Un sistema planetario extraordinariamente poblado de planetas está aportando claves fundamentales para entender por qué la mayoría de los sistemas planetarios encontrados tienen una apariencia distinta a nuestro Sistema Solar
Usando datos de la misión espacial Kepler de la NASA, los científicos están investigando las características de KOI-500, un sistema planetario en el que se “empaquetan” cinco planetas en una región menor a una doceava parte del tamaño de la órbita terrestre. El Dr. Darin Ragozzine, investigador postdoctoral de la Universidad de Florida, presentó nuevos datos sobre este sistema en el encuentro anual de la División de Ciencias Planetarias de la Sociedad Astronómica Americana, celebrado el pasado martes en Reno (Nevada).
KOI-500 es un sistema planetario extraordinariamente compacto, albergando cinco planetas cuyos “años” tienen una duración de apenas 1,0; 3,1; 4,6; 7,1 y 9,5 días terrestres. “Los cinco planetas giran alrededor de su estrella dentro de una región con un área 150 veces más pequeña que la órbita terrestre, a pesar de contener más material que varias Tierras (el tamaño de los planetas oscila entre 1,3 y 2,6 veces el de la Tierra). Siguiendo esta dinámica podríamos introducir otros 10 planetas más, y todos cabrían holgadamente dentro de la órbita terrestre”, afirma Ragozzine. KOI-500 se encuentra a unos 1.100 años luz, en la constelación de Lira, el Arpa.
La misión Kepler de la NASA busca exoplanetas (planetas que orbitan otras estrellas) observando alrededor de 160.000 estrellas simultáneamente e identificando pequeñas disminuciones en el brillo de las estrellas, atribuibles a las sombras provocadas por los distantes planetas. Kepler ha supuesto una nueva etapa en el estudio de los exoplanetas, descubriendo cientos de sistemas planetarios que albergan gran cantidad de planetas en espacios relativamente próximos. Estos descubrimientos incluyen una nueva y sorprendente población de sistemas planetarios que contienen diversos planetas en un espacio muy reducido alrededor de sus estrellas de referencia. KOI-500 es el más compacto de todos ellos.
“Teniendo en cuenta la estructura de este sistema planetario, podemos concluir que los planetas no se formaron en sus posiciones actuales. Los planetas estaban originariamente más dispersos y han ido migrando hasta alcanzar la configuración ultracompacta que podemos ver ahora”, afirma Ragozzine.
A pesar de que las recientes teorías sobre la formación de los planetas gigantes de la zona externa del Sistema Solar incluyen también la posibilidad de desplazamientos durante su proceso de formación, todavía no está claro cómo pudieron evitar este hecho los planetas de la zona interna, incluyendo la Tierra.
Kepler-11 es un ejemplo de una estrella similar al Sol alrededor de la cual
orbitan apretadamente seis planetas. A veces, dos o más planetas pasan a la
vez por delante de la estrella, como se muestra en esta concepción artística
de un tránsito simultáneo de tres planetas que observó la nave espacial Kepler
de la NASA el 26 de agosto de 2010. Crédito de la imagen: NASA / Tim Pyle
Utilizando los datos de Kepler, los astrónomos pueden medir los tamaños y las órbitas de los planetas que orbitan alrededor de estrellas similares al Sol de una forma mucho más precisa que nunca, dando lugar al nacimiento de un nuevo subcampo de estudio. En el caso de de KOI-500, los planetas están tan cerca unos de otros que su mutua gravedad empuja y tira a la vez de sus órbitas, provocando ligeros cambios en los tiempos en que los planetas pasan por delante de su estrella de referencia. Detectando este efecto, el Dr. Ji-Wei Xie, investigador postdoctoral en la Universidad de Nanjing y la Universidad de Toronto, confirmó recientemente que los dos candidatos que orbitan más lejos en KOI-500 eran en realidad planetas.
El estudio de Ragozzine, aún sin publicar, va todavía más lejos, confirmando la existencia de más planetas y concretando sus masas y órbitas. Además, cuatro de los planetas que orbitan KOI-500 siguen órbitas síncronas alrededor de su estrella de referencia en un único sentido (ningún otro sistema conocido presenta una configuración similar). El trabajo realizado por Ragozzine y sus colaboradores propone que el desplazamiento planetario ayudó a sincronizar los planetas. “Calculando con precisión la delicada alineación de los planetas en este sistema extraordinariamente poblado, Kepler nos ofrece indicios en la formación de KOI-500 y otros sistemas planetarios compactos”, afirma Eric Ford, profesor adjunto de astronomía en la Universidad de Florida y colaborador del estudio.
“Como el sistema más empaquetado de una nueva población compacta de planetas, KOI-500 se convertirá en la piedra angular para futuras teorías que intenten describir cómo se forman estos sistemas planetarios”, indica Ragozzine. “A partir de los conocimientos adquiridos de estos sistemas aparecerá una nueva generación de teorías para explicar por qué nuestro sistema solar se desarrolló de forma tan diferente”.
Fuente: Astrobiology Magazine. Aportado por Eduardo J. Carletti
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