Los agujeros negros son quisquillosos para comer: tragan algunas estrellas y escupen otras. Es lo que sugiere el reciente mapeo del camino tomado por una estrella hiperveloz
Los modelos muestran que cuando una estrella binaria se aproxima a un agujero negro supermasivo, la interacción gravitacional entre los tres objetos puede ocasionar que una de las estrellas caiga adentro y que la otra sea lanzada a una velocidad máxima de 4.000 kilómetros por segundo.
Se han detectado hasta ahora cerca de veinte de estas estrellas hiperveloces, aunque su origen preciso no está claro.
Ahora, Warren Brown y sus colegas, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, usaron los datos del desplazamiento al rojo y las imágenes del Telescopio Espacial Hubble para rastrear el camino de la estrella hiperveloz HE 0437-5439 en tres dimensiones.
El camino apunta hacia el centro de la Vía Láctea, por lo que el agujero negro supermasivo que se piensa que existe en ese lugar podría haber arrojado a la estrella, según los investigadores.
«Es, sin duda, un avance», dice Julio Navarro de la Universidad de Victoria en British Columbia, Canadá, que no participó en el estudio.
Sin embargo, Navarro opina que la incertidumbre en la trayectoria de las piezas reunidas por el equipo de Brown es demasiado grande como para probar que la estrella pasó suficientemente cerca del agujero negro como para ser eyectada por él.
Brown admite que la incertidumbre es grande pero dice que las medidas son lo suficientemente precisas como para descartar una hipótesis alternativa: que la HE 0437-5439 haya sido lanzada por la Gran Nube de Magallanes, una galaxia satélite de nuestra Vía Láctea.
Fuente: NewScientist. Aportado por Silvia Angiola
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