La clase de meteoritos llamados condritas carbonáceas son ejemplos de materiales del Sistema Solar que se han mantenido relativamente sin cambios desde el momento de su formación inicial. Un artículo en Science analiza la abundancia de aminoácidos que transportan según el tipo petrológico del meteorito
Estos meteoritos se han clasificado de acuerdo a las temperaturas y las condiciones físicas de sus progenitores planetesimales. El equipo de investigación ha cotejado los datos disponibles sobre la abundancia de aminoácidos en estos meteoritos y graficaron las concentraciones de aminoácidos diferentes para cada meteorito en diversas subclases de meteoritos.
Ellos trazaron las concentraciones promedio de varios aminoácidos entre meteoritos separados por subclase y tipo petrológico. Vieron así un predominio en la abundancia y variedad de aminoácidos en los meteoritos CM2 y CR2. El rango de la temperatura correspondiente a estas subclases indica un alto grado de alteración acuosa, lo que sugiere la síntesis acuosa de aminoácidos.
Dentro de las subclases CM2 y CR2, el equipo identificó tendencias en las frecuencias relativas de aminoácidos al investigar cuán comunes son los aminoácidos en una función de su complejidad química. Estas dos tendencias (abundancia total y frecuencia relativa) se pueden utilizar para limitar parámetros de la formación de los aminoácidos dentro de los planetesimales.
La organización de los datos de ese estudio es compatible con la existencia de un modelo de capas de cebolla para la estructura térmica de los planetesimales.
Los meteoritos menos alterados (tipo 3) y sus aminoácidos se originaron cerca de las regiones más frías de la superficie del planetesimal. La síntesis de aminoácidos más activos probablemente se llevó a cabo a profundidades intermedias (tipo 2). Los materiales más alterados (tipo 1) se originaron más lejos, hacia los núcleos del cuerpo progenitor. Probablemente es una región demasiado caliente para favorecer la síntesis de aminoácidos, o la retención de los aminoácidos que debería suceder después de la síntesis.
Se pueden analizar estas interesantes conclusiones con mayor amplitud en el artículo publicado en la web. Alyssa K. Cobb, Ralph E. Pudritz (Enviado on 10 Feb 2014). Comentarios: 13 páginas, 10 figuras, 1 tabla. Aceptado para su publicación en ApJ. Temas: Tierra y Planetarias Astrofísica (astro-ph.EP). Citar como: arXiv: 1402.2281 [astro-ph.EP]. (O arXiv: 1402.2281v1 [astro-ph.EP] para esta versión).
Por otra parte, el tipo de meteoritos catalogados como condritas carbonáceas son ricos en aminoácidos y otros elementos fundamentales para la vida tal cual la conocemos. Este tipo de rocas se produjeron por el choque entre planetesimales de decenas de kilómetros de extensión. Los planetesimales eran pequeños objetos rocosos cubiertos por hielos formados en los orígenes de nuestro Sistema Solar. Los actuales asteroides, son sus parientes actuales. De esta manera, las condritas carbonáceas contienen información del origen de nuestro sistema planetario.
El contenido de aminoácidos en ellas sugiere que estos elementos se encontraban en el disco protoplanetario del Sistema Solar. En la imagen de arriba se muestra la abundancia de aminoácidos para diferentes tipos de condritas carbonáceas. De esta manera, los elementos fundamentales para la vida son comunes en nuestro sistema por lo que podría existir en otros planeta además de en la Tierra.
En nuestro caso, estos elementos pudieron caer en nuestro planeta durante su formación, pudieron darse en Él como parte del material original del que se formó al igual que en los planetesimales, o pudo darse ambos eventos en forma simultánea; en cuyo caso la vida en la Tierra tendría más de un linaje.
Fuente: Astrobiology web. Aportado por Eduardo J. Carletti
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