Hace catorce años comencé a leer ciencia ficción. Era un lector solitario, no compartía las ideas que me generaban los libros de CF. Ahora es muy diferente: tengo los interlocutores que necesito para hacerme notar las deficiencias de un libro que leí, que por uno u otro motivo no puedo ver y, más importante aún, puedo compartir lo que escribo para que sea criticado desde distintos puntos de vista. Invito a esos lectores solitarios --entre los asiduos a nuestra revista estoy seguro de que los hay-- a reunirse, a cambiar ideas. Ustedes ya saben donde nos reunimos.
Altamirano me revolotea para ver si puede sacarme algunas palabras. Me considera una "Ave Rara". Esta sección nació con la idea de que los lectores conozcan a nuestros colaboradores. Yo me resisto al reportaje heroicamente arguyendo mil razones. Una de ellas: es que me conocerán a través de las editoriales. Puesto que los colaboradores son finitos y, algunos renegamos a exponernos bajo su microscopio aviano, podríamos suponer que la sección tiene un fin cercano. Le he sugerido a Altamirano que amplíe el círculo de sus vuelos, que trascienda los portales de nuestro nido para migrar con Aves Raras hacia otros hábitats. Pero él también se resiste, el tiempo dirá.
En este número una visión sobre autores españoles. Como me comentaba alguno de los colaboradores tres cuentos es un magro panorama. Yo pienso que es suficiente para generar en el lector despierto e interesado la curiosidad o el deseo de acercarse a los medios en que se consiguen relatos de autores Españoles.
El fandom Español es diverso y activo. La colección NOVA --dirigida por Miquel Barceló--, los libros de Minotauro, los de la editorial Timus Mas, y ahora, la nueva colección de Plaza & Janés --dirigida por Marcial Souto--, como una gran cantidad de revistas profesionales y de aficionados, las listas de discusión por correo electrónico, conforman el alimento de un fandom creciente.
Observando desde muy lejos el fandom de España, veo que tienen sus diferencias pero no impide que trabajen aunando esfuerzos para mejorar sus productos literarios. No puedo dejar de mirar hacia la Argentina y las odiosas comparaciones me surgen espontáneamente. ¿Por qué no podemos tener ese efervescente movimiento? ¿Por qué no podemos disponer de esa diversidad de actividades? La respuesta es evidente: nuestros problemas económico-sociales nos ponen contra la pared a la hora de actuar. Es cierto, pero no nos justifica.
Hace un tiempo que estoy pensando qué es lo que pasa con la ciencia ficción en Argentina, con el fandom más precisamente. Nosotros, desde nuestra revista, hacemos lo que está en nuestras manos: publicar autores jóvenes, anunciar concursos y eventos, conectar a gente con intereses mutuos. Pero no es suficiente y vuelvo al tema del comienzo de esta editorial: la participación activa de todos es necesaria para generar la diversidad que haga ricos los intercambios.
¡Disfruten de la revista!