Este martes, 11 de agosto, se da un fenómeno que ocurre cada quince años: los famosos anillos de Saturno dejan de verse
Los anillos están compuestos por hielo, lunas diminutas, barro y rocas. Miden unos 300.000 kilómetros de ancho, pero son muy delgados: su espesor es de apenas unos diez metros.
Al igual que la Tierra, Saturno gira alrededor del Sol, pero en vez de un año terrestre tarda 29 en completar la vuelta entera.
Cada quince años, aproximadamente, se produce un equinoccio en el que los anillos quedan totalmente alineados con el Sol, es decir que la luz solar da directamente en sus bordes.
Al ser tan delgados, este fenómeno los hace invisibles al ojo humano.
Esto permite a los astrónomos estudiar a Saturno sin la distracción visual de los anillos.
Observadores de parabienes
Según el especialista de la BBC en temas científicos Matt McGrath, esto da a los científicos una oportunidad única para observar al planeta de manera directa.
La luz solar incidiendo en los anillos en un ángulo de 90 grados respecto al eje del planeta puede iluminar o proyectar sombras, revelando estructuras hasta ahora desconocidas.
Saturno es el segundo planeta más grande del sistema solar, y se lo ha observado a simple vista desde tiempos prehistóricos. Pero con el advenimiento de los telescopios, en el siglo XVII, se descubrieron sus hermosos anillos.
El equinoccio de este año tiene un testigo de lujo: la sonda Cassini, un proyecto conjunto de las agencias espaciales de Estados Unidos, Europa e Italia, que lleva cinco años estudiando a Saturno y sus lunas.
La semana pasada, la sonda reveló la existencia de una nueva luna pequeña en uno de los anillos de Saturno.
Fuente: BBC. Aportado por Matías Buonfrate
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