Detectan una enzima que deteriora el sistema inmune de los astronautas

El sistema inmune de los astronautas se debilita en el espacio. Descubren que la enzima 5-LOX se vuelve más activa en gravedad cero. El hallazgo ayudará a proteger la salud de los humanos en largas misiones. En el futuro, podría ayudar a retrasar el envejecimiento

El cuerpo humano no está diseñado para vivir en un ambiente de ingravidez, así que el organismo de los astronautas que viajan al espacio sufre algunos cambios fisiológicos durante el periodo de adaptación. Su sistema inmune, por ejemplo, responde peor en el espacio que en la Tierra. Aunque aún no se sabe con seguridad por qué ocurre, un experimento realizado en la Estación Espacial Internacional (ISS) ha aportado nuevas pistas para entender este proceso y desarrollar mecanismos para proteger su salud. Un aspecto crucial a la hora de considerar de forma seria el lanzamiento de misiones tripuladas de larga duración.

Un equipo de científicos italianos ha confirmado que la enzima 5-LOX (5-Lipooxigenasa), responsable, entre otras funciones, de regular la esperanza de vida de las células humanas, se altera en un ambiente de ingravidez. El análisis de varias muestras de sangre reveló que esta enzima se vuelve más activa en el espacio.

Mauro Maccarrone, investigador de la Universidad de Teramo y autor de este experimento, explica que 5-LOX podría ser la responsable del debilitamiento del sistema inmunológico.

¿Se podría lograr un mejor funcionamiento del sistema inmune de los astronautas modificando esta enzima?: «En teoría, sí, porque reduciendo la actividad de 5-Lipooxigenasa se debería reducir el estrés oxidativo. En concreto, en las membranas celulares (un fenómeno conocido como ‘peroxidación lipídica‘), señala Maccarrone a ELMUNDO.es a través de un correo electrónico.

Existen ya medicamentos capaces de lograrlo: «El modo más directo, usado desde hace tiempo en terapia clínica, es el uso de inhibidores específicos, es decir, moléculas capaces de bloquear la actividad de la enzima», explica.

Retrasar el envejecimiento

Según señala la Agencia Espacial Europea (ESA), el hallazgo podría permitir desarrollar terapias que ayudaran a retrasar el proceso de envejecimiento y por tanto, mejorar la calidad de vida de las personas mayores.

Maccarrone, no obstante, se muestra cauto y subraya que es necesario seguir investigando para demostrar este paralelismo: «Se sabe que la microgravedad provoca en el hombre una serie de efectos que se parecen a un ‘envejecimiento acelerado’. Por lo tanto, el descubrimiento de que la microgravedad aumenta la actividad de la 5-Lipooxigenasa implica que, bloqueando esta enzima, se podría ralentizar el envejecimiento. No obstante, no hay que tomar esta afirmación al pie de la letra, ya que todavía hay que hacer muchos experimentos», añade.

Muestras de sangre

Para llevar a cabo este experimento, cuyos detalles se han publicado en FASEB Journal, se enviaron dos muestras de sangre de dos personas sanas a la Estación Espacial Internacional. Una de ellas estuvo expuesta al ambiente de ingravidez mientras que la segunda fue colocada en una máquina centrífuga que de forma artificial simula la gravedad terrestre. Los dos tubos fueron congelados y enviados de vuelta a la Tierra. Su análisis fue comparado con el de otras muestras de sangre que no habían viajado al espacio.

Maccarrone recuerda que, antes de organizar este estudio, varios experimentos llevados a cabo en la Tierra habían mostrado que la enzima 5-LOX era crítica para controlar la vida y la muerte programada de muchas células (un proceso llamado apoptosis), incluso la de los linfoncitos humanos. En el año 2000 se llevó a cabo un experimento con una enzima pura durante un vuelo parabólico de la Agencia Espacial Europea (ESA) con el objetivo de demostrar cómo la actividad lipooxigenásica aumenta en un ambiente de ingravidez.

Además de la 5-LOX, los investigadores estudian otros factores que pueden alterar el sistema inmunológico cuando no hay gravedad: «En un segundo experimento que hemos mandado al espacio, y que acaba de regresar a la Tierra (ROALD-2), queremos comprobar si un grupo de lípidos bioactivos, llamados ‘endocannabinoides‘ pueden contribuir a la inmunodepresión que se ha observado en microgravedad. Además, puede haber otros factores (por ejemplo, algunas citocinas, como LIF (Factor inhibitorio de leucemias), y hormonas como la leptina), que podrían jugar un papel relevante en el sistema inmunitario. Para profundizar más en ello hará falta hacer más experimentos».

Los efectos de la radiación

Proteger el sistema inmune de los astronautas es sólo uno de los aspectos que preocupan a los médicos de cara a una misión de larga duración, como lo será un viaje a Marte o a un asteroide. Los científicos trabajan para desarrollar sistemas que permitan proteger al cuerpo humano de la intensa radiación que recibiría durante un viaje de estas características, así como la pérdida ósea y muscular que sufren los astronautas durante sus estancias en el espacio. El profesor Maccarrone advierte que, además de todos estos problemas de salud, «podría haber otros que todavía desconocemos».

Pese a ello, se muestra optimista y considera que «si la investigación es financiada de forma adecuada, tanto en la Tierra como en el espacio», será posible encontrar soluciones para proteger la salud de los astronautas y organizar un viaje a Marte en 20 o 25 años.

Fuente: El Mundo. Aportado por Eduardo J. Carletti

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