Una especie de áfido (pulgón) podría tener una capacidad sin precedentes para recoger la luz solar, y utilizar la energía con fines metabólicos. Sería así la única especie de animales que se conoce que tiene el poder de la fotosíntesis
Esto se produce en los carotenoides, que son un tipo de pigmento que los animales utilizan para funciones tan esenciales como el crecimiento óseo, la visión y la producción de vitaminas. Todos los animales conocidos obtienen esto comiendo las plantas, algas y hongos, que sintetizan naturalmente estos compuestos de color rojizo anaranjado.
En 2010, los biólogos investigadores Nancy Moran y Tyler Jarvik de la Universidad de Arizona descubrieron que los áfidos del guisante pueden producir sus propios carotenoides, como una planta. «Lo que sucedió es que un gen fúngico se metió en un áfido y fue copiado», dijo Moran en un comunicado de prensa.
El entomólogo Alain Robichon, del Instituto Sophia Agrobiotech en Francia, quería averiguar por qué los insectos producen estos productos químicos, que son costosos metabólicamente.
Los carotenoides son responsables del color del cuerpo del pulgón, y los investigadores encontraron que los insectos cambiaban de color según las condiciones ambientales. En ambientes óptimos, los áfidos producen una cantidad media de carotenoides y se vuelven naranjas. En el frío, los insectos tienen un alto nivel de carotenoides y son de color verde. En las áreas con recursos limitados, los áfidos están casi desprovistos de pigmento y nacen blancos.
Posteriormente, el equipo midió los niveles de trifosfato de adenosina (ATP) de los pulgones —una manera de medir la transferencia de energía en los seres vivos— y se encontró con resultados sorprendentes. Los áfidos verdes producen mucho más ATP que los pulgones blancos, y los naranjas producen más ATP durante la exposición a la luz solar que cuando se mantienen en la oscuridad.
Los investigadores también aplastaron a los pulgones naranja y purificaron sus carotenoides, para demostrar que eran estos extractos los que puedan absorber la luz y transmitir esta energía. Todo esto sugiere que los pigmentos sintetizados pueden contribuir a un sistema de transferencia de electrones inducido por la luz, donde los áfidos pueden aprovechar la energía de la luz solar.
El equipo advierte que serán necesarias más investigaciones antes de que podamos estar seguros de que los áfidos realmente poseen la fotosíntesis entre sus habilidades. Los investigadores también especulan con que la capacidad puede ser usada como un respaldo durante tiempos de estrés ambiental.
Fuente: Wired. Aportado por Eduardo J. Carletti
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