Las abejas ven el mundo casi cinco veces más rápido que los humanos, según una nueva investigación de científicos de la Universidad Queen Mary de Londres
Esto da a estas especies la visión de color más rápida de todo el reino animal, lo que les permite navegar fácilmente por los arbustos con sombra para encontrar comida, escribe el doctor Peter Skorupski y el profesor Lars Chittka en el Journal of Neuroscience.
La capacidad de ver a alta velocidad es común en los insectos que vuelan rápido, lo que les permite escapar de los depredadores y atrapar a sus compañeros en pleno vuelo. Sin embargo, hasta ahora no se sabía si la visión de las abejas a todo color era capaz de mantenerse con su vuelo de alta velocidad. Esta investigación arroja nueva luz sobre el asunto; lo que sugiere que, aunque más lenta, también es casi el doble de rápida que la visión humana.
El doctor Skorupski, quien llevó a cabo el trabajo a la investigación en el Centro de Psicología de la Escuela de Ciencias Biológicas y Químicas de la Universidad Queen Mary dice: «No podemos seguir fácilmente con nuestros ojos un vuelo a gran velocidad de un insecto, pero ellos pueden seguirse unos a otros, gracias a su muy rápida visión. Cuán rápido puedes ver depende de la rapidez con que las células del ojo pueden captar instantáneas del entorno y enviarlas al cerebro. La mayoría de insectos voladores pueden ver mucho más rápido que los seres humanos, por ejemplo, para evitar ser aplastados.
Los abejorros usan su visión de color avanzada en muchos aspectos. El doctor Skorupski explica: «Las abejas fueron los primeros animales que los científicos demostraron que tenían visión de color, y han demostrado que hacen un buen uso de esta cualidad, navegando entre zonas de sombra e iluminadas, reconociendo formas como la entrada de su colmena y, en particular, encontrando el néctar que precisan para procrear por el color de las flores».
Los experimentos demuestran que las abejas queman más energía para ver en color de lo que sería preciso para ver en monocromo (blanco y negro), lo que plantea interrogantes sobre cómo sacarle el máximo partido. «La energía de las abejas no se puede utilizar con frivolidad, ya que la necesitan en buena parte sólo para sobrevivir. Parece que sólo ven colores en la mitad de la velocidad con que ven la luz blanca, algo que les da suficiente detalle para encontrar sus flores favoritas y navegar de vuelta a casa», sugiere el doctor Skorupski.
Fuente: EP. Aportado por Eduardo J. Carletti
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