«Látigos» cósmicos pueden haber dejado marcas en el espacio-tiempo

Las primeras cuerdas cósmicas eran inestables y se dividieron en pequeñas piezas, limitadas por monopolos

El espacio-tiempo debe haber tenido fallas del tamaño del universo, llamadas cuerdas cósmicas, moviéndose a través de él, pero todavía nadie ha sido capaz de encontrarlas. Esto se podría deber a que se rompieron en una maraña de cuerdas y esferas (como cuentas de un collar) poco después del Big Bang.

La buena noticia es que esto habría creado ondas gravitatorias que se podrían detectar en la Tierra.

Muchas teorías predicen la existencia de cuerdas cósmicas. Estos defectos topológicos en el espacio-tiempo, que pueden ser más grandes que el universo observable, se podrían haber formado cuando el cosmos se enfrió luego de su inicio en caliente. Se esperaba que la impronta de su muy alta gravedad se pudiese ver en el fondo cósmico de microondas —la radiación remanente de la gran explosión— o como lentes gravitatorias que curvan la luz distante hacia nosotros. Sin embargo, no se ha visto aún ninguna prueba convincente.

Las cuerdas cósmicas se podrían haber fragmentado en el nacimiento del universo y haber dado latigazos a través del cosmos con sus extremos cargados de bolas o «cuentas» (Imagen: Adolf Schaller for STScI/NASA)

Según Ben Shlaer, de la Universidad Tufts en Medford, Massachusetts, y sus colegas, podría ser porque las cuerdas eran inestables y se dividieron en pequeños trozos más pequeños poco después de formarse.

Las primeras cuerdas podrían haberse convertido en gigantescos lazos cerrados o fragmentos extremadamente grandes terminados con «cuentas». A éstas se las debe identificar como monopolos; similares al polo norte o sur de un imán, pero sin el otro polo asociado.

El análisis del equipo muestra que cuando las cuerdas se rompieron los extremos habrían quedado limitados por más monopolos, llevando a un universo lleno de cadenas fragmentadas con bolas en sus extremos. En el universo primitivo, estas cadenas altamente tensionadas podrían haber dado latigazos, acelerando las masivas «cuentas» a velocidades relativistas. Esto habría generado apretados haces de ondas gravitatorias, que viajarían aún a través del espacio-tiempo.

«Es posible que, si se espera el tiempo suficiente, una de esas concentradas ráfagas golpee la Tierra, lo que causaría la detección en uno de nuestros detectores de ondas», dice Shlaer.

Entre esos detectores están el Laser Interferometer Gravitational Observatory, al que en la actualidad se está actualizando, y el futuro Laser Interferometer Space Antenna. La gama posible de frecuencias de estas ondas es excepcionalmente grande, «lo que aumenta las esperanzas de detección» de las cuerdas cósmicas, dice el físico teórico Henry Tye en la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York.

Fuente: New Scientis. Aportado por Eduardo J. Carletti

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