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Perú: descubren 150 momias de una antigua civilización desconocida en el desierto de Atacama

Un equipo de arqueólogos de universidades de Polonia, Perú y Colombia han descubierto 150 momias en el desierto de Atacama que pertenecen a una cultura desconocida anterior a la civilización Tiwanaku e Inca en casi 500 años

Los cuerpos fueron momificados naturalmente por ser enterrado directamente en la arena sin estructuras de piedra, envueltos en velos de algodón, esteras de junco o las redes de pesca, y la datación por radiocarbono indica que las momias más antiguas proceden del siglo 4º dC, mientras que las momias más recientes son del siglo 7º dC.

Momias de una cultura desconocida encontrado enterrado en el delta del Río Tambo. Una momia tiene un arco y todos están envueltos en sudarios y alfombrillas. Proyecto Tambo, de la Universidad de Wroclaw


Primer plano de una momia enterrada con algunos objetos pequeños. Proyecto Tambo, de la Universidad de Wroclaw

Se cree que la civilización Tiwanaku ha existido entre 500 dC y 1000 dC, abarcando gran parte de lo que es el Perú y Chile en la actualidad.

En virtud del proyecto Tambo, el equipo ha estado excavando en el delta del río Tambo en la región norte del desierto de Atacama desde el año 2008 y las primeras momias fueron encontradas en 2012, pero hubo que esperar hasta marzo 2014 para que el equipo lograra grandes descubrimientos.

Una cubierta que cubre una momia en el Proyecto Tambo Río Tambo delta, Universidad de Wroclaw

Una momia enterrada con ajuares varias, incluyendo un proyecto de olla bellamente pintado. Proyecto Tambo, Universidad de Wroclaw

Junto con los cuerpos en fosas individuales, los arqueólogos encontraron numerosos objetos funerarios, tales como armas tipo arcos y aljabas con flechas con puntas de obsidiana; cabezas y mazas con remates de piedra o cobre.

También había herramientas para tejer ricamente decoradas, joyas hechas de tumbaga (una aleación de oro y cobre) y cobre, cañas de mimbre unidas a las orejas de los muertos y cerámica intacta y hermosa.

Una colección de cerámica y otros objetos funerarios. Proyecto Tambo, de la Universidad de Wroclaw

Según el profesor Józef Szykulski, líder del proyecto de investigación de la Universidad de Wroclaw, las momias son de un pueblo prácticamente desconocido, y los arcos son un hallazgo particularmente interesante que posiblemente simbolice poder, lo que podría significar que las personas enterradas en el delta del río Tambo fueron de la nobleza o la élite de la sociedad.

Un primer plano de la momia enterrada con un arco, que es, posiblemente, un símbolo del poder, del Proyecto Tambo, Universidad de Wroclaw

«Los arcos son muy raros en los hallazgos de la zona del Perú. Los hemos visto, sin embargo, en las zonas más al sur como Chile, y más hacia el este de la Amazonia. La cuestión, sin embargo, requiere un estudio más profundo,» dice Szykulski.

En una tumba, los arqueólogos incluso encontraron los restos de una llama, lo que significaría que el animal había sido traído a la región mucho antes de lo que se pensaba.

«Los entierros de llamas son muy comunes en las culturas precolombinas», dice Szykulski.

«Hemos aprendido mucho acerca de para qué habría sido utilizado el equipo, como cestas y redes de pesca, lo que estas personas estaban haciendo, que era la agricultura y la pesca, cómo se vestían, qué adornos que llevaban, e incluso cómo se peinan el cabello.»

Algunas de las joyas recuperadas de los entierros del proyecto Tambo, de la Universidad de Wroclaw

Los arqueólogos polacos regresarán a Perú en octubre para nuevas excavaciones, tanto en el cementerio donde se encuentran las momias desconocidos como en un cementerio adyacente donde se encontraron enterramientos pertenecientes a individuos de la civilización Tiwanaku.

Una momia en una posición acurrucada, que parece tener un cráneo alargado. Proyecto Tambo, Universidad de Wroclaw

No se cree que el pueblo de Tiwanaku se haya aventurado tan lejos como el delta del río Tambo, y el descubrimiento de estas tumbas ayudarán a aumentar la comprensión de las civilizaciones precolombinas en Perú.

 

 

El Proyecto Tambo es un esfuerzo conjunto entre la Universidad de Breslavia, Universidad de Szczecin, la Universidad de Poznan, Universidad de Silesia, el Museo Arqueológico de Glogów, Universidad Católica de Santa María en Arequipa, Universidad Nacional de Ica, la Universidad Central, en Bogotá (Colombia) de la Universidad Jagellónica y la Universidad de Lodz.

Imágenes en gran tamaño y artículo original.

Fuente: International Business Times. Aportado por Eduardo J. Carletti

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Las tres "manos" del linaje neandertal

Científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, en Burgos, y del Instituto de Paleoecología Humana y Evolución Social, de Tarragona, han llevado a cabo un estudio que indica que la utilización de la boca para la manipulación de objetos por parte de los neandertales puede deberse a una capacidad limitada de integración entre cuerpo y cerebro, en particular para aquella funciones de coordinación visuo-espacial asociadas a las áreas parietales

Emiliano Bruner, paleoneurólogo del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), en Burgos y Marina Lozano, antropóloga del Instituto de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), de Tarragona, acaban de publicar un artículo sobre arqueología cognitiva en la revista Journal of Anthropological Sciences, que sugiere que la utilización de la boca para la manipulación de objetos por parte de los neandertales puede ser resultado de una limitada capacidad de integración entre cuerpo y cerebro, en particular para aquella funciones de coordinación visuo-espacia asociadas a las áreas parietales.

Como evidencia el estudio de las estrías en la superficie de sus dientes, los neandertales y sus antepasados (Homo heidelbergensis) utilizaban habitualmente la boca como “herramienta” para manipular objetos. Estas mismas marcas están presentes en poblaciones modernas de cazadores-recolectores, aunque no de una forma tan frecuente.


Estrías labiales en un incisivo superior del Individuo II de la Sima de los Huesos. Abajo, visualizadas con microscopio electrónico de barrido. / Marina Lozano y José María Bermúdez de Castro


Bruner y Lozano sugieren en su trabajo que esta necesidad en los neandertales de utilizar la boca como herramienta se pueda relacionar con una organización inadecuada de las áreas neurales que controlan el sistema ojo-mano, principales interfaces entre nuestro cerebro y el ambiente externo.

En este caso, se puede suponer una cierta falta de coordinación entre evolución biológica y evolución cultural, que conllevaría la necesidad de buscar el apoyo de otras partes del cuerpo que no están precisamente adaptadas para la manipulación, incluso arriesgando sus principales funciones, que en el caso de los dientes sería la alimentación.

El estudio indica que a utilización de la boca para la manipulación de objetos por los neandertales puede deberse a una capacidad limitada de integración entre cuerpo y cerebro

Los humanos modernos, Homo sapiens, que no muestran marcas de uso de los dientes tan frecuentes, de hecho presentan cambios anatómicos del cerebro que afectan a las áreas parietales, efectivamente dedicadas a integración viso-espacial, es decir, particularmente implicadas en integrar el ambiente externo y el ambiente interno a través del cuerpo.

La mente extendida

Y es que partiendo de la teoría de la mente extendida, que sugiere que nuestra cognición es el resultado de una integración entre cerebro y ambiente, mediada por nuestro propio cuerpo, se podría pensar que en aquellos homínidos extintos el sistema ojo-mano probablemente no era adecuado para permitir una interacción completa a través de estas interfaces del cuerpo, y que como solución, se han arriesgado a involucrar la boca, es decir un elemento que sirve para otra función, y que además es extremadamente sensible y delicado.

“Aunque en arqueología cognitiva las hipótesis son difíciles de demostrar en este caso sí que sería posible buscar más informaciones, analizando evidencias sobre otras funciones asociadas a la integración viso-espacial en estas especies extintas” , concluye Bruner.

Esta hipótesis, resultado de una integración entre datos arqueológicos, paleontológicos, neurobiológicos, y cognitivos, ha recibido comentarios de especialistas como Lambros Malafouris (Universidad de Oxford), Marco Langbroek (Universidad de Ámsterdam), Thomas Wynn y Frederick Coolidge (Universidad de Colorado) y Manuel Martín-Loeches (Universidad Complutense de Madrid) que se pueden descargar gratuitamente en el sitio web de la revista.

 

 

Referencia bibliográfica:

Emiliano Bruner, Marina Lozano."Extended mind and visuo-spatial integration:three hands for the Neandertal lineage". Journal of Anthropological Sciences. Doi: 10.4436/JASS.92009

Fuente: Sinc. Aportado por Eduardo J. Carletti

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Finalmente existen las feromonas: el olor de una persona permite identificar su género

Un equipo internacional de investigadores ha demostrado que las feromonas humanas aportan información sobre el género de las personas. El estudio, publicado en la revista Current Biology, revela que nuestra nariz lleva a cabo esta identificación sexual de manera inconsciente

El cuerpo humano produce señales químicas que informan del género a las personas que se sienten atraídas por él. Así lo indica una nueva investigación, publicada en la última edición de la revista Current Biology.

El olor de los ingredientes activos de las hormonas sexuales influye sobre la percepción del movimiento corporal de los demás ayudando a identificar a que género pertenecen

El olor de los ingredientes activos de las hormonas sexuales —androstedienona en los hombres y estratetraenol en las mujeres— influye sobre la percepción del movimiento corporal de los demás ayudando a identificar a que género pertenecen.

“Lo novedoso de este estudio es que las feromonas humanas informan sobre la masculinidad o feminidad de la persona que las segrega dependiendo del género y la orientación sexual de quien las detecta”, explica a Sinc Wen Zhou, científica de la Academia China de las Ciencias e investigadora principal del trabajo.

«Las feromonas humanas informan sobre la masculinidad o feminidad de la persona que las segrega dependiendo del género y la orientación sexual de quien las detecta»

Hasta ahora se sabía que los animales detectan las feromonas mediante el órgano vomeronasal y transmiten la información recogida directamente al cerebro. En cambio, se ponía en duda que esto ocurriera en humanos, ya que se creía que este desapareció a lo largo de su evolución, por lo que algunos científicos niegan la existencia de feromonas humanas.

Nuestros hallazgos defienden la existencia de estas feromonas sexuales”, afirma Zhou. “Demostramos que la nariz puede detectar el género de una persona mediante sus secreciones corporales, incluso cuando creemos que no olemos nada de forma consciente”.

Estudios anteriores ya habían mostrado que la androstadienona, que se encuentra en el semen masculino y las axilas, promueve el buen humor en las mujeres en comparación con los hombres; y que el estratetraenol, presente en la orina femenina, tiene efectos similares en los varones.

Desarrollo del experimento

Durante la prueba, los investigadores pidieron a hombres y a mujeres, tanto heterosexuales como homosexuales, que participaran en un procedimiento que se conoce como point-light walkers (PLWs).

Esta herramienta consiste en una pantalla donde aparecen 15 puntos de luz —que representan las 12 articulaciones principales de una persona, la pelvis, el tórax y la cabeza— con los que se produce el andar humano. La tarea consistía en identificar si el movimiento de las figuras digitales pertenecía a hombres o a mujeres.

Para ello, se formaron cuatro grupos de individuos no fumadores y sanos en el que había 24 hombres heterosexuales, 24 féminas heterosexuales, 24 varones homosexuales y 24 mujeres bisexuales u homosexuales.

«La percepción visual del género se basa en señales biológicas quimiosensoriales subconscientes, un efecto que hasta ahora era desconocido”

Los participantes realizaron esta tarea mientras se les exponía cada día a una solución distinta pero de olor similar (clavo) basada en androstadienona, estratetraenol o a una solución de control.

Los resultados mostraron que la solución a base de androstadienona atraía a las mujeres heterosexuales, pero no a los hombres, hacia una percepción más masculina de los caminantes. Por el contrario, al oler el estratetraenol los hombres heterosexuales percibían a los caminantes como más femeninos, pero no ocurría lo mismo con las mujeres.

Durante el experimento, los investigadores observaron que los hombres homosexuales respondían ante las feromonas de manera similar a las mujeres heterosexuales. En cambio, las respuestas de las mujeres bisexuales u homosexuales no tuvieron ningún efecto significativo. La investigadora cree que este resultado probablemente se deba a que la orientación sexual de este grupo sea más ambigua que la del resto de participantes, lo que producía una modificación del 8% en la percepción del género.

 

 

“Los resultados proporcionan la primera evidencia directa de que ambas feromonas comunican información sobre género. Y además, demuestran que la percepción visual del género se basa en señales biológicas quimiosensoriales subconscientes, un efecto que hasta ahora era desconocido”, concluye Zhou.

Referencia bibliográfica: Zhou et al.: «Chemosensory communication of gender through two human steroids in a sexually dimorphic manner«. Current Biology, 1 de mayo de 2014.

Fuente: Sinc. Aportado por Eduardo J. Carletti

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