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«Se descubrirán señales electromagnéticas alienígenas en 2040», dice el astrónomo jefe de SETI

«Los astrónomos habrán analizado suficientes sistemas de estrellas como para que antes de 2040 hayamos descubierto señales electromagnéticas producidas por alienígenas», dijo Seth Shostak del Instituto SETI (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre) en Mountain View, California, durante una charla en el sinposio Innovative Advanced Concepts 2014 de la NASA (NIAC) en la Universidad de Stanford

SETI hasta ahora ha buscado señales de radio procedentes de mundos como la Tierra. En la búsqueda actual de la vida extraterrestre avanzada los expertos de SETI dicen que hay mejores probabilidades de detectar Inteligencia Artificial alienígena en lugar de vida biológica porque el tiempo entre el desarrollo de la tecnología de radio y la inteligencia artificial alienígena sería breve. «Si construimos una máquina con la capacidad intelectual de un ser humano, entonces en el plazo de 5 años su sucesora será más inteligente que todos los hombres juntos», dice Seth Shostak, astrónomo jefe del SETI. «Una vez que una sociedad inventa la tecnología que puede ponerlos en contacto con el cosmos, están como máximo a unos pocos cientos de años de cambiar su propio paradigma de vida sentiente a la inteligencia artificial», dice.

Las máquinas ET serían infinitamente más inteligentes y duraderas que la inteligencia biológica que las creó. Las máquinas inteligentes serían inmortales, y no tendrían que existir en las zonas Ricitos de Oro benignas con la vida de carbono en las que se centran las búsquedas SETI en la actualidad. Una IA podría auto-dirigir su propia evolución, cada «actualización» se crearía con la suma precargada del total del conocimiento de su predecesora.

Los artefactos ET coordinados por computadoras, sugiere el físico británico, Stephen Wolfram, se verían mucho más como un artefacto natural. Es fácil distinguir a un artefacto tecnológico, como un automóvil, de un objeto natural, como un árbol. El árbol es mucho más complicado. Pero, dice Wolfram, «esto es simplemente porque nuestros artefactos tecnológicos son primitivos. A medida que se vuelvan más complejos —con procesadores informáticos que les permitan tomar una decisión a cada momento— comenzará a tener un aspecto tan complejo como los árboles y las personas y las estrellas». Tenemos una pequeña posibilidad, sugiere, de distinguir un artefacto ET de un objeto celeste natural.

El astrónomo jefe del SETI, Seth Shostak, dice que «sería probable que la vida extraterrestre artificialmente inteligente migre a lugares donde habría abundancia tanto de materia como de energía —las únicas cosas que, él considera, serían de interés para la vida basada en máquinas—. Eso significa que la búsqueda SETI puede tener que centrar su atención cerca de estrellas jóvenes y calientes, o incluso cerca de los centros de las galaxias».

Escribiendo en el Acta Astronáutica, Shostak dice que las probabilidades favorecen la detección de estas IA alienígenas en lugar de la vida «biológica». Los investigadores de SETI han argumentado desde hace tiempo que la naturaleza puede haber resuelto el problema de la vida utilizando diferentes diseños o productos químicos, lo que nos sugiere extraterrestres que no sólo no se verían como nosotros, sino que no van a ser formas de vida basadas en el carbono, pero estarían obligados a seguir «por lo menos algunas reglas de la bioquímica, vivir por un período de tiempo finito, procrear y sobre todo estár sujetos a los procesos de la evolución».

«Si nos fijamos en los plazos establecidos para el desarrollo de la tecnología, en algún momento inventas la radio y luego sales al aire, y entonces tenemos la oportunidad de encontrarte», dijo a BBC News. «Pero luego de unos pocos cientos de años de inventar la radio —al menos si somos algún tipo de ejemplo— uno inventa máquinas pensantes; probablemente vamos a hacer eso en este siglo. Así que has inventado a tus sucesores y sólo durante unos cientos de años usted es una… ‘inteligencia biológica'».

Desde el punto de vista de la probabilidad, si las máquinas que funcionan con inteligencia artificial han evolucionado, seríamos más propensos a detectar señales de ellos que de la vida «biológica» que los inventó.

«Pero ya hemos estado buscado señales por 50 años, SETI está atravesando el proceso de imaginarse que la forma en que nuestra tecnología está avanzando es, probablemente, un buen indicador de cómo otras civilizaciones —si están por ahí— han progresado. Ciertamente lo que estamos buscando por ahí es un blanco evolutivo en movimiento».

El Dr. Shostak dice que es probable que la vida extraterrestre artificialmente inteligente migre a lugares donde habría tanto materia como energía en abundancia, que es lo que les interesaría a las máquinas. Eso significa que la búsqueda de SETI puede tener que centrar su atención cerca de estrellas jóvenes y calientes, o incluso cerca de los centros de las galaxias.

«Creo que podríamos pasar por lo menos un pequeño porcentaje de nuestro tiempo mirando en las direcciones que quizás no sean las más atractivas en términos de inteligencia biológica, pero donde tal vez las máquinas inteligentes están merando». Shostak cree que SETI debería considerar la ampliación de su búsqueda a los entornos ricos en energía y materia de las estrellas calientes, agujeros negros y estrellas de neutrones.

Los «data centers» como ése generan mucho calor, y mantenerlos frescos es un reto importante para la computación moderna. Los ordenadores inteligentes probablemente buscarían un hábitat de baja temperatura. Los Glóbulos de Bok (imagen en la parte superior de la página) son otro objetivo para buscar máquinas inteligentes. Estas regiones densas de gas y polvo son conocidas por la producción de sistemas de estrellas múltiples. A alrededor de menos 227 grados Celsius, son alrededor de 71 grados Celsius más fríos que la mayoría del espacio interestelar.

Este clima podría ser un importante atractivo debido a que la termodinámica implica que la maquinaria será más eficiente en regiones frías, regiones que pueden funcionar como un gran «disipador de calor». El ambiente súper refrigerado de un glóbulo de Bok podría representar la Zona Ricitos de Oro para las máquinas movidas por IA, dice Shostak. Pero debido a que los agujeros negros y los glóbulos de Bok no son hospitalarios para la vida tal como la conocemos, no están en la lista de objetivos principales de SETI.

«Las máquinas tienen diferentes necesidades», dice. «Ellas no tienen límites evidentes a lo largo de su existencia, y en consecuencia podían dominar fácilmente la inteligencia del cosmos. En particular, ya que pueden evolucionar en escalas de tiempo mucho, mucho más cortas que la evolución biológica, podría muy bien ser que las primeras máquinas que aparezan en escena dominen a fondo la inteligencia en la galaxia. Es un tipo de escenario «ganador se lleva todo».

Según el físico británico Stephen Wolfram, la vida inteligente es inevitable. Pero hay un problema. Aunque la vida inteligente es inevitable, nunca la encontraremos, al menos no mirando en la Vía Láctea. Como prueba, Wolfram señala que con el fin de comprimir más y más información en nuestras señales de comunicación —ya se trate de conversaciones de teléfonos móviles o computadoras— quitamos toda la redundancia y los patrones. Si hay algo en una señal que se repite, entonces es claro que se lo puede extirpar. Pero este proceso de eliminación de cualquier patrón de una señal causa que se vea más y más azarosa… de hecho, muy parecido al «ruido» aleatorio de radio que llueve sobre la Tierra proveniente de estrellas y nubes de gas interestelar.

Según Wolfram, si alguien apunta haces de nuestras propias señales de comunicación del siglo 21 hacia nosotros desde el espacio, sería casi imposible determinar si son artificiales o naturales. Entonces, ¿qué posibilidades tenemos para distinguir un producto de comunicación ET del fondo general de estática de radio del cosmos?

Los artefactos de ETs coordinados por computadoras se verían mucho más como algo natural. Es fácil distinguir un artefacto tecnológico como un automóvil de un objeto natural, como un árbol. El árbol es mucho más complicado. Pero, dice Wolfram, «esto es simplemente porque nuestros artefactos tecnológicos son primitivos». A medida que se vuelven más complejos —con procesadores informáticos que les permiten tomar una decisión de momento a momento— comenzarán a tener un aspecto tan complejo como los árboles y las personas y las estrellas». Tenemos una pequeña posibilidad, sugiere, de distinguir un artefacto ET de un objeto celeste natural.

Si Wolfram acierta y los extraterrestres están ahí fuera, pero no vamos a ser capaces de reconocerlos —ya sea en sus comunicaciones o sus artefactos— entonces, por supuesto, que podrían estar aquí en el Sistema Solar y no lo habríamos notado.

Wolfram cree que los extraterrestres no quieren viajar a la Tierra, o a cualquier otro lugar. En opinión de Wolfram, todo en el universo es producto de un programa de computadora. De hecho, él se imagina un ciber-universo abstracto de todos los programas informáticos concebibles, desde el más simple hasta el más complejo. Este «universo computacional» contiene todo, desde el sistema operativo de Apple Macintosh a un programa para la creación de una nave más rápida que la luz.

Wolfram cree que ha encontrado el gran secreto de la naturaleza: cómo se genera la complejidad del mundo, todo, desde un rododendro a un árbol a una galaxia espiral barrada, aplicando sencillas reglas una y otra vez, como un simple programa de ordenador.

Wolfram llegó a esta notable conclusión a principios de 1980 cuando se descubrió que el tipo más simple de programa de ordenador —conocido como un autómata celular— puede generar complejidad infinita si su salida se realimenta en forma repetida como entrada. Wolfram ha encontrado evidencia de que se puede realizar el tipo de programa de computadora que produce la complejidad infinita «no sólo los sistemas de moléculas biológicas, sino en todo tipo de sistemas físicos: nubes de gas, sistemas caóticos o partículas subatómicas, y así. Conclusión: que en todo el Universo la vida —aunque sin duda no la vida tal como la conocemos— brotará espontáneamente. Es una característica fundamental de la materia.»

La existencia de este universo computacional es lo crucial. Pero la realidad es que sería más fácil y más eficiente para una civilización ET quedarse en casa y utilizar una computadora para buscar el universo computacional de programas útiles en lugar de tratar de obtener la misma información buscando extraterrestres para hablar en una de las 200.000 millones de estrellas en la Vía Láctea. «Es un simple juego de números», dice Wolfram.

Todo es generado por el programa informático, «y que lo incluye a usted y a mí», dice Wolfram. «Alguien al otro lado de la galaxia podría haber encontrado el programa informático para usted y estar conversando con ustedes en este mismo momento.»

Fuente: Daily Galaxy. Aportado por Eduardo J. Carletti

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Investigadores de la Universidad de Houston crean un nuevo conductor flexible y transparente

El descubrimiento pone más cerca de la realidad los teléfonos celulares plegables y los TV de pantalla plana plegables

Investigadores de University of Houston han desarrollado un nuevo conductor eléctrico estirable y transparente, con lo que se acercan a la realidad potenciales teléfonos totalmente plegables o un televisor de pantalla plana que se pueda plegar y llevar bajo el brazo.

Zhifeng Ren, un físico de la Universidad de Houston e investigador principal en el Centro de Texas para Superconductividad, dijo que ha estado mucho tiempo investigando dispositivos electrónicos portátiles que puedan ser enrollados y transportados fácilmente. Sin embargo, ha demostrado ser difícil de alcanzar ese material transparente y con la flexibilidad y la conductividad necesaria: algunos materiales tienen dos de los componentes, pero hasta ahora encontrar uno con las tres características ha seguido siendo difícil.

Los electrodos de nano-malla de oro producidos por Ren y sus asociados en la investigación Chuan Guo Fei y Tianyi Sun en la UH, junto con dos colegas de la Universidad de Harvard, proporcionan una buena conductividad eléctrica, así como transparencia y flexibilidad, informaron los investigadores en un artículo publicado en línea el martes en la revista Nature Communications.

El material también tiene aplicaciones potenciales en dispositivos biomédicos, dijo Ren, el autor principal del artículo. Los investigadores informaron que los electrodos de nano-malla de oro, producidos por la novedosa litografía de límite de grano, aumentan la resistencia eléctrica sólo ligeramente, incluso con una deformación de un 160 por ciento, o después de 1000 ciclos con una deformación del 50 por ciento. La nano-malla, una red de nanocables de oro totalmente interconectados, tiene buena conductividad eléctrica y transparencia, y tiene una «capacidad de estiramiento ultra alta», según el artículo.

Y a diferencia de la plata o el cobre, la nano-malla de oro no se oxida fácilmente, algo que, nos informa Ren, provoca una fuerte caída de la conductividad eléctrica en nanocables de plata y cobre. Guo dijo que el grupo es el primero en crear un material que es transparente, elástico y conductor, así como el primero en utilizar la litografía de límite de grano en las pruebas. Más importante aún, dijo, es la primera en ofrecer un mecanismo limpio para producir la ultra alta elasticidad.

La litografía de límite de grano implica un proceso de metalización de doble capa, que incluye una capa enmascaradora de óxido de indio y una capa sacrificable de óxido de silicio, y ofrece un buen control sobre las dimensiones de la estructura de la malla.

«Esto es muy útil para el campo de la electrónica plegable», dice Guo. «Es mucho más transportable.»

Sun señaló que el fabricante coreano de electrónica Samsung mostró un teléfono celular con una pantalla flexible en octubre; LG Electronics ha presentado un teléfono móvil curvo que está disponible ahora en Asia.

Pero tampoco son realmente plegables o extensibles, en cambio se curvan ligeramente para ajustarse mejor contra el rostro del usuario. «Para ese tipo de dispositivo, necesitamos algo flexible, transparente», dice Sun respecto a un teléfono plegable. «Si queremos avanzar en esa tecnología, necesitamos algo más, y esa otra cosa podría ser la tecnología que estamos desarrollando.»

Ren señaló que, aunque la nano-malla de oro es superior a otros materiales probados, también se rompió, y la resistencia eléctrica aumentó cuando al estirarla. Pero dijo que la conductividad regresó cuando fue devuelta a las dimensiones originales.

Eso no fue así con la plata, dijo, probablemente debido a la oxidación. El trabajo en la Universidad de Houston ha sido financiado por el Departamento de Energía, mientras que en Harvard fue financiado por una beca de la Fundación Nacional de Ciencia.

Fuente: University of Houston. Aportado por Eduardo J. Carletti

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Reconociendo inteligencia extraterrestre… «¿No puede haber vida e inteligencia allí afuera en formas que no podemos concebir?»

«Podrían estar mirándonos a la cara y simplemente no reconocerlos. El problema es que estamos buscando algo muy parecido a nosotros, asumiendo que por lo menos tienen algo así como las mismas matemáticas y tecnología»

Esta interesante observación fue hecha por Lord Martin Rees, cosmólogo y astrofísico de avanzada que es el presidente de la Royal Society de Gran Bretaña y astrónomo de la reina de Inglaterra. Rees cree que la existencia de la vida extraterrestre podría estar más allá de la comprensión humana.

«Sospecho que puede haber vida e inteligencia allí afuera en formas que no podemos concebir. Así como un chimpancé no puede entender la teoría cuántica, podría estar allí como aspectos de la realidad que están más allá de la capacidad de nuestros cerebros», dijo Rees.

Un alienígena puede tener cuatro miembros, como nosotros los humanos. O puede lucir 17 tentáculos, en función de las presiones evolutivas. Podemos observar, cuantificar y describir estas cosas. Pero ¿cómo podemos realmente evaluar el funcionamiento de una mente alienígena?

Un nuevo estudio, a publicarse en Acta Astronautica en febrero, y reportado en Astrobiology de la NASA, ofrece un ejercicio preliminar para hacernos pensar fuera de nuestro propio encasillamiento en la evaluación de la inteligencia extraterrestre. El ejercicio se llama COMPLEX (complejo), que significa «COmplexity of Markers for Profiling Life in EXobiology» (complejidad de marcadores para la generación de perfiles de vida en Exobiología). El proyecto compara varias inteligencias no humanas —incluyendo a los animales, microbios y máquinas— entre sí (en lugar de con los seres humanos) y entre varias categorías de conducta y capacidad mental.

«El objetivo de COMPLEX sería prepararnos para evaluar otras especies si encontramos vida en el espacio», dice Denise Herzing, autora del estudio y biólogo de la Universidad Atlantic de Florida.

La investigación podría resultar crítica para la astrobiología, que depende en gran medida de la comprensión terrestre para evaluar lo que es posible en otros planetas. Más allá de la increíble variedad de biota de la Tierra, la «inteligencia» es una cosa muy difícil de definir. Históricamente, a menudo hemos definido la inteligencia en los seres sobre la base de cuánto se parece a la nuestra. Recopilamos patrones de sonido de las ballenas que se pueden calificar como el lenguaje, evaluamos el uso de herramientas rudimentarias por los cuervos y admiramos la complejidad de las sociedades de los elefantes.

Viendo estas inteligencias no humanas a través de una lente humana, sin embargo, puede estar subestimando la capacidad intelectual de estas criaturas. Por otra parte, cuando se aplica a las formas de vida no terrestre, nuestro sesgo hacia las características de la inteligencia humana puede realmente hacer que nos equivoquemos.

La preparación de Herzing la ha preparado bien para un emprendimiento astrobiológico. Ella es la directora de investigación y fundadora del Wild Dolphin Project, una organización que ha estudiado un par de delfines durante casi tres décadas para aprender acerca de los comportamientos de los animales, la estructura social, y más. Muchos científicos creen que los delfines (técnicamente, marsopas, «delfín» es un nombre común que se da a los animales) están entre las criaturas más inteligentes en la Tierra, tal vez a la par con los primates no humanos.

El trabajo de Denise Herzing en el Wild Dolphin Project es el estudio de la comunicación dentro de un entorno de delfines, un proyecto en el que permaneció durante casi 30 años. Crédito: Wild Dolphin Proyecto.

En su mayor parte, el estudio de la inteligencia de los delfines ha socavado los métodos estándar que utilizamos para evaluar la inteligencia de otras especies. Nos centramos en las características físicas, tales como el tamaño del cerebro en relación con la masa corporal. También hemos puesto a prueba especies llevándolas a hacer el tipo de cosas que consideramos características de nuestra propia capacidad intelectual superior, como los rompecabezas y la comprensión de la lengua de signos o auditiva.

«Utilizamos principalmente dos métodos para buscar inteligencia», dijo Herzing. «El primero es una revisión de la infraestructura física de los cerebros: grandes cerebros, sistemas neuronales complejos, etc… La segunda es una evaluación cognitiva que generalmente requiere experimentos y pruebas, diseñadas por el ser humano y basadas en lo que creemos que son habilidades «superiores».

Una tercera medida de la inteligencia, la de la señalización y las comunicaciones complejas, ganaron terreno recientemente. Gracias a los avances en el reconocimiento de patrones por las computadoras junto a otro software, ahora tenemos herramientas para recopilar y analizar los datos necesarios para evaluar esta dimensión. Un ejemplo son los largos segmentos de vocalización de los delfines en comparación escuchando elementos repetidos y arreglos sintácticos aparentes en medio de los chasquidos, silbidos y gritos.

A través de estas investigaciones, encontramos profundas ejemplos de inteligencia similar a la humana en no humanos, empujándonos de nuestros altos pedestales, hasta cierto punto.

«Los seres humanos tuvimos que renunciar a una parte de lo que pensábamos que era ‘único’ en nosotros, ya que los animales comenzaron a mostrar sus verdaderas habilidades», dijo Herzing.

Anteojeras humanas

Tan útilmente humillantes son estas revelaciones que fallamos en juzgar la inteligencia de los animales en sus propios términos, por así decirlo.

«Por supuesto, cada especie es inteligente en el sentido de poder sobrevivir en su medio ambiente», dijo Herzing. «Sin embargo, otras especies pueden tener tipos de inteligencia basadas en su estructura y el entorno físico que rivalizan con la inteligencia humana en complejidad, aunque no es exactamente igual a la nuestra. Por ejemplo, las criaturas complejas sin manos probablemente no construyen cosas de la misma manera que los seres humanos.»

Indiscutiblemente, nuestra capacidad de reutilizar los contenidos del mundo físico, de la piedra de cantera de las pirámides al silicio en nuestras computadoras, es una exhibición asombrosa de medios que no posee ningún otro organismo del hábitat terrestre. Pero las maravillas de la ingeniería de un montículo de termita, en el control de temperatura, ventilación, cultivo de jardines de hongos, no deben ser despreciadas, tampoco. Como individuos, las termitas no son muy inteligentes o capaces. Pero como «mente de colmena» colectiva, las criaturas lograr hazañas increíbles.

«Creo que algún día seremos capaces de vernos a nosotros mismos como una de las muchas especies que desarrollaron algunas especialidades, como el lenguaje oral y la manipulación de las cosas, en vez de vernos a nosotros mismos como la única especie que es inteligente, porque creemos que tener lenguaje es inteligente», dijo Herzing.

Para prestarle debida atención a otros aspectos de la inteligencia, Herzing desarrolló COMPLEX. Ella reclutó una pequeña cantidad de científicos, desde astrobiólogos a un científico de la computación, para intervenir en las cinco dimensiones de la inteligencia a través de varias entidades claramente no humanas.

Las dimensiones complejas son: «cociente de encefalización» (un muestreo de la complejidad neural), «señales de comunicación» (complejidad de la codificación de señales), la «complejidad individual» (la presencia de personalidades, en esencia), la «complejidad social» (viviendo como grupo o individualmente) y la «interacción entre las especies» (el caracter de las relaciones externas). Cada categoría fue dividida en otros atributos, más específicos. Para citar un ejemplo de cada uno, respectivamente: las especializaciones neurales, repertorio natural, flexibilidad de roles, alianzas/cooperación, y el altruismo entre especies.

Si algunos de los términos e ideas anteriores no nos suenan cuando se piensa en los indicadores de la inteligencia, éste es el punto.

«Debido a que la mayor parte de los criterios para la inteligencia humana enfatizan el lenguaje, la cognición y la competencia numérica, se utilizaron otras dimensiones de procesamiento de la información a la escala de los organismos en las pruebas», escribió Herzing en su artículo.

Los expertos calificaron cinco fuentes inteligencia concebible para el estudio, tomadas de las categorías creadas por Lori Marino de la Universidad de Emory y Kathyrn Denning de la Universidad de York para el proyecto del Instituto SETI «Inteligencia en Astrobiología». Los ejemplos específicos evaluados son delfines, pulpos, abejas, microbios y máquinas. Cada una de esas entidades, de diferentes maneras se enfrentan y exploran su entorno para sobrevivir (o como se puede decir para una máquina, que funcione como está programada). Entre las instancias de atributos está la compleja comunicación de los delfines, el aprendizaje asociativo en los pulpos, la danza ondulante que usan las abejas para indicarle a sus compañeras la ubicación de los alimentos, el comportamiento grupal de autobeneficio de las colonias microbianas y la potencia de cálculo de las máquinas.

En general, con los resultados del ejercicio, COMPLEX mostró cómo se acomodaban una sobre otra los cinco inteligencias no humanas. Cada zona demostrada de potencial alto y bajo, con algunas similitudes y diferencias interesantes saliendo a la luz. Tanto las abejas como las máquinas alcanzaron cifras altas en la comunicación de señales y en las categorías de complejidad social. Los delfines, pulpos y máquinas todos dumaron puntos en gran encefalización (complejidad neural). Los microbios, que fácilmente confundimos los seres humanos con la falta de habilidades sociales, fueron calificados relativamente alto en la categoría de interacción entre las especies.

Los resultados sugieren maneras en que podríamos intentar definir (y re-establecer) el elusivo concepto de las inteligencia de los seres diferentes de nosotros.

«COMPLEX es un ejercicio inicial para ver cómo podemos empezar a comparar los tipos de inteligencia, sin depender de las características humanas solamente», dijo Herzing.

Una extensión natural de estos resultados preliminares es la creación de nuevos criterios y probar otras inteligencias.

«Sería genial tener cientos de especies medidas por los expertos y comparadas», dijo Herzing. «Los cinco ejemplos escogidos han sido sólo cinco de muchas inteligencias posibles.»

Las versiones futuras de COMPLEX también podrían tratar de hacer frente a las simplificaciones de pintar un tipo de criatura con un pincel demasiado grueso. Por ejemplo, «microbios» es un término genérico para plancton (plantas y animales), hongos, bacterias, arqueas y más, cubriendo un continuum de comportamiento y actividad. Por lo tanto, no todos los microbios califican igual. Herzing dice que uno de los objetivos de COMPLEX es determinar estas divisiones.

Uno de los retos de COMPLEX, así como de cualquier intento de evaluar la inteligencia en los demás, es hacer frente a nuestros propios prejuicios inherentes. ¿Cómo no juzgar algo para los estándares humanos, mirando a través de los ojos humanos y calculándolo con un cerebro humano?

«Uno de los hallazgos interesantes del ejercicio es cuán difícil fue para los expertos pensar en comparar cerebros de mamíferos con cuerpos de insectos», dijo Herzing. «¿Se puede comparar la función de estas estructuras y la forma en que contribuyen a la inteligencia, sin dejar nuestra tendencia humana en el camino?»

La máquina es un ejemplo particularmente difícil, después de todo. Ellos son por nosotros, para nosotros.

«¿Debido a que las computadoras y la inteligencia artificial son hechas por el hombre, cómo se miden sus habilidades?», dice Herzing. (Cabe destacar que algunos astrobiólogos piensan que los extraterrestres espaciales tecnológicamente avanzados podrían muy bien ser «post-biológicos», lo que significa robóticos.)

Una última cuestión con el enfoque de COMPLEX es que requiere la colaboración de expertos en las especies en cuestión o en la entidad inteligente. Evaluar inteligencias no-humanas terrestres bien investigadas puede abrir nuevas ventanas conceptuales. Pero puede que no lleve automáticamente a descubrir el código de los posibles inteligencias extraterrestres, particularmente las que sean «vislumbradas» por nuestras sondas robóticas o eventuales astronautas interplanetarios e interestelares.

«El desafío con el enfoque de COMPLEX es que necesitamos datos para hacer evaluaciones, de manera de asumir una cierta cantidad de estudio científico», dijo Herzing. «Va a ser difícil en otros planetas, si tenemos que hacer evaluaciones rápidas, pero creo que, posiblemente, podemos poner a nuestros equipos en la tarea de reconocer los patrones rápidamente, si es necesario.»

Cada fragmento de conocimiento puede resultar útil para estar listos y dispuestos a considerar la posibilidad de inteligencias extraterrestres similares o radicalmente diferentes de nuestra. Después de todo, luchamos para entender exactamente qué es la inteligencia, incluso cuando está delante de nuestras narices.

«No hemos hecho un trabajo muy bueno reconociendo otras formas de vida inteligente, y otras culturas humanas y no humanas en nuestro propio planeta», dijo Herzing. «Si nos ponemos el desafío de preguntas y reflexiones fuera de nuestra zona de confort, creo que algún día podremos ir más allá de nuestros prejuicios humanos y lograr al menos un vistazo alrededor de la esquina.»

La imagen similar a un «alienígena» en la parte superior de la página muestra una pequeña medusa planctónica con tentáculos verdes fluorescentes brillantes. La fluorescencia de color rojo en el medio de la medusa proviene de la clorofila en las algas que ingirió. Imagen cortesía de Mikhail Matz, Islands in the Stream 2002, NOAA-OER.

Fuente: The Daily Galaxy. Aportado por Eduardo J. Carletti

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