Archivo de la etiqueta: Agujeros negros

La onda de un distante agujero negro ondula como un látigo gigante

Las ondas magnéticas en rápido movimiento que emanan de un lejano agujero negro supermasivo ondulan como un látigo cuya empuñadura está siendo sacudido por una mano gigante, según un nuevo estudio que involucró a científicos de Caltech que utilizaron los datos del Very Long Baseline Array (VLBA) del Observatorio Nacional de Radioastronomía para explorar en alta resolución el sistema de galaxia y agujero negro conocido como BL Lacertae (BL Lac)

Los hallazgos del equipo, que se detallan en la revista Astrophysical Journal, marcan la primera vez que se han identificado la llamadas ondas de Alfvén en un sistema de agujero negro.

Las ondas Alfvén se generan cuando las líneas de campo magnético, como las que vienen del Sol o el disco alrededor de un agujero negro, interactuan con partículas cargadas o iones, y se tuercen, y en el caso de BL Lacertae y a veces en el Sol, resultan enrolladas en forma de hélice. En el caso de BL Lacertae, los iones están en forma de chorros de partículas que surgen desde lados opuestos del agujero negro a cerca de la velocidad de luz.


Dibujo de una onda S Alfvén viajando sobre un chorro astrofísico. El chorro es un flujo cónico de plasma lanzado por un agujero negro, con un campo magnético helicoidal (espiral amarilla) que impregna el plasma. La onda se desplaza a lo largo del chorro, en la dirección del flujo de plasma, pero a una velocidad determinada tanto por las propiedades magnéticas del chorro como por la velocidad del flujo de plasma. El chorro de BL Lacertae tiene varios años luz de longitud, y la velocidad real de la onda es de alrededor del 98% de la velocidad de la luz.

«Imagínese que hay una manguera de agua ubicada dentro de una serpentina que ha sido tensamente estirada», dice el primer autor Marshall Cohen, profesor emérito de astronomía en el Caltech. «Una perturbación lateral en un extremo de la serpentina creará una onda que viaja hacia el otro extremo, y si la serpentina se balancea hacia adelante y atrás, la manguera que atraviesa su centro no tiene más remedio que moverse con ella.»

Algo similar está ocurriendo en BL Lacertae, dice Cohen. Las ondas de Alfvén son análogas a las que se propagan a los movimientos transversales de la serpentina, y como las ondas se propagan a lo largo de las líneas de campo magnético, pueden causar que las líneas de campo —y los chorros de partículas abarcados por las líneas de campo— se muevan también.

Es común que los chorros de partículas del agujero negro se curven, y algunos, incluso, van y vienen. Pero esos movimientos normalmente tienen lugar en escalas de tiempo de miles o millones de años. «Lo que vemos está sucediendo en una escala de tiempo de una semana», dice Cohen. «Estamos tomando fotografías una vez al mes, y la posición de las ondas es diferente cada mes.»

Curiosamente, desde la posición de los astrónomos en la Tierra, las ondas de Alfvén emanan de BL Lacertae parecen estar viajando alrededor de cinco veces más rápido que la velocidad de la luz. «Sólo Las olas parecen ser superlumínicas, o que se moviesen más rápido que la luz», dice Cohen. «La alta velocidad es una ilusión óptica que resulta del hecho de que las ondas viajan cerca, pero por debajo de la velocidad de la luz, y están pasando justo a un lado de nuestra línea de visión.»

 

 

El co-autor David Meier, un visitante asociado en astronomía y ahora astrofísico retirado del JPL, añadió: «Al analizar estas ondas podemos determinar las propiedades internas del chorro, y esto nos ayudará en última instancia a entender cómo agujeros negros producen sus chorros».

Otros autores del artículo «Studies of the Jet in BL Lacertae II Superluminal Alfve´n Waves» son Talvikki Hovatta, un ex investigador postdoctoral de Caltech; así como científicos de la Universidad de Colonia y el Instituto Max Planck de Radioastronomía en Alemania; el Instituto Isaac Newton de Chile; Universidad Aalto en Finlandia; el Centro Espacial de Astro Instituto de Física Lebedev, el Observatorio Pulkovo, y el Observatorio Astrofísico de Crimea en Rusia. Universidad de Purdue, la Universidad de Denison, y el Laboratorio de Propulsión Jet, quienes también participaron en el estudio.

Fuente: Caltech. Aportado por Eduardo J. Carletti

Más información:

La nave WISE de la NASA descubre la galaxia más luminosa del universo hasta hoy

Una galaxia remota que brilla con la luz de más de 300.000.000.000.000 soles (300 billones), es la más luminosa hallada hasta la fecha y pertenece a una nueva clase de objetos descubiertos por el telescopio WISE de la NASA: Galaxias Infrarrojas Extremadamente Luminosas (Extremely Luminous Infrared Galaxies, o ELIRGs)

«Estamos viendo una etapa muy intensa de la evolución de las galaxias», dijo Chao-Wei Tsai del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL) en Pasadena, California, autor principal de un nuevo estudio en The Astrophysical Journal. «Esta luz deslumbrante puede provenir de la etapa principal de crecimiento del agujero negro de esa galaxia».

La brillante galaxia, conocida como WISE J224607.57-052635.0, puede tener un agujero negro gigante en su interior, absorbiendo el gas hacia sí. Los agujeros negros supermasivos atraen gas y materia que forman un disco que lo rodea, calentándose a temperaturas de millones de grados y emitiendo luz visible, rayos X, y ultravioleta, todo en alta energía. La luz es bloqueada por las nuves de polvo que envuelven el agujero negro. A medida que el polvo se calienta, irradia luz infrarroja.

Es común que haya agujeros negros inmensos en los núcleos de las galaxias, pero es raro encontrar uno tan grande tan «lejos» en el cosmos. Debido a que la luz de la galaxia que aloja el agujero negro ha viajado 12.500 millones de años para llegar hasta nosotros, los astrónomos están viendo el objeto como fue en el pasado distante. El agujero negro ya tenía miles de millones de veces la masa de nuestro Sol cuando el universo tenía sólo una décima parte de su edad actual, de 13.800 millones de años.

El nuevo estudio destaca tres razones por las que los agujeros negros podrían haber crecido hasta ser tan masivos en las galaxias infrarrojas extremadamente luminosas como esta. En primer lugar, es posible que hayan nacido con gran tamaño. En otras palabras, las «semillas» o agujeros negros embrionarios, podrían haber sido más grandes de lo que se creía posible.

«¿Cómo obtienes un elefante?», se preguntó Peter Eisenhardt, científico del projecto de WISE en el JPL y co-autor del artículo. «Una manera es comenzar con un elefante bebé.»

Las otras dos explicaciones implican o romper, o duplicar, el límite teórico para la alimentación del agujero negro, al que se le llama el límite de Eddington. Cuando un agujero negro se alimenta, el gas cae y se calienta, emitiendo luz. La presión de la luz en realidad empuja el gas hacia fuera, creando un límite a la velocidad con que el agujero negro puede atrapar continuamente la materia. Si un agujero negro supera este límite, teóricamente podría inflarse a un ritmo vertiginoso. Previamente se ha observado que los agujeros negros han quebrado el límite; sin embargo, el agujero negro de este estudio habría tenido que violar varias veces el límite para hacerse tan grande. Alternativamente, los agujeros negros podrían estar, simplemente, torciendo el límite.

«Otra forma en la que un agujero negro puede hacerse así de grande es que se ha alimentado más rápido que lo que normalmente se creía posible», dice Tsai. «Esto puede suceder si el agujero negro no gira tan rápido.» Si un agujero negro gira lo suficientemente despacio, puede engullir más materia que si lo hace velozmente.

«Los agujeros negros masivos en las galaxias infrarrojas extremadamente luminosas podrían atiborrarse de materia por un período de tiempo más extenso», dice Andrew Blain, de la Universidad de Leicester en el Reino Unido, uno de los autores del estudio. «Es como ganar un concurso de comer hot dogs que duró cientos de millones de años».

Se necesita más investigación para resolver el enigma de estas galaxias deslumbrantemente luminosas. El equipo tiene entre sus planes el determinar mejor las masas de los agujeros negros centrales.

WISE ha estado encontrando más de estas raras galaxias en las imágenes infrarrojas de todo el cielo que fueron capturadas en 2010. Al observar todo el cielo con más sensibilidad que nunca, WISE pudo atrapar raros especímenes cósmicos que, de lo contrario, podrían haberse pasado por alto.

El nuevo estudio reporta un total de 20 nuevas ELIRGs, incluyendo la galaxia más luminosa encontrada hasta la fecha. Estas galaxias no se hallaron antes debido a lo distantes que son, y porque el polvo convierte su poderosa luz visible en una increíble efusión de luz infrarroja.

«Encontramos, en un estudio relacionado con WISE, que hasta la mitad de las galaxias más luminosas solamente se visualizan bien en luz infrarroja», dijo Tsai.

 

 

JPL dirige y opera WISE para el Directorio de Misiones Científicas de la NASA en Washington. La nave espacial se puso en modo de hibernación en el año 2011, después de que haber escaneado el cielo en su totalidad en dos ocasiones, completando así sus principales objetivos. En septiembre de 2013, WISE se reactivó, se lo renombró NEOWISE, y se le asignó una nueva misión para ayudar a los esfuerzos de la NASA para identificar objetos potencialmente peligrosos cercanos a la Tierra.

Fuente: JPL. Aportado por Eduardo J. Carletti

Más información:

El Chandra de la NASA nos indica que hay agujeros negros que tragan materia a un ritmo excesivo

Un grupo de inusuales agujeros negros gigantes puede consumir excesivas cantidades de materia, de acuerdo con un nuevo estudio utilizando el Observatorio de Rayos X Chandra de la NASA. Este hallazgo podría ayudar a los astrónomos a comprender cómo los mayores agujeros negros pudieron crecer tan rápidamente en el universo temprano

Los astrónomos saben desde hace tiempo que los agujeros negros supermasivos —con masas que van de millones a miles de millones de veces la masa del Sol, y ubicados en los centros de las galaxias— pueden engullir enormes cantidades de gas y polvo que caen ante su atracción gravitatoria. A medida que la materia se aproxima hacia estos agujeros negros, brilla con tanta intensidad que se pueden ver a miles de millones de años luz de distancia. Los astrónomos llaman cuásares a estos agujeros negros extremadamente voraces.

>

Este nuevo resultado indica que algunos cuásares son aún más hábiles para devorar material que lo que los científicos conocían previamente.

«Incluso siendo famosos consumidores de prodigiosas cantidades de material, estos enormes agujeros negros parecen estar alimentándose a un enorme ritmo, al menos cinco a diez veces más rápido que los cuásares típicos», dice Bin Luo, de la Universidad de Penn State en State College, Pennsylvania, quien dirigió el estudio.

Luo y sus colegas examinaron los datos de 51 cuásares tomados por el Chandra que se encuentran a una distancia de entre aproximadamente 5.000 millones y 11.500 millones de años luz de la Tierra. Estos cuásares fueron seleccionados porque tenían una emisión inusualmente débil de ciertos átomos de carbono, en especial a longitudes de onda ultravioleta. Cerca del 65% de los quásares en este nuevo estudio resultaron ser mucho más débiles en los rayos X, en cerca de 40 veces en promedio, que los cuásares típicos.

La débil emisión atómica ultravioleta y el débil flujo de rayos X de estos objetos podrían ser una pista importante sobre la cuestión de cómo un agujero negro supermasivo absorbe materia. Las simulaciones por computadora muestran que, a bajos ritmos de flujo de entrada, la materia se arremolina hacia el agujero negro en un disco delgado. Sin embargo, si la tasa de flujo de entrada es alta, el disco puede hincharse de manera espectacular, debido a la presión de la alta radiación en un toroide, o rosquilla, que rodea la parte interior del disco.

«Esta imagen se ajusta a nuestros datos», dice el co-autor Jianfeng Wu, del Centro Harvard-Smithsoniano para Astrofísica, en Cambridge, Massachusetts. «Si un cuásar está incrustado en una estructura en forma de un grueso anillo de gas y polvo, la rosquilla absorberá gran parte de la radiación que se produce más cerca del agujero negro y evitará que impacte sobre el gas que se encuentra más lejos, dando como resultado una emisión atómica ultravioleta y de rayos X más débil».

También se vería afectado el equilibrio habitual entre el tirón hacia adentro de la gravedad y la presión hacia el exterior de la radiación.

«Se emite más radiación en una dirección perpendicular al grueso disco que a lo largo del disco, permitiendo que el material caiga a ritmos más altos», dijo el co-autor Niel Brandt, también de la Universidad de Penn State.

La implicación importante es que estos cuásares «de disco grueso» pueden albergar agujeros negros que crecen a un ritmo extraordinariamente rápido. Los estudios anteriores y los actuales realizados por diferentes equipos sugieren que estos cuásares podrían haber sido más comunes en el Universo temprano, sólo alrededor de mil millones de años después del Big Bang. Un crecimiento tan rápido también podría explicar la existencia de enormes agujeros negros, a veces incluso antes que eso.

Un artículo que describe estos resultados aparece en el número más reciente de The Astrophysical Journal y está disponible en línea. El Centro de Vuelo Espacial Marshall de la NASA en Huntsville, Alabama dirige el programa Chandra para el Directorio de Misiones Científicas de la agencia en Washington. El Observatorio Astrofísico Smithsoniano en Cambridge, Massachusetts, controla las operaciones científicas y de vuelo de Chandra.

Leer más desde el Observatorio Chandra de Rayos X de la NASA

Créditos:
Ilustración: CXC / M. Weiss
Imágenes de rayos X: NASA / CXC / Penn State / B. Luo et al.

 

 

Fuente: NASA. Aportado por Eduardo J. Carletti

Más información: