Descubriendo los secretos de Stonehenge

Un estudiante de arqueología en la Universidad de Exeter ha propuesto una nueva idea revolucionaria sobre el movimiento de grandes piedras monumentales como las de Stonehenge

El estudiante universitario Andrew Young vio una correlación entre los círculos de piedras verticales en Aberdeenshire, Escocia, y una concentración de bolas de piedra tallada, que podían haber sido usadas para ayudar a transportar las piedras grandes, como rodamientos de bolas.

Young descubrió que muchas de las bolas de piedra de fines del Neolítico tenían un diámetro muy similar, apenas un milímetro entre una y otra; para él indicaba que habrían sido usadas juntas de alguna manera, y no por separado. Al dibujar sobre un mapa dónde fueron encontradas las bolas talladas, se dio cuenta de que todas estaban dentro de las inmediaciones de monumentos neolíticos conocidos como círculos de piedra recostados. Estos monumentos de círculos de piedra en Aberdeenshire comparten una forma equivalente con Stonehenge, pero con algunas piedras mucho más grandes.

Para probar su teoría, Young desarrolló un modelo que usaba pequeñas bolas de madera que fueron puestas en unas piezas con ranuras de madera, similares a una vía de ferrocarril, pero con un surco en vez de un riel. Las bolas fueron esparcidas y una imagen refleja de la vía fue colocada encima soportando una plataforma de madera. Entonces puso lajas de concreto sobre las vías para reproducir un peso pesado.

Young dijo, «Entonces me senté encima de las lajas para añadir peso adicional. La prueba verdadera fue cuando un colega usó su índice para moverme hacia adelante, un simple empujón y las lajas y yo avanzamos con gran facilidad. Esto probó que sobre las bolas se podían mover objetos pesados y grandes, y podía ser una explicación viable de cómo eran movidas las piedras gigantescas, especialmente en relación con dónde fueron encontradas las bolas de piedra originalmente.»

Un experimento adicional a una escala mucho más grande fue organizado con la ayuda financiera de Producciones Gemini y WGBH, Boston para NOVA, un programa estadounidense de TV documental. Se estaban concentrando en Stonehenge y querían ver si un equipo de estudiantes de arqueología, dirigido por el profesor Bruce Bradley, un arqueólogo principal en la Universidad de Exeter, podía construir y probar un modelo de tamaño natural usando madera que pudiera reflejar cómo habían sido movidas esas enormes piedras a través del paisaje. Los experimentos previos, que otros han llevado a cabo para mover piedras grandes, no habían sido particularmente eficaces. La construcción de una superficie endurecida para rodar troncos y los experimentos de trinchera sólo movieron una piedra con gran esfuerzo, y si todas hubieran sido movidas de este modo la superficie endurecida o la zanja aparecerían en el registro arqueológico, y sin embargo no se han encontrado.

En el experimento a gran escala se usó madera verde por razones de costo. La gente del Neolítico habrían tenido acceso a muchos mejores materiales, como roble curado, que es sumamente duro y había en abundancia en los grandes bosques de ese tiempo. Ellos también tenían la habilidad técnica de cortar largas tablas de madera, conocida a través de la evidencia arqueológica de tablas usadas como una manera de crear senderos para que las personas caminaran sobre el lodo. El experimento se hizo con esferas de granito modeladas a mano y esferas de madera.

El profesor Bradley dijo, «Nuestro experimento tuvo que decidirse por la opción mucho más barata de la madera verde, que es relativamente blanda; sin embargo, movimos con éxito pesos sumamente grandes en un paso. La demostración indicó que las piedras grandes podían haber sido movidas usando este sistema de rodamiento de bolas con unos diez bueyes, y que pueden haber sido capaces de transportar piedras hasta 16 kilómetros por día. Este método tampoco tiene un impacto duradero sobre el paisaje, ya que las vías con la ranura de las bolas se van moviendo a lo largo de la ruta, una delante de la otra, a medida que se avanza».

Estudiantes de arqueología trabajando en el experimento de mover
una piedra. (Crédito: Imagen cortesía de la Universidad de Exeter)

Añadió, «Eso demuestra que el concepto funciona. No prueba que las personas del Neolítico usaran este método, pero era y es posible. Éste es un nuevo punto de partida, porque las ideas previas no eran particularmente eficaces para transportar piedras grandes y dejaban preguntas sin respuesta sobre el registro arqueológico que habrían dejado».

La próxima etapa en el proyecto es colaborar con los expertos de ingeniería de la Universidad, que pueden calcular los pesos que se podían transportar usando varias combinaciones de variables, como madera dura y surcos con forma de U. Esto aportará la evidencia matemática para ver cuánta fuerza sería necesaria para mover la piedra y mantenerla en movimiento. Esto le permitirá al equipo del proyecto adquirir una comprensión aún mayor de cómo podrían haber sido transportadas las piedras a través de distancias enormes e incluso subir colinas. El objetivo final es un experimento a escala natural en Aberdeenshire, usando materiales más auténticos, bolas de piedra y un equipo de bueyes.

Fuente: Science Daily. Aportado por Graciela Lorenzo Tillard


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