Se mueven a una velocidad de más de 1.600.000 km/h. Son muy pequeñas y podrían ayudar a conocer la evolución de la Vía Láctea
Un equipo internacional de astrónomos ha constatado la existencia de galaxias hiperactivas en el Universo cercano, cuyas estrellas se mueven a una velocidad de más de 1.600.000 kilómetros por hora, una cifra que duplica la tiene el Sol dentro de la Vía Láctea. Este descubrimiento «podría arrojar nuevos datos sobre la formación del cosmos», según aseguró hoy la Sociedad Astronómica Americana (AAS, por sus siglas en Inglés).
«Estas galaxias son muy pequeñas, pero el rápido movimiento de los cuerpos que la forman arroja una nueva luz sobre el proceso que siguieron estas nebulosas primigenias, mucho más pequeñas que la Vía Láctea, hasta alcanzar el tamaño que tienen en la actualidad», explica el director de la investigación, el profesor de la Universidad de Yale (EEUU), Pieter van Dokkum. En este sentido, subrayó que hasta el momento «no se conocía el modo en que evolucionaban estas galaxias en el Universo cercano».
El equipo que encabeza dicho trabajo, publicado hoy por la revista Nature, se basó en los datos ofrecidos por el telescopio espacial Hubble de la NASA, así como las informaciones recogidas por el telescopio Gemini que, con ocho metros de longitud, permanece enclavado en el sur de Chile. Así, según Van Dokkum, las imágenes que el Hubble tomó en 2007 confirmaron que esta galaxia constituía «una pequeña fracción del tamaño de las que podemos observar hoy en el universo desarrollado».
En este sentido, explicó que el espejo gigante que posee el Gemini permitió recoger suficiente luz como para determinar los movimientos de las estrellas mediante una técnica «no muy distinta» a la que la Policía utiliza habitualmente para captar la velocidad de los coches en la carretera. Asimismo, se sirvieron también de las observaciones «clave» recogidas por el espectómetro de infrarrojos del telescopio.
«Al observar esta galaxia, tenemos la oportunidad de echar la vista atrás en el tiempo y ver el aspecto que tenían estas nebulosas en el pasado, cuando el universo era todavía muy joven», afirma otra miembro del equipo, la profesora de la Universidad de Princeton (EEUU), Mariska Kriek. No obstante, los astrónomos confiesan que «aún resulta difícil explicar por qué se formó masivamente y el motivo por el cuál no es visible en el universo local».
Grandes galaxias a partir de la acumulación de estrellas
«Los centros de las grandes galaxias se formaron presumiblemente a partir de grandes agujeros negros que sabemos que aún existen en la actualidad», asegura Kriek. Por otra parte, para poder ser testigos de su desarrollo «con detalle», los astrónomos utilizaron una cámara con un ancho de campo de nivel 3 que se halla instalada en el telescopio de la NASA. En opinión de los expertos, los antepasados de estas constelaciones debían de tener unas propiedades espectaculares, «ya que se formaron a partir de una ingente acumulación de estrellas».
Por último, esta investigación revela que la mayoría de las galaxias luminosas en el universo temprano «son muy compactas», pero que «sorprendentemente» presentan masas estelares similares a las que tienen las galaxias elípticas en la actualidad. Así sus autores consideran que estas jóvenes nebulosas serán una pieza «fundamental» para la resolución de este «rompecabezas».
Fuente: El Mundo. Aportado por Eduardo J. Carletti
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