Joanne Siegel, que cuando era un adolescente de Cleveland durante la Depresión trabajó como modelo para un incipiente dibujante de cómics, Joe Shuster, se convirtió en la primera encarnación física de Luisa Lane, el amor de Superman, murió el sábado en Santa Mónica, California. Tenía 93 años
Joanne se casó con el socio de Shuster y co-creador de Superman, el escritor Jerry Siegel. Su hija, Laura Siegel Larson, confirmó su muerte.
Una chica de secundaria con un carácter ambicioso y estrellas en sus ojos, la joven Joan, como todos los adolescentes de aquella época, estaba buscando una manera de ganar algo de dinero cuando posó por primera vez como Luisa Lane (Lois Lane en el original en inglés). Probablemente fue en 1935, dijo su hija, y «alguien le había dicho que modelar era fácil», por lo que colocó un breve anuncio en la sección de clasificados de The Plain Dealer, declarando estar disponible para el trabajo de modelado y confesando que no tenía experiencia. La mayoría de las respuestas al anuncio fueron solicitudes para salir con ella, pero al menos una parecía seria, y ella se presentó ante Shuster y Siegel, que entonces estaban desarrollando la historieta de Superman. (El primer cómic de Superman fue publicado en 1938.)
En ese momento, el personaje estaba bien definido en la mente de Siegel, sabía que quería ser periodista, y su modelo era el personaje de una película, una inteligente periodista llamada Torchy Blane que había aparecido en una serie de películas de serie B, interpretada por Glenda Farrell. (En la película de 1938 «Torchy Blane en Panamá», el personaje principal fue interpretado por Lola Lane, una cantante y actriz que algunas fuentes —incluyendo a la Sra. Larson— dicen que influyó en el nombre de la protagonista de Superman.)
En cualquier caso, durante la sesión de modelaje Joan adoptó varias poses —recostada sobre los brazos de una silla, por ejemplo, para mostrar cómo podría ser llevada por Superman en vuelo— y ella y los dos hombres, que tenían apenas 20 años, se hicieron amigos. Los dibujos de Shuster reproducen su peinado y sus rasgos faciales, aunque en el más famoso de los dibujos originales, Luisa se ve considerablemente más voluptuosa que lo que era su modelo.
«Joe pudo haberse tomado algunas libertades», dijo Larson con una sonrisa. Agregó que la personalidad irreprimible de su madre, su ambición y agallas inspiraron el personaje de su padre: «Mi padre siempre dijo que escribió sobre Luisa con la personalidad de mi mamá en la mente.»
Hija de inmigrantes húngaros, nació y fue bautizada como Jolan Kovacs en Cleveland el 1 de diciembre de 1917, sus compañeros y profesores, que no podían o no querían pronunciar su nombre correctamente —YO-lan— la llamaron Joan o Joanne, y el segundo es el que finalmente quedó.
Después de su debut como Luisa Lane, fue modelo de un artista en Boston y en otras partes. (Por un tiempo utilizó el nombre de Joanne Carter.) Durante la Segunda Guerra Mundial trabajó para un constructor de barcos de California, apoyando el esfuerzo bélico. Al regresar a Nueva York, volvió a establecer contacto con Siegel en un baile de recaudación de fondos para dibujantes en el que, según la tradición, los trajes fueron juzgados por Marlon Brando, entonces en medio de su carrera en Broadway con «Un tranvía llamado Deseo.»
Ambos habían estado casados, ella se divorció y pronto lo hizo él. Se casaron en 1948 y vivieron en Connecticut y en Long Island, antes de trasladarse a California en la década de los 60. Además de su hija, que vive en el área de Los Ángeles, le sobrevive una hermana, Sophie Halko de Cleveland, y dos nietos.
Siegel trabajó en una serie de puestos durante su matrimonio —como una de las primeras vendedoras de coches en California, vendió Chevys nuevos y usados de un lote en Santa Mónica— pero gran parte de su vida se dedicó a tratar de recuperar los derechos de autor de los originales de Superman que Shuster y su esposo habían vendido a Detective Comics en 1937 por us$ 130.
Por supuesto, desde entonces, Superman como personaje se había convertido en una figura central en los libros de historietas, programas de televisión y películas de éxito, por no mencionar que fue el progenitor de una legión de otros superhéroes. Siegel fue la primera de una larga lista de Luisas Lane, entre las que se encuentran Phyllis Coates, Noel Neill, Teri Hatcher y Erica Durance en la televisión, y Margot Kidder en las películas.
La historia de la difícil situación de Shuster y Siegel, cuya vida estuvo marcada por las privaciones, es una de las historias que marcan los anales de la lucha por la propiedad intelectual. En una serie de batallas jurídicas y de relaciones públicas que se inició en 1947, las familias ganaron algún tipo de compensación de DC Comics (la sucesora de Detective Comics), y en 2008 un juez federal restauró parte de los derechos de autor del original de Superman al co-autor Siegel, aunque la cantidad de dinero que le corresponde a la familia Siegel todavía está por dirimirse.
«Toda su vida llevó la antorcha de Jerry y Joe… y otros artistas», dijo Marc Toberoff, el abogado de ambas familias de Siegel y Shuster. «Hubo un montón de Luisas Lane en Joan Siegel».
Fuente: The New York Times. Aportado por Eduardo J. Carletti
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