Dos equipos de oceanógrafos están a punto de adentrarse en aguas del norte del Pacífico para estudiar la masa de desechos de plástico que se acumula a lo largo una superficie de miles de kilómetros, en un lugar bautizado como Gran Campo de Basura del Pacífico
El navío de investigación New Horizon, que transporta a un equipo de unas 30 personas, entre científicos, técnicos y tripulantes, acaba de partir desde el Instituto de Oceanografía Scripps, con sede en la Universidad de California, en San Diego. Mientras, el velero Kaisei ha salido desde la bahía de San Francisco.
La expedición, que durará tres semanas, estudiará cuántos desechos-principalmente pequeños fragmentos de plástico- se están acumulando en una zona de mar abierto conocida como el remolino del Pacífico Norte, cómo se distribuye ese material y cómo afecta a la vida marina. El estudio se concentrará en el plancton y otros microorganismos, peces pequeños y aves.
«La cuestión es qué clase de impacto están teniendo esos trozos de plástico en las pequeñas criaturas de los niveles inferiores de la cadena alimentaria oceánica», declaró Bob Knox, director interino de investigación en Scripps.
Daños a la vida marina
Poco se sabe sobre el tamaño exacto y el alcance de la gran zona de desechos descubierta hace algunos años por pescadores en el Pacífico Norte. Los desechos grandes, que se ven desde la cubierta de un barco, son pocos y están alejados entre ellos. La mayoría de ellos son pequeñas partículas de plástico suspendidas en la superficie marina o justo debajo de ella, lo que hace imposible detectarlas desde el aire o por medio de imágenes satelitales.
Además de los posibles daños a la vida marina por la ingestión de trozos de plástico, la expedición del equipo analizará si estos desechos pueden transportar otras partículas contaminantes, como pesticidas. Otro punto a analizar será si organismos diminutos que acompañan a los desechos podrían ser transportados a regiones distantes y convertirse en especies invasoras.
Debido a corrientes oceánicas circulares, los desechos terminan concentrados en una «zona de convergencia» de cientos de kilómetros, cerca de las islas de Hawai y a medio camino entre Japón y la costa oeste de Estados Unidos. La zona de residuos se desplaza hasta 1.600 kilómetros de norte a sur dependiendo
de las estaciones, distancia que puede ser mayor si la temperatura del océano es más cálida de lo normal, según información de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés).
Fuente: El Mundo. Aportado por Gustavo Courault
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