intestino. Los niveles bajos de hidrógeno, a su vez, aumentan la fermentation en el sistema digestivo, lo que le permite al cuerpo la absorción de más nutrientes y más energías, o calorías, a partir de los alimentos, lo que fomenta el aumento de peso y la obesidad en el huésped humano, además de que estos microorganismos también pueden desempeñar un papel en la señalización y regulación de insulina.
Fuente: Scientific American y Europa Press. Aportado por Eduardo J. Carletti
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