El planeta enano Ceres, el objeto más grande del principal cinturón de asteroides, entre Marte y Júpiter, sorprendía hace unos meses a los científicos con la aparición en su superficie de unas intrigantes manchas blancas brillantes, de origen desconocido. Ahora, un equipo de investigadores del Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar en Goettingen, Alemania, ha logrado arrojar luz sobre el misterio gracias a las imágenes obtenidas por la nave Dawn de la NASA
Las fotografías llegadas desde la nave Dawn han descubierto que aunque la superficie de este mundo es oscura como el asfalto, existen 130 manchas claras, con un brillo que varía desde el del hormigón al de un océano helado. Estas áreas brillantes suelen aparecer en cráteres de impacto. Las mediciones espectrales sugieren que probablemente están compuestas de sulfatos de magnesio hidratado, aunque otras composiciones son posibles. El estudio científico identificó este material brillante como una especie de sal. Un segundo estudio sugiere la detección de arcillas ricas en amoníaco, lo cual plantea interrogantes sobre cómo se formó Ceres.
Ceres tiene más de 130 áreas brillantes, y la mayoría de ellas están relacionados con cráteres de impacto. Los autores del estudio, dirigidos por Andreas Nathues en el Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar, Göttingen, Alemania, escriben que el material brillante es consistente con un tipo de sulfato de magnesio llamada hexahidrita. Un tipo diferente de sulfato de magnesio es familiar en la Tierra en forma de sal de Epsom.
Nathues y colegas, utilizando imágenes de cámara de encuadre de Dawn, sugieren que estas áreas ricas en sal se quedaron atrás al sublimarse el hielo de agua en el pasado. Los impactos de asteroides habrían desenterrado la mezcla de hielo y sal, dicen.
«La naturaleza global de los puntos brillantes en Ceres ‘sugiere que este mundo tiene una capa de subsuelo que contiene hielo de agua salobre'», dijo Nathues.
Las primeras manchas visualizadas poco antes de que la sonda Dawn llegara a su destino el pasado marzo se encuentran en el centro del cráter Occator, de 90 km de ancho y 4 de profundidad. En esa época se formularon todo tipo de hipótesis sobre su presencia: ¿serían volcanes? ¿Depósitos de sal? ¿Rocas aflorando a la superficie? ¿O masas de hielo?
Según explican los autores del nuevo estudio, que publica este miércoles la revista Nature, el piso de este cráter contiene un agujero central cubierto de material brillante que muestra evidencias de la sublimación de agua helada que provoca nubes de bruma, probablemente hechas de hielo y partículas de polvo, que aparecen y desaparecen a un ritmo diurno.
Ya el pasado mayo la NASA adelantaba que los misteriosos puntos de luz sobre la superficie de Ceres podían deberse al «reflejo de la luz del Sol sobre un material altamente reflectante en la superficie, posiblemente hielo».
Estos resultados implican que Ceres es el primer cuerpo grande del principal cinturón de asteroides que muestra una actividad de sublimación como un cometa, lo que, para los investigadores, es consistente con la noción de que el hielo existe en muchos lugares del Sistema Solar.
Fuente: NASA. Aportado por Eduardo J. Carletti