Muchos de los objetos que se encuentran hoy en el cinturón de asteroides, situado entre las órbitas de Marte y Júpiter, se pueden haber formado en los límites externos del Sistema Solar, según un equipo internacional de astrónomos dirigido por los científicos de Southwest Research Institute (SwRI)
El equipo utilizó simulaciones numéricas para mostrar que algunos objetos semejantes a cometas que están en un disco fuera de la órbita de los planetas fueron dispersados por todo el Sistema Solar y dentro del cinturón de asteroides durante una violenta fase de evolución planetaria.
Normalmente, el Sistema Solar se considera un lugar de relativa estabilidad, con cambios que ocurren gradualmente a lo largo de cientos de millones a miles de millones de años. Nuevos modelos de la formación de los planetas indican, sin embargo, que en determinados momentos la arquitectura del Sistema Solar experimentó cambios dramáticos.
En particular, ahora parece probable que aproximadamente 3.900 millones de años atrás, los planetas gigantes de nuestro Sistema Solar —Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno— se reorganizaron en un tumultuoso espasmo. «Este último acontecimiento importante en la formación de los planetas parece haber afectado a casi todos los rincones del Sistema Solar», dice el autor principal Dr. Hal Levison de SwRI.
La prueba clave de este evento se identificó por primera vez en las muestras traídas de la Luna por los astronautas de las misiones Apolo. Ellas nos hablan de un antiguo bombardeo cataclísmico en el que grandes asteroides y cometas llovieron sobre la Luna.
Los científicos reconocen ahora que este evento no se limitó a la Luna, sino que también afectó a la Tierra y a muchos otros cuerpos del Sistema Solar. «La existencia de vida en la Tierra, así como las condiciones que han hecho a nuestro mundo habitable para nosotros, están estrechamente vinculadas a lo que pasó en este tiempo lejano», afirma el Dr. David Nesvorny de SwRI.
Las mismas condiciones dinámicas que devastaron planetas también llevaron a que algunos posibles «impactadores» fueran capturados dentro del cinturón de asteroides. «En la película clásica Casablanca, todo el mundo va al café de Rick. Al parecer, en todo el Sistema Solar, el lugar preferido de los pequeños objetos es el cinturón de asteroides», dice el Dr. William Bottke de SwRI.
Una vez que estuvieron en el cinturón de asteroides, los objetos similares a cometas que se agregaron comenzaron a golpearse entre sí y con los asteroides.
«Nuestro modelo muestra que los cometas se rompen de manera relativamente fácil cuando son afectados por algo, al menos en comparación con los asteroides típicos. Es inevitable que algunos de los desechos hayan caído en asteroides, la Luna y la Tierra. De hecho, algunos de los restos todavía pueden llegar hoy en día», dice el Dr. Alessandro Morbidelli del Observatorio de la Costa Azul en Niza, Francia.
El equipo cree que la sorprendente similitud entre algunos de los micrometeoritos que caen en la Tierra y las muestras de cometas devueltas por la misión Stardust de la NASA no son accidentales. «Ha habido muchos debates acerca de la naturaleza de los micrometeoritos que llegan a la Tierra», dice el Dr. Matthieu Gounelle del Museo Nacional de Historia Natural de París. «Algunos creen que son asteroidales, mientras que otros sostienen que son cometas. Nuestro trabajo sugiere que en cierto sentido, ambas opiniones pueden ser correctas».
«Algunos de los meteoritos que alguna vez residieron en el cinturón de asteroides muestran signos de que se vieron afectados 3.500 a 3.900 millones de años atrás. Nuestro modelo nos permite ver que se vieron afectadas por los cometas capturados o quizás por sus fragmentos», añade el Dr. Kleomenis Tsiganis de la Universidad Aristóteles de Tesalónica, Grecia. «Si es así, nos cuentan la misma intrigante historia que las muestras lunares, es decir, que el Sistema Solar al parecer se volvió loco y resultó reconfigurado hace unos 4.000 millones de años».
En general, el cinturón principal de asteroides contiene una sorprendente diversidad de objetos, que van desde primitivas mezclas de hielo y roca a rocas ígneas.
El modelo estándar utilizado para explicar esto asume que la mayoría de los asteroides se formaron en un disco primordial que experimentó cambios químicos radicales dentro de esa zona. Este modelo demuestra, sin embargo, que la diversidad observada en el cinturón de asteroides no es un reflejo directo de la variación en la composición intrínseca del disco proto-planetario. Estos resultados cambian fundamentalmente nuestra visión del cinturón de asteroides.
Se obtendrán pruebas adicionales de este modelo a partir del estudio de los meteoritos, el cinturón de asteroides, la formación de los planetas y la Luna. «La Luna y el cinturón de asteroides podría ser el lugar más accesible en el sistema para comprender esta parte crítica de la historia del Sistema Solar», dice Levison.
«Creemos que las evidencias clave que nos dan estos cuerpos fríos y sin aire nos puede ayudar a solucionar el caso no resuelto más grande de todos los tiempos»
El artículo, «The Contamination of the Asteroid Belt by Primordial Trans-Neptunian Objects» (La contaminación del cinturón de asteroides por objetos primordiales transneptunianos»), de Hal Levison, William Bottke, Alessandro Morbidelli, Matthieu Gounelle, David Nesvorny y Kleomenis Tsiganis, se publicó en el ejemplar del 16 de julio de la revista Nature.
La financiación de esta investigación fue proporcionada por el programa «Outer Planets Research and Origins of Solar Systems» de la NASA. El Lunar Science Institute de la NASA aportó apoyo adicional.
Se encuentra disponible una animación que acompaña esta historia en http://www.swri.org/press/2009/asteroid.htm
Fuente: SwRI News. Aportado por Eduardo J. Carletti
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