Una apuesta arriesgada de Ediciones Cuasar y de su editor, Luis Pestarini, quien en esta ocasión nos presenta la obra de una autora argentina: una historia con raíces mitológicas, pero que comienza en el Buenos Aires actual
El más reciente volumen publicado por Ediciones Cuasar es una apuesta arriesgada de su director, Luis Pestarini. Los primeros cuatro autores elegidos son nombres conocidos, aclamados, premiados y reconocidos por la crítica y los aficionados a nivel mundial, si bien no todos ellos gozan de difusión en el mercado local. En este caso la autora es Paula Ruggeri, una joven escritora argentina conocida en el ambiente porteño de la ciencia-ficción y fantasía pero cuya carrera literaria está lejos de Egan, Budrys o MacLeod.
El libro como objeto editorial mantiene el nivel a que ya nos acostumbró Ediciones Cuasar. Hay una cuidadosa revisión y corrección que aprecio profundamente (sólo recuerdo una errata en las 148 páginas, algo muy poco frecuente hoy en día). La tapa es una bella producción de Daniel Vázquez1, una escena del libro como él la imaginó, llamativa e invitante. La tipografía, el papel y la impresión son muy agradables. La bibliografía del final complementa la novela con una buena cantidad de enlaces para quienes quieren leer más de Ruggeri.
EL JARDÍN DE LAS DELICIAS
Paula Ruggeri
148 páginas
Formato: 20 x 14 cm.
ISBN 987-987-22090-4-9
Diseño e ilustración de tapa: Carlos Daniel Joaquín Vázquez
Precio de venta: $45
Ediciones Cuasar
Buenos Aires, 2010
148 páginas
La novela es también una apuesta arriesgada de ambos por su temática, una fantasía anclada en la mitología griega, retomando el personaje de Ulises a quien la Ilíada nos pintó como el astuto gestor del ardid del caballo de Troya que permitió finalizar la guerra y la Odisea nos mostró trajinar atravesando océanos, contrariando dioses y hombres para volver a su casa.
Es este personaje complejo y ambivalente, protagonista de innúmeras peripecias y aventuras, utilizado muchas veces tanto en la literatura como en el psicoanálisis, a quien la autora nos trae a Buenos Aires, época actual, para discutir en la primera escena con una psiquiatra porteña.
Las primeras páginas marcan una tónica inicial del libro, que juega a mostrarnos cómo sería Ulises si hubiera vivido hasta hoy. Juega con el choque entre la imagen del héroe del mito y el mundo moderno (o más bien, post-moderno), sin dioses ni héroes. Un rápido viaje de búsqueda nos ubica más en el personaje de Ulises como eterno viajero, a la vez que nos acerca más a los problemas y la angustia de su longevidad. También nos expone a la prosa ricamente poética de la autora, un importante atractivo del libro. La descripción de algunas de las escenas es brillante, con un encanto difícil de lograr.
A partir de allí, se suceden peripecias sin solución de continuidad, como cuadra a un aventurero que se precie y a un relato que siga la estructura del viaje del héroe. En este caso, las peripecias y los personajes secundarios reflejan el profundo amor de la autora por la literatura y sus figuras. Amor acompañado, por cierto, de un amplio conocimiento de la materia. A modo de ejemplo, mencionaré la librería del espejo oscuro, que aparece en un peculiar lugar de Buenos Aires y donde se dan cita personajes de unos cuantos libros.
Continúa el juego de poner al personaje mitológico en el mundo de hoy, hasta que Ulises llega en su viaje al mundo de los muertos. Allí el tono del libro cambia y las aventuras se vuelven mucho más surrealistas, con un tinte simbólico onírico y una lógica completamente distinta. Las referencias literarias cambian también.
En esta segunda parte del libro me sentí un poco más incómodo, ya que por momentos el símbolo y la necesidad de dar explicaciones se tragan al personaje y me costó mucho más identificarme con las sucesivas vacilaciones y contradicciones de Ulises. Empieza a ser demasiado humano y es difícil reconciliarlo con la imagen del héroe. Tiene cada vez menos poder de decisión, siendo cada vez más un juguete en manos del destino. Aún así, llega a encontrar todas las respuestas que necesita, si bien eso nos «cuesta» una discusión de varias páginas con una divinidad enloquecida, declamativa y reiterativa que por momentos me recuerda al científico loco que explicaba su plan en las novelas de CF de la edad de oro…
Estas dificultades se ven aligeradas por la belleza de las imágenes que Ruggeri nos entrega, el ritmo de su prosa poética y la intriga que supo generar y sostener, que nos hace tan ávidos de respuestas como el mismo Ulises.
El cierre es… no quiero hablar mucho del cierre para no disminuir la intriga y el placer en nadie, pero me pareció perfectamente adecuado.
En resumen, un libro sumamente interesante que nos trae una mirada distinta sobre héroes y dioses de la antigüedad. Tiene profusión de imágenes poéticas muy bellas, hay abundantes y ricos personajes secundarios para recordar. También incluye multitud de referencias a otras historias que podemos navegar, como nuevos Ulises en los mares de la literatura universal.
NOTA: NOTA 1: Es colaborador frecuente de la revista Axxón y autor de la tira «El Encarrilador«, además de escritor.. VOLVER
Carlos Ferro para Axxón
Fuente: Aportado por Eduardo J. Carletti
Más información:
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