Las historias son siempre similares: un adicto al crack está corriendo por la calle, semidesnudo y delirante, enfrentando agresivamente a cualquiera que se interpone en su camino. Se necesita una docena de agentes de policía para someterlo y evitar que huya, y en ese momento se derrumba y muere
Son tan raras estas muertes que a menudo se culpa a la policía de brutalidad y los oficiales son llevados ante los tribunales. Pero ahora los investigadores creen que estos hechos son resultado de una rara enfermedad llamada «delirio excitado».
Anecdóticamente, los médicos utilizan el término para describir un estado en el que una persona se convierte en alguien agitado y combativo, con fuerza sobrehumana y una elevada temperatura corporal. Sin embargo, la Asociación Médica Americana (American Medical Association) no reconoce la enfermedad, lo que ha llevado a decir que no existe y no es más que un pretexto utilizado por la policía.
Para investigar los mecanismos que podrían subyacer en esta enfermedad, Deborah Mash y colegas de la Universidad de Miami en Florida analizaron muestras de tejido cerebral de 90 casos de muerte súbita en la que la persona había exhibido signos de delirio excitado.
El equipo identificó dos marcadores biológicos comunes a las 90 personas (Internacional de Ciencias Forenses, DOI: 10.1016/j.forsciint.2009.05.012). La primera fue una disminución de los transmisores de dopamina —proteínas incorporados en las membranas de las células nerviosas del cerebro que limpian los excesos de dopamina— comparando gente que había muerto por una sobredosis de cocaína y personas que murieron de causas naturales o trauma, libres de drogas.
La cocaína y otros estupefacientes, así como el estrés extremo, pueden causar un aumento de la dopamina. Así que si alguien que está utilizando cocaína o está bajo condiciones de estrés tiene menos transmisores que lo normal, su cerebro acabaría inundado de dopamina, dice Mash. La dopamina extra podría causar un mal funcionamiento del corazón y problemas para regular la temperatura corporal, lo que lleva a la muerte. Tanto si se trata de estrés ambiental o por crack en pipa, están por saltarle los fusibles.
El segundo biomarcador fue un aumento en la expresión de proteínas de choque térmico. Si se pudiese demostrar que una persona se «quemó» midiendo esta proteína durante una autopsia, podría ayudar al diagnóstico.
Jared Strote, un médico en la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en Seattle, dice que los biomarcadores sugieren que el delirio exitado es un fenómeno médico, pero su presencia no libera a la fuerza de policía de ser un factor que contribuye a estas muertes. Ciertas combinaciones de acciones policiales pueden ser suficiente para empujar la gente más allá de un límite, dice.
Fuente: New Scientist. Aportado por Eduardo J. Carletti
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