La pulga de agua (Daphnia pulex), un pequeño crustáceo que ha sido usado durante décadas para analizar las variaciones ambientales en los ecosistemas, se ha convertido en el animal con mayor número de genes de cuantos se han analizado hasta ahora
Según un estudio publicado en la revista Science, contiene más de 30.000 genes, casi 10.000 más que el ser humano. Con este trabajo, la pulga de agua se ha convertido en el primer crustáceo cuyo genoma ha sido descifrado.
Élie Metchnikoff basó en este animal los estudios sobre el sistema inmune que le valieron el premio Nobel en 1908 por el descubrimiento de la actividad de los macrófagos ante el ataque de un parásito. Y Richard Woltereck, que desarrolló la idea de la plasticidad fenotípica —es decir, la capacidad que tienen los organismos de variar sus características en función de las condiciones ambientales—, también utilizó el mismo modelo biológico para sus investigaciones.
Con este bagaje científico, ¿cómo es que resulta tan desconocido para el público no investigador este animal? No tiene una respuesta fácil, pero lo cierto es que su popularidad está lejos de la alcanzada por modelos animales como la Drosophila melanogaster y su nombre apenas suena fuera de los ámbitos científicos más especializados.
Quizá una posible respuesta es que, a pesar de ser una especie cobaya desde hace muchas décadas, los trabajos para estudiar su patrimonio genético comenzaron ya en el siglo XXI.
Por ese motivo, los autores del trabajo, liderados por el investigador del Centro de Genómica y Bioinformática de la Universidad de Indiana (EEUU) John Colbourne, que descifraron su ADN completo quedaron asombrados al comprobar el enorme número de genes contenido en un genoma llamativamente pequeño para tal cantidad de información genética. La pulga de agua contiene un tercio más de información en su ADN que el ser humano, pero apiñado en un recipiente —un genoma— 15 veces menor que el del hombre.
Colbourne y su equipo comprobaron que esto es debido al inusualmente largo repertorio de genes duplicados que posee y a la alta proporción de genes exclusivos del género Daphnia. El 36% de los genes de la pulga de agua son exclusivos de este grupo y eran desconocidos para la ciencia hasta ahora. Además, el análisis de la expresión de esos genes exclusivos reveló a los autores que estaban ante los genes más sensibles a los retos ambientales de cuantos se han analizado hasta la fecha.
El hallazgo permitirá a los científicos el uso de este animal como modelo para conocer en mayor profundidad la respuesta de los genes a las variaciones de las condiciones ambientales dentro de un contexto evolutivo.
Fuente: El Mundo. Aportado por Eduardo J. Carletti
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