Una torre inflable gigante podría llevar a la gente al límite del espacio sin necesidad de un cohete, y podría completarse mucho antes que un cable que pueda servir de soporte al ascensor espacial, afirman sus defensores
En un artículo en Acta Astronautica (DOI: 10.1016/j.actaastro. 2009.02.018), Brendan Quine, Raj Seth y George Zhu de la Universidad de York en Toronto, Canadá, dicen que unos módulos inflables neumáticos que ya se utilizan en algunas naves espaciales se podrían montar y formar una torre de unos 15 kilómetros de altura.
Si se construye sobre la cumbre de una montaña apropiada, puede alcanzar una altitud de alrededor de 20 kilómetros, donde se podría utilizar para la investigación atmosférica, el turismo, las telecomunicaciones o el lanzamiento de naves espaciales.
El equipo imagina el montaje de la estructura con una serie de módulos construidos a partir de tubos compuestos de polietileno y kevlar, a los que se vuelve rígidos inflándolos con un gas ligero, como el helio.
Para probar la idea, construyeron un modelo a escala de de 7 metros compuesto por seis módulos. Cada módulo se construyó con tres tubos de polietileno laminado de 8 centímetros de diámetro, montando todo en torno a espaciadores circulares e inflando con aire.
Para permanecer en posición vertical y soportar los vientos, las estructuras a escala completa requerirían giroscopios y sistemas activos de estabilización en cada módulo.
El equipo diseñó un modelo de torre de 15 kilómetros formado por100 módulos, cada uno de150 metros de altura y 230 metros de diámetro, construidos con tubos inflables de 2 metros de diámetro. Quine estima que la estructura pesaría alrededor de 800.000 toneladas al estar presurizada, más o menos dos veces el peso del superpetrolero más grande del mundo.
«A veinte kilómetros de altura está tan oscuro como en el espacio exterior. Se puede ver a unos 600 kilómetros en cualquier dirección», dice Quine. Los turistas pueden obtener una vista casi como desde el espacio, pero sin las dificultades de hacer frente a la gravedad cero.
Él calcula que la torre se podría extender hasta la órbita terrestre baja, a 200 kilómetros. La torre cumpliría la misma función a la del tan cacareado ascensor espacial.
Pero en el elevador se prevé la utilización de cintas tejidas de nanotubos superfuertes es un material que todavía no existe, en la torre se usan materiales que ya están disponibles. Y si algo sale mal en la torre, la falta de unos pocos módulos no sería motivo para que toda la estructura se derrumbe.
Fuente: New Scientist. Aportado por Eduardo J. Carletti
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