Murió en Londres Carlos Trillo, autor de Las puertitas del Sr. López

El guionista Carlos Trillo, autor de reconocidas tiras como «El Loco Chávez», «Las puertitas del Sr. López» y «Clara de Noche», falleció este fin de semana en Londres, a los 68 años, adonde se encontraba realizando un viaje familiar

Si bien la muerte de Trillo ocurrió el sábado último (7 de mayo), la noticia recién trascendió unos días después a través de la televisión, donde se informó que el guionista falleció a causa de una descompensación cuando viajaba por Europa con su esposa, la escritora Ema Wolf, con quien tuvo dos hijos.

Su muerte causó profunda impresión entre escritores y dibujantes que compartieron proyectos con este autor paradigmático de la historieta argentina y por quienes fueron influenciados con sus notables trabajos.

Los dibujantes Mandrafina, Miguel Rep y el escritor Guillermo Saccomanno coincidieron en señalarlo como la figura más importante de la historieta argentina después de Héctor Germán Oesterheld, creador de «El Eternauta» y desaparecido en 1977 en el marco de la última dictadura militar de Argentina.

Con Mandrafina, su dupla por más de 30 años, acababan de publicar en Francia el primer volumen de la serie «La guerra de los magos»; para él, la noticia fue «tan inesperada como incomprensible».

«Siento un hueco enorme. No es no sólo la pérdida de un amigo, sino que hay que dimensionarlo como el profesional que era: un historietista testigo de todas las épocas posteriores a Héctor Germán Oesterheld», dijo a Télam.

«Trillo forma parte de la etapa más clásica de la historieta y a la vez estaba en contacto con las nuevas generaciones. Yo podía disfrutarlo en el trabajo, apreciarlo en la relación cotidiana con los tácitos y sobreentendidos que son imposibles de armar de la noche a la mañana —aseguró—, pero su ausencia va más allá, es irreparable, además, por el talento que tenía».

Algo parecido dijo Saccomanno: «además de amigo, fue una marca importante porque tiene que ver con mi formación intelectual, no sólo desde lo que hace a la escritura de guiones sino porque con él descubrí la historieta y la llamada, entre comillas, literatura seria. El era un gran lector, infatigable, que podía leer desde Ray Bradbury hasta Raymond Carver».

Esto responde, en parte, a que Trillo «formó generaciones enteras de lectores más allá de la historieta -dijo Saccomanno sobre quien fue su compañero en el `Club de la historieta`, la crónica sobre cómics locales que publicaba la revista Skorpio- Una gran pérdida, es como perder un hermano mayor».

Ese sentir se completa con Rep, quien destacó: «Hoy lo siento mi amigo, a quien no veré más. Hace 14 días estuvo en el cumpleaños sorpresa que me armaron, hoy su cuerpo está esperando en Londres.

No sé, es devastador todo esto para quienes lo queremos».

Para el dibujante, las producciones de Trillo y Oesterheld fueron «bien distintas, pero ambos hicieron de este oficio dignidad, laburo y prestigio».

Rep remarcó su periodo de historietas de autor con los Breccia, Mandrafina y Altuna: «debe ser el guionista más versátil del mundo —dijo—. Es una pérdida inmensa para el género, porque estaba en plena etapa de trabajo, con toda la potencia. ¿Qué van a hacer sus dibujantes ahora?», concluyó.

Desde la revista Fierro, donde Trillo y al dibujante Eduardo publicaban actualmente la serie «Bolita» —mientras terminaba con Lucas Varela la historieta «Sasha despierta»—, expresaron su «profundo dolor».

«Además de un gran colaborador era un tipo que charlaba mucho sobre lo que se publicaba en la revista. Era muy activo y siempre lo consultábamos. Se fue un amigo de la revista, alguien muy comprometido», comunicaron desde la redacción.

Autor de otras recordadas tiras como «Las puertitas del Sr. López» —que pasó al cine— y «El negro Blanco», este prolífico guionista comenzó su labor profesional en 1963: colaboró en la revista Patoruzú; escribió para la editorial García Ferré en «La familia Panconara», «El topo Gigio» y «El hada Patricia»; en TV colaboró con el Club de Hijitus; y trabajó en radio Municipal junto a Carlos Marcucci y Alberto Broccoli entre otros.

Junto a Alejandro Dolina realizó «Tony Avila, el detective poeta», una serie de cuentos policiales humorísticos para la revista Siete Días; y como redactor se estrenó en la revista Satiricón.

Su debut con personajes propios de historieta fue nada menos que con Alberto Breccia, en «Un tal Daneri», publicado por Mengano, revista en la que llegó a jefe de redacción.

También trabajó como asesor creativo en Satiricón, fue director de SuperHumor y editor de Puertitas y Cybersix; además de hacer una crónica del cómic argentino en un trabajo que compartió con el escritor Guillermo Saccomanno para otra revista, Skorpio, que luego fue editado en libro.

Fuente: Varios medios. Aportado por Eduardo J. Carletti


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