En dos años podría hacerse el primer trasplante de cabeza humana

Se está por anunciar un plan radical para trasplantar una cabeza al cuerpo de otra persona. ¿Pero es factible esta cirugía de tanta sensibilidad ética?

Es algo fuerte. El primer intento del mundo por trasplantar una cabeza humana se pondrá en marcha este año en una conferencia quirúrgica en los EEUU. La movida es un llamado a la lucha por conseguir socios interesados en trabajar en pro de esta cirugía.

La idea fue propuesta por primera vez en 2013 por Sergio Canavero del Advanced Neuromodulation Group en Turín, Italia. Él quiere usar esta cirugía para alargar la vida de las personas cuyos músculos y nervios han degenerado o cuyos órganos están afectados de cáncer. Ahora se afirma que los principales obstáculos, como la fusión de la columna vertebral y prevenir que el sistema inmunológico del cuerpo rechace la cabeza, son superables, y la cirugía podría estar lista tan pronto como en el 2017.

Canavero planea anunciar el proyecto en la conferencia anual de la American Academy of Neurological and Orthopaedic Surgeons (AANOS) [Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos y Neurológicos] en Annapolis, Maryland, en junio. ¿Está la sociedad preparada para este tipo de operación trascendental? ¿Y la ciencia está lista?

El primer intento de un trasplante de cabeza se llevó a cabo en un perro. La realizó el cirujano soviético Vladimir Demikhov en 1954. Se trasplantó la cabeza de un cachorro y patas delanteras en la parte trasera de un perro grande. Demikhov realizó varios intentos más, pero los perros sólo sobrevivieron entre dos y seis días.

El primer trasplante de cabeza exitoso, en el que una cabeza fue reemplazada por otra, se llevó a cabo en 1970. Un equipo dirigido por Robert White en la Escuela de Medicina de la Universidad Case Western Reserve en Cleveland, Ohio, trasplantó la cabeza de un mono en el cuerpo de otro. No intentaron unir la médula espinal, sin embargo, por lo que el mono no podía mover su cuerpo, pero era capaz de respirar con ayuda artificial. El mono vivió durante nueve días hasta que su sistema inmunológico rechazó la cabeza. Aunque desde entonces se han llevado a cabo pocos trasplantes de cabeza, muchos de los procedimientos quirúrgicos implicados han progresado. «Creo que ahora estamos en un momento en que los aspectos técnicos son viables», dice Canavero.

Este mes, publicó un resumen de la técnica que él cree que va a permitir a los médicos trasplantar una cabeza a un nuevo cuerpo (Surgical Neurology International, doi.org/2c7). Se trata de enfriar la cabeza y el cuerpo del donante para extender el tiempo que sus células pueden sobrevivir sin oxígeno. El tejido alrededor del cuello se secciona y los principales vasos sanguíneos son vinculados mediante pequeños tubos, antes de cortar la médula espinal de cada persona. Cortar limpiamente la médula es clave, dice Canavero.

La cabeza se mueve entonces al cuerpo del donante y los dos extremos de la médula espinal —que se asemejan a dos manojos densos de espagueti— se fusionan. Para lograr esto, Canavero pretende lavar el área con una sustancia química llamada polietilenglicol, y sontinuar con varias horas de inyecciones del mismo químico. Al igual que el agua caliente hace que los espaguetis secos se peguen, el polietilenglicol alienta a la grasa en las membranas celulares a unirse.

A continuación, se suturan los músculos y el suministro de sangre, y el receptor se mantiene en un estado de coma durante tres o cuatro semanas para evitar el movimiento. Unos electrodos implantados proporcionarían estimulación eléctrica regular a la médula espinal, ya que la investigación sugiere que esto puede fortalecer nuevas conexiones nerviosas.

Cuando el destinatario se despierta, Canavero predice que sería capaz de mover y sentir su cara y hablaría con la misma voz. Él dice que la fisioterapia permitiría que la persona caminara en el término de un año. Varias personas ya han ofrecido como voluntarios para obtener un nuevo cuerpo, dice.

La parte más difícil será lograr que la médula espinal se fusione. Se ha demostrado que el polietilenglicol impulsa el crecimiento de los nervios de la médula espinal en los animales, y Canavero tiene la intención de utilizar donantes de órganos con muerte cerebral para poner a prueba la técnica. Sin embargo, otros se muestran escépticos de que todo esto sería suficiente. «No hay evidencia de que la conectividad espinal y del cerebro podría conducir a una función sensitiva o motora útil después del trasplante de cabeza», dice Richard Borgens, director del Center for Paralysis Research de la Universidad de Purdue en West Lafayette, Indiana.

Si polietilenglicol no funciona, Canavero podría intentar otras opciones. Inyectar células madre o células olfativas envainadas —células auto-regenerantes que conectan la mucosa de la nariz al cerebro— en la médula espinal, o crear un puente en la brecha de médula utilizando membranas del estómago. Estas técnicas se han mostrado prometedores para ayudar a la gente a ponerse de pie de nuevo después de una lesión de la médula. Aunque sin que esté demostrado, Canavero afirma que el método químico es el más simple y el menos invasivo.

Pero ¿qué pasa con la perspectiva de que el sistema inmunitario rechace el tejido extraño? El mono de Robert White murió porque su cabeza fue rechazada por el nuevo cuerpo. William Mathews, presidente de la AANOS, dice que no cree que esto sea un problema importante en la actualidad. Se dice que debido a que podemos utilizar drogas para impulsar la aceptación de grandes cantidades de tejido, tal como una pierna o un trasplante de corazón y pulmón combinados, la respuesta inmune a un trasplante de cabeza debería ser manejable. «El sistema que tenemos para evitar el rechazo inmunológico y los principios detrás de él están bien establecidos.»

Canavero no está solo en su búsqueda para investigar los trasplantes de cabeza. Xiao-Ping Ren de la Universidad Médica Harbin en China recientemente demostró que es posible llevar a cabo un trasplante de cabeza básico en un ratón (CNS Neuroscience & Therapeutics, doi.org/2d5). Ren intentará replicar el protocolo del Canavero en los próximos meses en ratones y monos.

La esencia de una persona

Otro obstáculo será encontrar un país que apruebe un trasplante así. A Canavero le gustaría hacer el experimento en los EEUU, pero cree que podría ser más fácil conseguir que se apruebe en algún lugar de Europa. «El verdadero obstáculo es la ética», dice. «¿Debería hacerse esta cirugía? Obviamente va a haber muchas personas que no estarán de acuerdo con esto.»

Patricia Scripko, neuróloga y especialista en bioética en el Memorial Healthcare System Salinas Valley en California, dice que muchas de las implicaciones éticas relacionadas con la cirugía dependen de cómo se defina la vida humana. «Creo que lo que es específicamente humano se lleva a cabo dentro de la corteza superior. Si modificas eso, entonces usted no es el mismo ser humano y se debería cuestionar si es ético. En este caso, usted no está alterando la corteza». Sin embargo, añade que muchas culturas no aprobarían de la cirugía debido a su creencia de que el alma humana no está confinada en el cerebro.

Al igual que con muchos procedimientos sin precedentes, también puede preocuparnos una resbaladiza pendiente. En este caso, sería si esto llevaría finalmente a la gente a intercambiar cuerpos por razones cosméticas. Sin embargo, Scripko —que cree que la cirugía jamás se realizará— no cree que esto se aplique aquí. «Si alguna vez va a tener lugar un trasplante de cabeza, sería muy raro. No va a suceder porque alguien diga ‘me estoy haciendo mayor, soy artrítica, tal vez debería tener un cuerpo que funciona mejor y se vea mejor'».

Como era de esperar, la comunidad quirúrgica también recela de aceptar la idea. Muchos cirujanos contactados por New Scientist se negaron a comentar sobre el proyecto propuesto, o dijeron que sonaba «demasiado extravagante» para considerarlo seriamente.

«Este es un proyecto abrumador, es muy poco probable que esto ocurra», dice Harry Goldsmith, profesor clínico de cirugía neurológica en la Universidad de California, Davis, que ha realizado una de las pocas cirugías que permitieron a alguien con una médula lesión de la médula recuperara la capacidad de caminar. «No creo que alguna vez vaya a funcionar, hay demasiados problemas con el procedimiento de tratar de mantener a alguien sano en coma durante cuatro semanas. No va a suceder.»

Nick Rebel, director ejecutivo de la filial estadounidense del Colegio Internacional de Cirujanos, dice que aunque su organización, junto con la AANOS, le está dando lugar a Canavero, no está patrocinando sus ideas. «Estamos creando un lugar para él para poner en marcha el proyecto. Habrá una gran cantidad de los mejores cirujanos internacionales en la conferencia y ya veremos si es bien recibido o no.»

Mathews es más entusiasta con el proyecto. «Yo abrazo la idea de la fusión espinal», dice, «y creo que hay una gran cantidad de áreasen las que se puede utilizar un trasplante de cabeza, pero no estoy de acuerdo con los tiempos de Canavero. Él piensa que esta listo, yo creo que será en un futuro lejano».

Canavero es filosófico. «Es por eso que hablé por primera vez de la idea hace dos años, para que la gente hable de ello», dice. «Si la sociedad no lo quiere, no voy a hacerlo. Pero si la gente no lo quiere en los EEUU o Europa, eso no significa que no se llevará a cabo en otro lugar. Estoy tratando de avanzar de la manera correcta, pero antes de ir a la Luna, uno tiene que asegurarse de que la gente te seguirá «.

Seis cosas que uno se pregunta

¿Cuál es la diferencia entre un trasplante de cerebro y de cabeza?

Un trasplante de cerebro implicaría retirar el cerebro del cráneo y colocarlo en un cráneo donante. Es más difícil que un trasplante de cabeza debido a la cirugía compleja para separar el cerebro y proveer el suministro de sangre sin dañar el tejido delicado.

¿Podría funcionar la técnica de trasplante para una cabeza congelada criogénicamente?

No. La técnica propuesta requiere una cabeza humana y cerebro sanos. Todavía no se sabe si es posible «descongelar» una cabeza conservada criogénicamente y resucitar con salud el tejido cerebral.

¿Podría ser esta cirugía psicológicamente perjudicial?

Algunas personas que han recibido trasplantes de cara o extremidades lloran la pérdida de su parte del cuerpo viejo o sienten que la imagen de sí mismos está en conflicto. Los estudios demuestran que las aportaciones a nuestro cuerpo, como un latido del corazón o ruidos en el estómago, pueden influir en nuestra fuerza de voluntad, las emociones y el lenguaje. Quién sabe si la persona que sale de la sala de operaciones sería el mismo que la que entró.

 

 

¿Habría algún beneficio aparte de conseguir un cuerpo más sano?

Si la cabeza destinatario es más vieja que el cuerpo del donante, puede recibir un impulso rejuvenecedor. Las infusiones de sangre joven pueden aumentar la resistencia física y la función cognitiva en los animales más viejos. Un estudio está viendo si la sangre joven tiene el mismo efecto en las personas con Alzheimer.

Soy un donante de órganos registrado. ¿Podría utilizarse mi cuerpo para esto?

Cada país tiene sus propias reglas. En el Reino Unido, aún estando registrado no se permitiría automáticamente que se utilice su cuerpo. «Si una persona necesita algo no especificado en nuestros formularios, pediríamos la familia de un posible donante que diese su consentimiento», dice un portavoz de la NHS. «Sólo nos acercaríamos a una familia si el procedimiento planificado ha tenido una aprobación ética.»

Fuente: New Scientist. Aportado por Eduardo J. Carletti

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