El robot Curiosity tantea la roca con su herramienta de perforación

La fresa del taladro del robot dio golpecitos breves, sin rotación, en una losa plana de roca en el suelo del cráter Gale, la enorme concavidad donde aterrizó el pasado agosto

Las imágenes tomadas antes y después de la operación revelan la hendidura que dejó la acción de la herramienta.

Aunque los vehículos robóticos anteriores han raspado la superficie de las rocas, el Curiosity es el primero en tener herramientas con la capacidad de perforarlas para analizar su interior.

Los ingenieros de la agencia espacial estadounidense (NASA) están utilizando un criterio de progreso paso a paso para el procedimiento. Tienen que comprobar si tanto la roca como la broca se comportan como se esperaba.

Si la losa elegida se considera adecuada, es probable que se perforen una cantidad de agujeros de prueba, mediante rotación y también percusión, antes de recoger una muestra en polvo y llevarla a los laboratorios a bordo de Curiosity.

La misión de este robot es tratar de determinar si la zona del cráter Gale ha tenido alguna vez en el pasado un ambiente que pudiese albergar vida bacteriana.

Obtener un detalle de la composición de las rocas es fundamental para la investigación, ya que los depósitos en el cráter retienen un registro geoquímico de las condiciones en que se formaron. Una perforación de unos pocos centímetros dentro de una roca proporcionará una muestra reciente libre de la alteración que puede ocurrir en la superficie como resultado de la erosión o la radiación.

Curiosity aterrizó en el planeta rojo el 6 de agosto del año pasado. Desde entonces, se ha movido hacia el este de su punto de aterrizaje, a una ubicación que las imágenes de satélite habían identificado como una intersección de tres terrenos geológicos distintos.

El robot se encuentra en una pequeña depresión denominada Yellowknife Bay (Bahía Yellowknife). La roca seleccionada para la primera perforación es una roca sedimentaria de grano muy fino que tiene vetas de lo que parece ser sulfato de calcio. Esta roca también tiene un nombre, John Klein, en honor de un ingeniero de la NASA recientemente fallecido que trabajó en el proyecto rover.

Los científicos están entusiasmados con el progreso de la misión hasta ahora. Muchas de las rocas, como las que se encuentran en Yellowknife Bay, muestran una clara evidencia de deposición o alteración causadas por el agua.

Poco antes de rodar dentro de la bahía, el Curiosity identificó conglomerados que contienen pequeños clastos redondeados, guijarros llamados canto rodado, lo que indica la presencia de agua corriendo rápido en el pasado, muy probablemente en una red de arroyos.

Fuente: BBC News. Aportado por Eduardo J. Carletti

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