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HBO prepara una serie sobre las novelas "Fundación" de Isaac Asimov

La cadena ha firmado un acuerdo con Warner Bros. TV para adaptar a la televisión los libros de Asimov. Contará con el guion y la producción de Jonathan Nolan, y se anuncia un reparto con nombres como los de Anthony Hopkins, Ed Harris y Evan Rachel Wood.

Tras varios intentos fracasados de adaptar la serie de novelas de Isaac Asimov Fundación, HBO parece dispuesta a dar el paso definitivo y ser la que se quede con un proyecto que en la gran pantalla se desechó en reiteradas ocasiones. Para ello, la cadena ha firmado un acuerdo con Warner Bros. TV para adaptar a la televisión la conocida saga de libros de Asimov.

La serie (todavía en sus primeras fases de preparación) contará con el guion y la producción de Jonathan Nolan, guionista de Interstellar, nominado al Oscar por Memento y que en televisión es el máximo responsable de la serie Person of Interest.

Como adelanta The Wrap a partir de fuentes cercanas al proyecto, Nolan ha estado trabajando en la idea durante los últimos meses. Sony Pictures intentó trasladar las novelas de ciencia ficción al cine en 2009, proyecto que contaba con Roland Emmerich como director y productor. Dos años después, Sony volvió a intentarlo con el guionista Dante Harper. De nuevo, el proyecto fracasó, tras lo que HBO terminó desembolsando este verano una «importante cantidad de dinero» para hacerse con la propiedad de los derechos de la adaptación.








Jonathan Nolan ya tiene otro proyecto en marcha con HBO. Se trata de Westworld, serie basada en la película de ciencia ficción de los años setenta de mismo nombre y dirigida por Michael Crichton. La cadena ha encargado el capítulo piloto de la serie, para la que cuenta con la productora de J.J. Abrams, Nolan como máximo responsable y un reparto de altura con nombres como los de Anthony Hopkins, Ed Harris y Evan Rachel Wood.

Fundación es una de las series de novelas más conocidas de la ciencia ficción. En ella, Isaac Asimov plantea la posibilidad de predecir sucesos en un futuro lejano a través de una nueva disciplina que mezcla historia, psicología social y matemáticas, la psicohistoria.

Fuente: El País. Aportado por Eduardo J. Carletti

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Buenos Aires para armar

Buenos Aires Próxima, Antología fantástica, Laura Ponce (compiladora), 200 páginas, ediciones Ayarmanot, Buenos Aires, 2014

Este libro reúne relatos que de un modo u otro se relacionan con Buenos Aires. Tratándose sobre todo de cuentos de ciencia ficción, no necesariamente se refieren a una urbe similar a la actual, sino también a ciudades futuras o paralelas.

Laura Ponce (1972), la antóloga de este trabajo, tiene una larga y fructífera experiencia en el campo de la ciencia ficción, y en Argentina es sin duda uno de los grandes referentes en este tema. Es la autora del notable libro de relatos «Cosmografía general» (editorial Outsider, 2015). Publicó además en numerosas antologías y revistas de Argentina, España, Cuba y Perú; formó parte del colectivo Pórtico CF, integró el grupo de dirección editorial de la revista Axxón, y actualmente del Centro de Ciencia Ficción y Filosofía. Asiste regularmente a charlas y convenciones, coordina talleres y escribe una columna mensual en el sitio de Amazing Stories, sobre Mujeres y Ciencia Ficción (la mujer como autora, lectora, temática y mirada dentro de la CF). También participa del programa de radio Contragolpe con una columna semanal: «Escribir CF y Género Fantástico hoy: Autogestionando el futuro». Es la fundadora del sello Ediciones Ayarmanot con el que editó dos revistas: Sensación!, dedicada al pulp, que llegó a cinco números (diciembre 2008 -enero 2010); y sobre todo Próxima, más enfocada en la c.f. actual, que nació en marzo del 2009, ya va por el número 27.

En el primer número de Sensación! había un relato de Jack Williamson, fue la única vez que se publicó a un autor no hispano. Por su parte, Próxima, desde su salida hasta ahora, ha publicado exclusivamente autores españoles y latinoamericanos. No es novedad que los autores hispanos de ciencia ficción venden mucho menos que sus pares anglosajones; ni siquiera aquellos que han ganado el premio UPC o el Minotauro han podido evitar que sus obras fuesen a parar a las mesas de liquidación. Pero no es un tema de calidad sino de costumbre. Existen autores y relatos muy meritorios que merecen nuestra atención. Algunas publicaciones muy buenas, como la argentina Cuásar, El Péndulo y la edición española de Asimov (estas últimas dos hoy desaparecidas) optaron por una mixtura de anglosajones e hispanos. Pero pocas revistas impresas lograron una trayectoria tan meritoria como la de Próxima apelando exclusivamente al material «autóctono». Y si algo ha sostenido a esta publicación de la vecina orilla, además del trabajo infatigable de su editora, es la calidad del material incluido. En este sentido, no exagero si digo que Próxima, como también lo hicieron en su momento Más Allá y El Péndulo, y como actualmente lo hacen NM, Axxón, y Cuásar, ha contribuido a crear en Argentina una escuela de ciencia ficción en español.

Buenos Aires Próxima

La presente antología, aunque se basó en la plataforma de autores de la revista Próxima, no utilizó relatos aparecidos en esta publicación, sino que se planteó el desafío de incluir solo material inédito. La consigna era que los relatos tuviesen que ver de alguna manera con la ciudad de Buenos Aires, en «un acto de recreación» y una «búsqueda de identidad y reflejo». «El sujeto y motor de ese viaje», apunta Laura Ponce, «es el Ser Humano. Y lo que se busca es a sí mismo».

El volumen, primer libro de ediciones Ayarmanot, consta de 12 relatos: Tango Bejerman (Juan Guinot), Quedarse afuera (Néstor Toledo), Fecunda (Claudia Cortalezzi), Luz azul (Pablo Martínez Burkett), El último chamán porteño (Luis Mazzarello), En el fondo (Ramiro Sanchiz), Mientras mientes (Laura Ponce), N. Bs. As. (Guillermo Echeverría de Mira y Teresa Mira de Echeverría), Con la correa corta (Hernán Domínguez Nimo), La máquina del doctor Landart (Juan Pablo Cozzi), Remake Theory #6 (Juan Manuel Candal) y Una nota que garpe (Néstor Darío Figueiras). Los argumentos son variados, pero entre los temas que se repiten y el lenguaje rioplatense, es posible encontrar claros signos de identidad. Hace ya varias décadas, el crítico Pablo Capanna señalaba que los argentinos escribían ciencia ficción a partir de la literatura anglosajona de ciencia ficción. Es discutible si esto fue cierto en determinado momento, pero claramente ya no lo es. En Argentina se escriben excelentes relatos del género, y con personalidad. No se escribe a partir de la literatura, sino a partir del propio medio. Si alguien podía tener dudas, este libro se encargará de despejarlas.

Todo tiempo pasado

«Tango Bejerman», de Juan Guinot, cuenta la historia de dos amigos que trabajan en una oficina pública cosiendo expedientes que no tienen ningún valor, en una tarea inocua inventada por el gobierno para mantener a la población ocupada. (Digamos de paso que la gracia de usar estos dos nombres, Tango y Bejerman, es que así se llaman dos programas de administración; muy comunes en las pc de las reparticiones gubernamentales y las más tradicionales empresas privadas de Argentina.)

En esta Buenos Aires distópica la gente participa de concursos televisivos para tener la posibilidad de recuperar recuerdos de la infancia. Se sospecha que los recuerdos que se sortean son truchos y, cuando Bejerman descubre una posible fuente de recuerdos verdaderos, la trama se complica. Más allá del ingenioso argumento, el relato funciona a las mil maravillas no solo por el oficio de Guinot y el final sorprendente, sino también por la multiplicidad de lecturas que permite. Así, estos dos amigos pueden ser interpretados, en clave alegórica, como los componentes de un mismo ser. Hastiados de sus empleos, Bejerman es el que piensa negocios delirantes y Tango el que se preocupa de que los números cierren. Tango es el cerebral, representa la razón; Bejerman se identifica con los sueños, el deseo. El título del cuento, donde aparecen los nombres de ambos, está en consonancia con el destino que los une. Si a alguien se le ocurriera juntar todas las antologías de relatos de ciencia ficción escritas en español para a partir de allí elaborar una nueva y mejor antología, Tango Bejerman es un relato que no debería faltar.

Ciberpunk y experimentos

«Quedarse afuera» de Néstor Toledo, cuenta la historia de una doctora del Hospital de Clínicas (de Buenos Aires) que, con indignación y pesar, comienza a descubrir el costado perverso de las corporaciones informáticas. En esta distopía, los bonaerenses utilizan implantes multimedia susceptibles de producir cáncer, y la información recogida en los implantes retinianos se utiliza (de forma solapada) por las grandes compañías. La dignidad y privacidad de las personas es ignorada, y el afán mercantil llega al extremo de crear una Buenos Aires virtual para experimentos de marketing. Toledo es en este momento uno de los máximos exponentes de ciberpunk y ciencia ficción dura de la Argentina. La editorial Próxima acaba de editar su excelente libro de relatos titulado «Umbral y Océano y otros cuentos».

Controlada

«Fecunda», de Claudia Cortalezzi, es el relato más breve de la selección, poco más de dos páginas. Sin embargo, a pesar de su corta extensión la autora logra que nos asomemos a un mundo en el que tres cuartas partes de la humanidad ha sido arrasada por unos seres repulsivos de los que sabemos muy poco. El relato se centra en una mujer que es prisionera de una de estas criaturas. Pese a la corta extensión, la colaboración de Cortalezzi funciona bien, sobre todo porque al dosificar la información del modo en que lo hace, provoca en el lector una sensación de inseguridad y angustia crecientes donde un erotismo mórbido juega un papel importante.

Sin memoria

«Luz azul», de Pablo Martínez Burkett es un juego de realidades múltiples y esquivas. El narrador (en primera persona) se identifica plenamente con el escritor. Burkett se refiere a sí mismo como el autor de un cuento publicado con anterioridad en la revista Próxima. En ese cuento de ciencia ficción, Burkett contaba un episodio real, pero él no sabía que era verídico porque había perdido la memoria al caer en otra realidad. En «Luz azul», con la llegada de un misterioso personaje, se verá obligado a recordar.

Una falla en el «Gran Colisionador de Hadrones, el acelerador de partículas destinado a simular el Big Bang, la explosión que dio origen al Universo», había provocado un desdoblamiento de los mundos paralelos.
Después de algunas vacilaciones, Burkett comienza a recordar que, antes que las realidades se dislocaran, había tenido lugar una epidemia mundial, y él había sido un comandante de la resistencia que luchaba contra un gobierno tiránico.

Hay un par de frases de que redimensionan el relato: «Conocer es recordar», y «…me pidió que recordara todas esas cosas porque «el tiempo es la dimensión donde viaja la conciencia».
Si fuéramos a leer este relato en clave simbólica (una lectura posible) deberíamos considerar que la confusión y el desajuste imperante en el mundo es el resultado de la incapacidad del hombre para recordar el pasado y actuar en consecuencia. Un hombre sin memoria sería entonces un hombre sin conciencia. Una víctima en «el imperio de lo efímero».

Recuperar el centro

«El último chamán porteño» de Luis Mazzarello es un relato onírico, que puede tomar desprevenido a algunos lectores, pero es muy interesante. La sociedad es víctima de «bombardeos psicotrónicos» y el mundo parece más desquiciado que de costumbre; aunque lo más justo sería decir que ese bombardeo hace más transparente la locura habitual. En plan alegórico, los conductores de autos intentan asesinar a los peatones y a los ciclistas, y una forma de vida natural y espiritual es amenazada por el mecanicismo y la deshumanización. El último chamán porteño intentará, recurriendo al arte de ensoñar, localizar en el mundo físico un puente que permita conectar «los mundos». En un final inspirado, él logrará llegar hasta una construcción con forma de flor (símbolo del «centro» y arquetipo simbólico del alma), pero tal vez la verdad que encuentre no sea la esperada.

Ajenidad

«En el fondo» de Ramiro Sanchiz, es el único trabajo presentado por un autor no argentino. Sin embargo, a pesar de ser «un infiltrado», Sanchiz se las ingenia para dar una imagen de Buenos Aires. Incluso, lejos de ser un impedimento, su condición de montevideano le sirve para hacer un contraste ilustrativo.

Hay una librería, situada en Tristán Narvaja, que tiene réplicas en todos los mundos alternativos. En ella se pueden encontrar libros (de autores conocidos) que nunca fueron escritos en nuestra realidad pero sí en otras. Uno de esos libros es la pista para descubrir que una civilización extraterrestre tuvo una influencia (a partir de 1350) en nuestra propia cultura. Sin que lo advirtiéramos, los extraterrestres lograron a través del arte (pintura, arquitectura, escultura) modificar nuestro modo de vida. Acá hay una más que interesante reactualización de aquella vieja aspiración surrealista que hablaba de modificar el mundo mediante la inclusión en el mismo de objetos surrealistas. El arte, en el cuento de Sanchiz, fue utilizado como una vía de conocimiento, y en algunos casos pudo haber provocado demencia. Cuando el protagonista aprende a identificar los vestigios dejados por los extraterrestres, llega a la conclusión de que Buenos Aires ha sido un blanco elegido por los alienígenas, en contraste con Montevideo, que parece haber sido dejada de lado. Respecto a esa intromisión, «algunos creen que se trata de una invasión», «a través del arte están intentando convertir nuestro mundo en el suyo», otros afirman que es una trampa «para que no veamos la verdad», «un mecanismo de control».

De nuevo, como en otros cuentos de esta misma antología, «En el fondo» tiene que ver entonces con el hombre que experimenta una sensación de ajenidad en su propia ciudad. La idea del individuo separado de sí mismo, y que siempre será un hombre de ningún lugar.

El deber y el placer

«Mientras mientes», el cuento de la antóloga, tiene por protagonista a un individuo que trabaja para el gobierno de turno, pero que sufre un significativo hándicap: es adicto a una «droga» que solo puede ser proporcionada por un grupo opositor: la orden de los musicantes. La «droga» que venden las bellas y peligrosas sacerdotisas de los musicantes es muy inusual: es una música (Bach, Mozart, etc.) que se ejecuta en vivo con un chelo hibrido de origen extraterrestre, y que tiene el poder de provocar estados alterados de conciencia. El dilema moral que se plantea el adicto es si debe o no entregar información confidencial del gobierno a cambio del servicio de las sacerdotisas. Si lo hace, la orden de los musicantes conseguiría un acceso ilimitado a la red, lo que le permitiría llegar con su música a todas partes e intervenir, para bien o para mal, en los movimientos sociales. El relato funciona porque está muy bien explotado el potencial erótico, y el deseo juega un papel trascendente. La inestabilidad emocional del protagonista es el retrato de un hombre que se debate entre cumplir con lo que el gobierno espera de él, o abandonarse al placer. Es muy interesante, además, considerar que ese cambio que podría llegar a producir un eventual gobierno de los musicantes tiene un carácter ambivalente: la liberación de la conciencia podría conducir al placer, pero también al caos, y no está claro el límite entre ambos.
El tango y los sueños dormidos

«N. Bs. As.», del matrimonio formado por Guillermo Echeverría de Mira y Teresa Mira de Echeverría, es un relato pulp que se desarrolla en una Nueva Buenos Aires que fue levantada en un planeta «acuático» llamado Óbelos. Más tarde se verá que «en realidad no es un mar o un océano, sino un gigantesco ser paracelular que ocupa casi todo Óbelos». Esta criatura, que permanece en estado de hibernación, tiene el poder de materializar los sueños, razón por la cual algunas sectas intentarán despertarlo y manipularlo, al tiempo que otras intentarán que no despierte. De nuevo, como en otros relatos, se plantea una lucha entre el orden y la libertad. También hay androides, animales pintorescos y divertidos seres fabulosos.

En la Nueva Buenos Aires los clásicos bares tienen el valor de verdaderos templos, y hay toda una liturgia relacionada con el tango y sus costumbres.

El protagonista, un detective que se desempeña en la Central de la Policía Sobrenatural (lugar donde se investiga todo tipo de casos relacionados con fantasmas, apariciones y misterios del inframundo), se enfrentará a un caso que podría alterar la faz del planeta y la vida de la comunidad. Se destaca la trama: con oficio se logra que en lo que en un principio podía pasar por un detalle decorativo, cobre, en el momento justo, un valor estructural. Más allá de un humor amable y aparentemente liviano, es significativo que Nueva Buenos Aires, que es como una ensoñación de la verdadera Buenos Aires, se haya levantado sobre un ser paracelular que duerme desde hace milenios y tiene el poder de materializar los sueños. Hay allí una punta para el análisis de la verdad y la apariencia, de la realidad y los simulacros, del mapa y el territorio. Está muy bien narrado, es un cuento genial.

Peligro exterior

«Con la correa corta» de Hernán Domínguez Nimo es una historia simple pero bien contada. La escasa acción pone a prueba la capacidad narrativa del autor y el resultado es satisfactorio. Un hombre le pone la correa a su perro y «sale de su casa cerrando la puerta de calle de un tirón». Cuando se dispone a abrir la reja que tiene enfrente, recuerda que ha olvidado las llaves arriba de la mesa. Así, de la forma más tonta posible, queda atrapado entre la reja y la puerta, en un espacio de menos de un metro de lado. Un vecino intenta ayudarlo, pero algo en el cielo lo distrae y una luz azulada, potente como un relámpago, lo reduce a cenizas. El mismo efecto deja electrificada la reja, y ahora el protagonista y su perro deben apretarse aún más para no sufrir una descarga eléctrica. Sin embargo, el hombre termina por tocar el metal y su cuerpo empieza a consumirse. El peligro no está definido, puede tener origen en una invasión extraterrestre, ser la venganza del creador, etc. Lo importante, de todos modos, es que es un peligro exterior. El dueño de casa, motivado por la sensación de inseguridad que los medios de comunicación se encargaban de resaltar, había instalado las rejas apenas dos meses atrás. Los puntos importantes del relato pasan entonces por la antinomia seguridad/ libertad, y yendo más al fondo de la cuestión, por la situación de estancamiento del individuo frente a una realidad que se muestra hostil.

Control psíquico

«La máquina del doctor Landart» se refiere a la creación de un ingenio elaborado con fines terapéuticos que actúa sobre la psiquis de las personas. Pero, en su sentido más profundo, es una historia sobre el restablecimiento del orden y los castigos que sufren aquellos que se atreven a enfrentarlo. Visto desde esta óptica, se comprenden todos los pequeños detalles que en un principio podían pasar desapercibidos, y es fácil admitir después que Cozzi ha realizado un trabajo memorable. La obra funciona también como extrapolación de una realidad actual. La Buenos Aires que se describe es, de un modo conveniente, inmutable: más allá de los cambios futuristas, los usuarios del subte «mantienen el mismo rictus hace décadas, porque nada cambió radicalmente.» El propio narrador que está enamorado de la paciente que se desvía de lo permitido, siente sin embargo una pulsión hacia el orden: le molesta que le muevan una mesita de lugar, que una medialuna esté en el plato boca abajo, etc. La ominosa máquina, en su esquema y funcionamiento, es la expresión del deseo de integrar al individuo con el medio, en un intento de control total nunca antes concebido.

Identidad difusa

«Remake Theory #6» de Juan Manuel Candal es un relato cercano a lo experimental. La estructura al principio sugiere un retroceso, pero luego amenaza con proyectarse de forma espiralada. Esta característica, lejos de ser un mero divertimento, es un logro, ya que establecen una adecuada correspondencia entre fondo y forma. No hay una conclusión al modo tradicional de los relatos, ni puede haberla, porque así lo exige la naturaleza de la historia. Por indicios, es posible conjeturar que el personaje es un físico que, para eludir una vejez prematura, logra saltar transversalmente entre distintas realidades y así evitar avanzar en el tiempo y eludir la muerte. Periódicamente despierta en diversos lugares, con nombres distintos, y acompañado de mujeres que nunca son las mismas. Para complicar aún más la situación, sueña con una película en la que a veces él mismo se confunde con el actor. Los límites entre la ficción y la realidad son elásticos. El tema de fondo, atendiendo a todo lo señalado, es la identidad difusa de alguien que nunca deja de sentirse ajeno al mundo. En este sentido, puede leerse también como una reflexión sobre la condición del hombre contemporáneo.

Cartoneros al poder

«Una nota que garpe» de Néstor Darío Figueiras, el relato más largo del libro, casi una nouvelle, es un cóctel de aventura pulp, sexo y ciberpunk que se adapta de un modo muy natural a la realidad de Buenos Aires. Una buena muestra de esto último, por poner un ejemplo, lo encontramos en la inspirada invención del «Movimiento independentista cartonero» que configura una sociedad con su propio lenguaje, códigos y rituales.
El argumento gira en torno a tres noteros que se embarcan en busca de un reportaje que podría poner al descubierto un importante secreto. Con mucho tino e ingenio, el autor baraja conceptos de antropología cultural, lingüística, teorías evolutivas y desde luego, como el género lo exige, tecnología de avanzada. La Buenos Aires de Figueras está contaminada por el smog, pero también por la política, las tribus urbanas, las sectas religiosas y los medios de comunicación que luchan por el poder. El hombre, objeto de nano implantes que le sirven para comunicarse de un modo extraordinario pero que también pueden afectar su salud, ha perdido humanidad en una sociedad fracturada. La trama es excelente, las ideas son estupendas, el ritmo es perfecto y el interés jamás decae. Cuando uno llega al final, se queda con ese sabor de boca que solo logran provocar las obras absolutamente brillantes.
La ficción y la ciudad

Buena parte de los escritores y editores de ciencia ficción coinciden en afirmar que la literatura que escriben y promueven es la que mejor refleja las preocupaciones del presente. Y esto ocurre porque la c.f. hace extrapolación de situaciones actuales y, aunque ponga un pie en lo fantástico, siempre mantiene otro en la realidad, aunque no todos tengamos la misma idea de «realidad». Si todo esto es cierto, uno tiene derecho a preguntarse: ¿cuál es la imagen que los escritores de «Buenos Aires Próxima» nos dan de la sociedad en que viven? ¿Cuáles son sus preocupaciones?

Un intento de síntesis me señala lo siguiente: orden opresivo, deshumanización, sueños postergados, inseguridad. Más o menos por ahí andan los temas. Antes de que alguien se moleste (algo tan común en tiempos de crispación política), no creo que esto sea una cuestión de un partido o un gobierno, va mucho más allá de eso. Seguramente los escritores tengan cosas para decir, y también los lectores, por supuesto. De momento, tengo la certeza de que esta antología, por su calidad excepcional, habrá de entrar a la historia de la ciencia ficción argentina como un referente ineludible.

 

 

Fuente: Pablo Dobrinin. Aportado por Pablo Dobrinin

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El premio Hugo en la categoría Mejor Novela fue ganado por un autor chino

Este año el premio Hugo a la mejor novela otorgado por los aficionados ha galardonado a The Three-Body Problem, la primera parte de la trilogía del ingeniero retirado Liu Cixin

Se trata de la primera vez en que el premio a la literatura de ciencia ficción ha sido otorgado a un autor chino o incluso asiático y la novela traducida por el autor norteamericano Ken Liu es la primera obra traducida en recibir el galardón.

Publicada por primera vez en 2006 como episodios en una revista local de ciencia ficción, Three-Body es la historia de una invasión alienígena que se desarrolla en el marco de la Revolución Cultural China, y presenta la lucha entre los humanos aliados con los invasores y los que defienden a la raza humana… con alguna ayuda externa.

Aunque la calidad de la escritura no ha sido cuestionada por los lectores, la victoria de Liu no se debe solo a su novela. Un grupo absolutamente homogéneo de escritores y lectores norteamericanos habrían intentado influir en la votación para mantener al premio dentro de su círculo, según las tendencias políticas de los autores. Pero la campaña “Rabid Puppies” (Cachorros fanáticos) retrocedió cuando sus intentos hicieron que su candidato preferido, Marko Kloos, se retirara de la nominación a principios de año y se distanciara del grupo dejándole los votos a Liu.

Es bastante irónico que los Cachorros intentaron manipular los premios Hugo y finalmente obtuvieron un resultado incluso peor. Dicho esto, no hubo mucha diferencia con el modo en que los fanáticos de Three-Body intentaron influir en la votación. No soporto cuando las obras son juzgadas solamente por su corrección política, pero los Cachorros realmente lo llevaron demasiado lejos. En todo caso, no puede ser tan malo cuando por primera vez un autor de China continental ha ganado el Hugo.

En China, el interés en Three-Body ahora está menos centrado en el fracaso de la campaña de los Cachorros y más en detalles sobre la adaptación para cine, que comenzó en marzo de este año. Los aficionados temen que una producción nacional no le brinde a la película el tratamiento de elevado presupuesto estilo Hollywood que consideran merece.

El escritor Liu Cixin, que también es productor ejecutivo de la película, declaró en entrevistas que no podía perder tiempo esperando una oferta de Hollywood ante la probabilidad de que el planeta sea destruido por alienígenas en cualquier momento. Sin embargo, Liu hizo referencia a películas como Japan Sinks, señalando que la remake de 2006 fue de calidad inferior a la original de 1973, realizada sin imágenes generadas por computadora.

El periodista y fanático de Three-Body Michael Anti dice que se trata simplemente del precio a pagar por el tan demorado reconocimiento internacional de la novela.

Es una lástima que The Three-Body Problem no haya recibido el premio Hugo a tiempo para que un director de Hollywood lo filmara, y ahora lo arruinará un mal director chino.

El director de la película es Zhang Fanfan, que adquirió los derechos de la trilogía en 2009 cuando Liu comenzaba a modificar los episodios para presentarlos como libro. Muchos son escépticos acerca de las próximas películas puesto que el equipo de producción no es considerado el mejor del sector.

Paradoja de la corrección política

El premio Hugo probablemente atraiga a lectores que no pertenecen a la comunidad de la ciencia ficción. Otro autor de literatura de ciencia ficción, Baoshu, expresa su preocupación acerca de que las críticas perjudicarán a Liu:

Esto coloca a Liu en una posición difícil. Antes, él podía escribir acerca de lo que quisiera, pero ahora que ha atraído tanta atención, si la ciencia en su próxima obra no es perfecta, recibirá críticas de los aficionados a la ciencia ficción. Si la forma no es perfecta, los críticos literarios se lo harán saber. Recibirá críticas de las feministas si sus personajes femeninos no cumplen con sus expectativas y también de los liberales si el futuro que imagina no es lo suficientemente liberal, aunque si es demasiado liberal no faltará algún otro que se queje… si debe tener en cuenta todas estas demandas nunca volverá a escribir.

Los lectores chinos de ciencia ficción, muchos de ellos sin demasiado aprecio por lo políticamente correcto, han señalado que el modo en que las mujeres y la raza son retratadas en Third-Body probablemente no está tan alejado del gusto de los Cachorros de derecha.

Y por lo tanto existe una estética autoritaria a la que el director chino probablemente se mantenga fiel, el autor Star River sostuvo:

La ciencia ficción en Three-Body es verdaderamente impresionante, pero como novela está obsesionada con el totalitarismo y autoritarismo. Gran parte de la literatura de ciencia ficción surge a partir de un descontento con la realidad, con lo ineludible y refleja los valores y punto de vista del autor. Por eso es apropiado que el [inversor] Kong Ergou se encargue de la realización de la película que es parte del mismo proyecto

A pesar de toda la ciencia poco fiable en la literatura de ciencia ficción de Liu Cixin y dejando de lado sus valores y habilidades literarias, su imaginación todavía supera con creces a los demás autores chinos de ciencia ficción. El autoritarismo priva a la gente de su inteligencia, imaginación y capacidad para expresarse y ha mantenido durante mucho tiempo a la literatura china en un lugar inferior. La inferioridad es resultado de la connivencia entre el autor y sus lectores, y también una característica del autoritarismo.

Liu Di, el disidente y autor de ciencia ficción que escribe bajo el seudónimo de Stainless Steel Rat, agregó:

Especulación al azar: la primera parte de la trilogía ha sido galardonada por denunciar la Revolución Cultural, pero los otros dos libros como no se adecúan a los valores norteamericanos, no tienen ninguna chance.

La segunda parte de la trilogía, The Dark Forest, ha sido publicada en inglés en el mes de agosto, y la parte final se encuentra en proceso de traducción.

Liu Cixin, escribiendo esta semana en un popular foro en línea que reúne estudiantes y docentes de la universidad de Tsinghua, dijo lo siguiente para expresar su agradecimiento:

Me gustaría agradecer especialmente a los lectores de estos libros por compartir mi mundo imaginario. The Three-Body Problem, junto con los dos libros siguientes, revelan el peor universo posible, pero como sucede con todas las novelas de ciencia ficción los humanos en ellas se unen para enfrentar una amenaza, un desafío y un futuro en común. Y es ese acercamiento entre humanos como una entidad única en el universo que constituye la belleza que nos aporta la ciencia ficción; de hecho, en realidad, los seres humanos se están uniendo en este mismo momento; no necesitamos esperar la llegada de alienígenas para demostrarlo.

 

 

Fuente: Global Voices. Aportado por Eduardo J. Carletti

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