Un juego denominado «Slayers», donde uno de los participantes puede controlar a millones de personas a través del sistema multijugador, desata la violencia y las peores pasiones de los seres humanos
Hace tres años, un filme despuntó tímidamente entre toda la oferta de acción que suele desembarcar en las salas. Su título era Crank, y su apuesta para sorprender era una libertad total a la hora de mostrar violencia sin límites, más un sentido muy negro del humor y un ritmo y acción desenfrenados.
Sus directores, Mark Neveldine y Brian Taylor, una pareja de jóvenes irreverentes que provienen del mundillo de los efectos visuales, mostraban una inusitada creatividad visual, que en algunos momentos llegaba a ser algo excesiva, pero no por ello pecaba de poco interesante.
Ahora, tres años más tarde, nos traen una nueva propuesta donde la violencia desatada vuelve a tener gran protagonismo: Gamer. Los realizadores se atreven con el género de la ciencia ficción, con tintes de crítica hacia un mundo, el de los videojuegos, cada vez más en boga: en un futuro, en un juego denominado «Slayers», donde uno de los participantes puede controlar a millones de seres humanos a través del sistema multijugador.
El reparto está encabezado por Gerard Butler (300, The Ugly Truth), junto a Michael C. Hall (Dexter), Amber Valletta, John Leguizamo, Chris «Ludacris» Bridges y Kyra Sedgwick.
Gamer es un thriller de acción basado en el principio del high-concept, una idea básica en torno a la cual gira toda la trama, ambientado en un futuro cercano en el que el juego y el entretenimiento han evolucionado hasta convertirse en un nuevo y aterrador híbrido.
Los seres humanos controlan a otros seres humanos a escala masiva en juegos online con jugadores múltiples que juegan con personas…hasta el final. La tecnología para el control de la mente está a la orden del día y en el centro de los controvertidos juegos está su creador, un multimillonario solitario llamado Ken Castle (Michael C. Hall). Su última creación, un videojuego de matar que se juega desde la perspectiva del protagonista del juego, que permite a millones de personas realizar sus fantasías más violentas online ante una audiencia global, utilizando a prisioneros reales como avatares con quienes pelean hasta la muerte.
El argumento no es nuevo, ya se trató este tema en la película Perseguido de 1987, con Arnold Schwarzenegger como protagonista, o en la reciente Carrera de la muerte de 2008, con Jason Statham, ambas con el mismo argumento: presos que se ofrecen a aparecer en un juego mortal a cambio de su libertad.
La película comienza con mucha acción, copiando la estética de los videojuegos del género, pero se va diluyendo a media que avanza la película, para quedarse en un final flojo y previsible. El argumento no está bien desarrollado, ya que hay muchas cosas que no llegan a explicar, personajes, historia, etc.
Fuente: Aportado por Eduardo J. Carletti
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