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Hallada una posible nueva especie humana en Asia

Investigadores españoles plantean la existencia de otro Homo en China hace 90.000 años. Otros científicos son más escépticos y apuntan a un último reducto de ‘Homo erectus’

Podían haber acabado molidos en un mercadillo como supuesta pócima mágica para endurecer el pene, como ocurrió durante décadas, pero los restos fósiles hallados en el yacimiento chino de Xujiayao acabaron en las manos de la paleoantropóloga española María Martinón-Torres. Era enero de 2013 y sintió “perplejidad y sorpresa”.

Son un hueso del centro de la cara de un niño y varios dientes aislados de hasta cuatro humanos que vivieron hace entre 60.000 y 120.000 años en lo que hoy es el norte de China. Los investigadores que los han analizado hablan de un “estatus taxonómico desconocido”, que es la manera elegante y académica de admitir que no tienen ni idea de a qué tipo de humano pertenecieron.

“No se corresponde ni con un humano moderno [Homo sapiens], ni con un neandertal, que son las especies humanas que habitaban la Tierra durante ese periodo, ni con un Homo erectus clásico, que es la especie que sabemos que habitó Asia”, explica Martinón-Torres, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana. El puñado de huesos fósiles hallados en Xujiayao podría ser todo lo que queda de otra especie humana desconocida y ya extinguida. Sus dioses, su cultura y su modo de vida hay que imaginarlos ahora a partir de unos restos que caben en la palma de una mano.

Maxilar humano hallado en Xujiayao, de unos 90.000 años

“Estos fósiles son una incógnita y revelan lo poco que sabemos de lo que ha pasado en Asia, particularmente en este periodo. Homo sapiens estaba en África. Homo neanderthalensis estaba en Europa. Pero, ¿quién estaba en Asia?”, se pregunta la investigadora.

Obtener el reconocimiento de una nueva especie humana en la comunidad de paleoantropólogos, en perpetua trifulca, es extremadamente difícil y la española lo sabe. Su estudio, recién publicado en la revista especializada American Journal of Physical Anthropology, huye de proponer directamente una nueva especie humana, pero desmonta otras hipótesis quizá más razonables.

Los dientes de Xujiayao tienen rasgos típicos de neandertales y otros más propios de primitivos Homo erectus, la primera especie humana cosmopolita, que se repartió por Europa y Asia desde su surgimiento en África hace 1,9 millones de años hasta su extinción hace unos 140.000 años. Pero, en cualquier caso, no son dientes de Homo sapiens, los humanos modernos que empezamos a conquistar el planeta por aquella época.

En este periodo los ‘Homo sapiens’ estaban en África y los neandertales, en Europa. ¿Pero quién estaba en Asia?»

“Puede que se trate de un posible descendiente de un Homo erectus clásico que no se hubiera extinguido”, reconoce Martinón-Torres. Pero serían unos Homo erectus raros, con rasgos hasta ahora considerados como neandertales, que habrían sobrevivido a la desaparición de toda su especie, como hizo precisamente una población de neandertales en Gibraltar hace unos 40.000 años. “O pudiera ser otra cosa todavía no descrita o catalogada”, recalca la paleoantropóloga. La investigadora ha analizado los restos con expertos de la Academia China de Ciencias y con José María Bermúdez de Castro, codirector de los yacimientos de Atapuerca, en Burgos, y uno de los padres del Homo antecessor, un homínido que vivió en la zona hace unos 900.000 años.

Los autores proponen otras hipótesis fascinantes para los fósiles de Xujiayao. Aquellos dientes, sugieren, podrían haber pertenecido a denisovanos, una nueva población de humanos descubierta en 2010 en una cueva de Siberia y descrita a partir de tan solo un par de dientes, un hueso del dedo meñique y el análisis de su ADN. Los restos siberianos pertenecieron a una joven que vivió hace unos 40.000 años, un periodo que cuadra con el de los humanos del yacimiento chino. “El problema es que la única forma de confirmar que Xujiayao es un denisovano es consiguiendo ADN de estos homínidos y comparándolo con los fósiles siberianos”, lamenta la investigadora.

Otros expertos ajenos a este estudio son mucho más escépticos con el hecho de que se trate de una nueva especie. Erik Trinkaus, de la Universidad Washington en San Luis (EE UU), ha analizado restos del oído interno de los homínidos de Xujiayao, detectando rasgos primitivos y otros típicamente neandertales. Pero no quiere ni hablar de que se trate de una nueva especie. Prefiere centrarse en la biología de los fósiles antes que “jugar con los nombres”.

No creo que haya suficientes evidencias como para sugerir la existencia de una nueva especie»

“Lo que han documentado es que una forma arcaica de humano, no neandertal, persistió en el norte de Asia oriental en la etapa más reciente del Pleistoceno, de manera similar a lo que ocurrió con los neandertales en occidente”, opina el investigador estadounidense.

“No creo que haya suficientes evidencias como para sugerir la existencia de una nueva especie”, coincide Tim Compton, del Museo de Historia Natural de Londres (Reino Unido). Su colega Chris Stringer, por su parte, cree que la singularidad de los fósiles de Xujiayao podría explicarse por “la introgresión de ADN entre poblaciones arcaicas”, o lo que es lo mismo, la cama redonda que ha sido la humanidad durante cientos de miles de años, con cuatro tipos diferentes de seres humanos (sapiens, neandertales, denisovanos y erectus) teniendo sexo con descendencia fértil.

 

 

“Habrá quien piense que concluir con un ‘no sé qué es’ es frustrante, pero científicamente es muy estimulante. Hemos comenzado diciendo ‘sé lo que no es’. Espero que con el trabajo de los próximos años y conociendo todavía mejor el registro fósil asiático podamos acabar diciendo ‘ya sé lo que es’», concluye Martinón-Torres.

Fuente: El País. Aportado por Eduardo J. Carletti

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Nativos de Polinesia y americanos contactaron entre 1300 y 1500

Los seres humanos pudieron hacer el camino entre la Isla de Pascua y América del Sur mucho antes de que el comandante holandés Jakob Roggeveen llegase a este enclave de Chile con sus barcos en 1722

Asi lo establece la nueva evidencia genómica de que el pueblo rapanui que vive en ese grupo aislado de islas, tuvo un contacto significativo con poblaciones de nativos americanos cientos de años antes.

Los hallazgos publicados en Current Biology prestan el primer soporte genético a una ruta previa a Magallanes a través del Pacífico entre Polinesia y América, de más de 4.000 kilómetros.

Los hallazgos son un recordatorio de que «las primeras poblaciones humanas exploraron ampliamente el planeta», dice Anna-Sapfo Malaspinas, del Centro de Geogenética del Museo de Historia Natural de Dinamarca. «Versiones de libros de texto de los eventos de colonización humanos —el poblamiento de las Américas, por ejemplo— deberán ser revisados utilizando datos genómicos.»

Cráneo brasileño es de ascendencia polinesia

En ese sentido, un segundo artículo que aparecerá en la misma edición de la revista Current Biology examina dos cráneos humanos que representan a los indígenas «Botocudos» de Brasil para encontrar que su ascendencia genómica es polinesio, sin componentes nativos americanos detectables en absoluto.

La evidencia arqueológica había sugerido que entre 30 y 100 hombres, mujeres y niños polinéscios primero desembarcaron en la Isla de Pascua, también conocida como Rapa Nui, en torno al año 1200, llegando en dos o más canoas de doble casco. Después de establecerse en la isla aislada, los rapanui construyeron sus famosas plataformas de piedra gigantes y más de 900 estatuas, algunas de las cuales pesan hasta 82 toneladas.

Si bien pudo haber tomado semanas a los polinesios llegar hasta las islas más cercanas, hay indicios de contacto con un mundo más grande. Por ejemplo, existe evidencia de la presencia de los cultivos nativos de las Américas en la Polinesia, incluyendo la batata Andina, mucho antes del primer contacto con los europeos.

El análisis de todo el genoma de 27 rapanui nativos ahora confirma un contacto significativo entre los habitantes de la isla y los nativos americanos en algún momento entre aproximadamente el año 1300 y 1500 después de Cristo, hace 19 y 23 generaciones. La población rapanui comenzó a mezclarse con los europeos mucho más tarde, en 1850. La ascendencia de los rapanui hoy es el 76% de la Polinesia, el 8% americanos nativos, y el 16% de Europa.

 

 

La nueva evidencia sobre los rapanui sugiere una de dos situaciones: o bien los nativos americanos navegaron a Rapa Nui o los polinesios navegaron a las Américas y volvieron. Los investigadores dicen que parece más probable que los rapanui realizaron con éxito el viaje de ida y vuelta, según simulaciones presentadas en estudios anteriores que muestran que «todos los viajes de vela que artían intencionadamente al este de Rapa Nui siempre llegarían a las Américas, con un viaje que dura entre dos semanas y dos meses».

Por otro lado, el viaje desde las Américas a Rapa Nui es mucho más difícil, lo que habría hecho que sea probable que falle o perdiese la isla por completo. Desde las Américas, Rapa Nui es de hecho un objetivo pequeño, lo que también podría explicar por qué tardaron tanto tiempo los europeos en encontrarla.

Fuente: Ciencia Plus. Aportado por Eduardo J. Carletti

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El ADN revela que la Humanidad tiene más madres que padres

Las madres superaron a los padres a lo largo de gran parte de la historia humana. Lo demuestra un nuevo análisis de ADN de personas de todo el mundo

Los hallazgos genéticos ofrecer evidencia de la poligamia, o sea cuando un hombre tiene muchas esposas y otras costumbres reproductivas, mientras las personas emigraban desde África.

«[Históricamente] había más mujeres involucradas en la reproducción que hombres», le dijo a Live Science en un correo electrónico el investigador de este estudio Mark Stoneking, profesor de antropología biológica en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania. «Esto sucedió a menudo en las sociedades humanas, porque no todos los hombres eran capaces de mantener esposas o, a veces, algunos hombres tienen muchas mujeres.»

Estas prácticas dieron lugar a que las mujeres produjeran una contribución genética más amplia a la población mundial que lo que han aportado los hombres, encontraron los investigadores.

Stoneking y sus colegas utilizaron un nuevo método para examinar la variación genética en el cromosoma Y masculino. Al mirar a una parte del cromosoma Y, encontraron todas las variantes genéticas, o pequeñas diferencias en el orden de las «letras» del ADN dentro de esa región.

Estudios anteriores sólo habían observado algunas de las variantes, dando lugar a datos poco fiables, ya que «sólo se registraron las variantes genéticas que ya conocemos, y nonuevas variantes genéticas», dijo Stoneking.

Él y sus colegas pusieron su nueva técnica a trabajar con muestras de ADN de 623 hombres de 51 poblaciones de todo el mundo, incluyendo Australia, Europa, y poblaciones americanas. El nuevo método les permitió tomar muestras de ADN de cada macho y comparar el cromosoma Y heredado del padre (NRY), que se pasa de padre a hijo, con el ADN mitocondrial (ADNmt), que las madres pasan a sus hijos, dijo Stoneking.

Es probable que muchas mujeres viajaron para sus matrimonios, dejando sus lugares de origen para irse a vivir con sus maridos, mostró el análisis genético. De modo que las hembras migraron más que los hombres, difundiendo su ADN mitocondrial femenino en mayor cantidad y extensión, reduciendo la variabilidad genética entre poblaciones. Los hombres, por el contrario, tendieron a quedarse, lo que dio lugar a hijos que tienen genes distintos en cada población.

«Encontramos que las diferencias genéticas entre las poblaciones son, de hecho, más grandes para el NRY [masculino] que para el ADNmt [femenino], pero no tan amplias como han encontrado con anterioridad algunos estudios, por lo que los métodos utilizados tienen impacto en los resultados», dijo Stoneking.

A escala regional, las muestras de ADN mostraron una historia detallada. Por ejemplo, la gente en el Este de Asia y Europa tienen diferencias genéticas más grandes en el ADN paternal que en el materno, lo que sugiere un alto nivel de migración femenina. Por el contrario, las poblaciones de África, Oceanía y las Américas tienen diferencias más grandes en el ADN materno que en el ADN paterno.

Tal vez menos hombres que mujeres que se reprodujeron entre los primeros colonos de Estados Unidos, dijeron los investigadores cuando vieron la gran cantidad de diversidad de ADN mitocondrial.

El equipo también estimó la proporción de hombres y mujeres que se reprodujeron en la población histórica. Después de todo, algunos hombres y mujeres no tienen hijos sobrevivientes que puedan pasar sus genes.

Durante gran parte de la historia humana, encontraron, se reprodujo una mayor proporción de mujeres en la población en relación con los hombres. Esto significa «que a pesar de que puede haber un número igual de hombres y mujeres en una población, una mayor proporción de mujeres que de hombres se están reproduciendo», dijo Stoneking.

 

 

La nueva técnica, de más precisión, puede ayudar a los investigadores a estudiar otros aspectos de la genética de poblaciones humanas y adquirir más conocimientos sobre la historia de las madres y los padres de la humanidad, dijo.

El estudio fue publicado en línea el 23 de septiembre en la revista Investigative Genetics.

Fuente: Mashable. Aportado por Eduardo J. Carletti

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