Una gran galaxia satélite puede estar acechando, oculta de nuestra vista, cerca de la nuestra
Sukanya Chakrabarti y Leo Blitz, de la Universidad de California, Berkeley, sospechan que la gravedad de una galaxia cercana estuvo causando las perturbaciones que se han observado en el gas en la periferia de la Vía Láctea. «Hicimos una gran gama de simulaciones en las que variamos la masa de la perturbadora y su distancia más aproximada», dijo Chakrabarti.
En la simulación que mejor encaja, la galaxia invisible tiene aproximadamente el 1 por ciento de la masa de la Vía Láctea, o 10 mil millones de veces la masa del Sol. Eso es mucho. Significa que el objeto tiene aproximadamente la misma masa que la más brillante galaxia satélite de la Vía Láctea, la Gran Nube de Magallanes (LMC, del inglés «Large Magellanic Cloud»).
Ahora, dice Chakrabarti, la galaxia está a aproximadamente 300.000 años luz de nosotros, más o menos el doble de distancia que la LMC (que está a 160.000 añoz luz). Sin embargo, las simulaciones indican que sigue una trayectoria elíptica muy alargada, y hace unos 300 millones de años se pasó barriendo a través de nuestra propia galaxia a sólo 16.000 años luz del centro galáctico —más cerca que la Tierra (que está a cerca de 30.000 años luz)— perturbando la periferia de la Vía Láctea, tal como se la ve.
«En general, se trata de una hipótesis muy plausible», dice Abraham Loeb del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics, en Cambridge, Massachusetts, que no formó parte del estudio. «Por supuesto, el hecho de que no veamos una enorme galaxia satélite es un problema.»
Chakrabarti sugiere que la galaxia se ha mantenido oculta porque no es un espectáculo brillante. Considerando que la LMC brilla con brillantes estrellas jóvenes y el gas que brotó de ellas, la galaxia invisible puede estar muerta, contienendo estrellas viejas y poco gas.
Para empeorar las cosas, las simulaciones sugieren que la galaxia orbita a la nuestra en el mismo plano que el disco de nuestra galaxia. Si ahora está en el lado de la galaxia opuesto a nosotros, se puede ocultar detrás del espeso gas y polvo del plano galáctico. «Es muy probable que esté en una región de muy alto oscurecimiento», dice Chakrabarti.
El trabajo se publicará en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
Estudiando más la distribución del gas, Chakrabarti espera determinar la ubicación de la galaxia de modo que los astrónomos sepan dónde buscarla. Esto tiene un paralelo con la manera en que en la década de los 40 los astrónomos descubrieron Neptuno por irregularidades en el movimiento de Urano causadas por el tirón gravitatorio del lejano planeta.
Si la galaxia invisible existe, será la primera galaxia detectado por su gravedad, más que por el brillo de sus estrellas.
Fuente: New Scientist. Aportado por Eduardo J. Carletti
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