Investigadores de la Universidad Brandeis en Waltham (Estados Unidos) han descubierto un mecanismo molecular ancestral asociado al dolor común en humanos e insectos. Los resultados del estudio se publican en la edición digital de la revista Nature
Las moscas, mosquitos y humanos perciben los irritantes químicos a través de un mecanismo molecular común. Los resultados, que arrojan luz sobre los orígenes evolutivos de la sensación del dolor, podrían ayudar al diseño de nuevos repelentes de insectos.
Los investigadores, dirigidos por Paul A. Garrity, muestran que la proteína de canal iónico TRPA1 ayuda a las neuronas del gusto de los insectos a detectar los componentes químicos nocivos. TRPA1 participa en la respuesta humana al dolor ante tales irritantes, lo que sugiere que este mecanismo molecular concreto no es específico de los vertebrados.
Según los investigadores, al contrario que otros sentidos químicos, como el olfato o el gusto, parece que la detección humana de irritantes recae en un sensor químico ancestral conservado a nivel molecular a lo largo de 500 millones de años de evolución.
Fuente: EP. Aportado por Eduardo J. Carletti
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