La nave espacial de propulsión de iones Dawn se acerca a Vesta, y estará en órbita a mediados de julio. Tomará las fotografías del asteroide gigante que se hayan tomado hasta ahora. ¿Qué van a lograr los investigadores con una claridad sin precedentes?
«Para empezar», dice Marc Rayman, ingeniero jefe de Dawn, «vamos a buscar una luna del asteroide.»
Se podría pensar que los asteroides son cuerpos aislados que se mueven a través del espacio, pero es perfectamente posible que estos viejos «solitarios» tengan compañeros. De hecho, Ida, de 19 kilómetros de extensión; Pulcova, de 90 kilómetros; Caliope, de 103 kilómetros; y Eugenia, de 135 kilómetros, tienen sus lunas. Y Sylvia, de 175 kilómetros de diámetro, tiene dos lunas. Vesta, con 330 kilómetros de diámetro, es mucho mayor que los otros ejemplos, por lo que es totalmente posible que exista una luna de Vesta.
¿De dónde provienen estas lunas?
Rayman sugiere una fuente: «Cuando otro cuerpo grande choca con un asteroide, los escombros resultantes se desparraman en órbita alrededor del asteroide, y poco a poco van colapsando sobre sí mismos para formar una luna.»
Otra posibilidad es un «pinball gravitacional»: Una luna que se haya formado en otro lugar el resto del cinturón de asteroides podría, a través de complicadas interacciones gravitatorias con los distintos cuerpos, terminar capturada por la gravedad de uno de ellos.
El telescopio Hubble, y otros terrestres, han buscado lunas en Vesta, y no han encontrado nada. Dawn está por llegar a la posición para dar una mirada más cercana. Este sábado 9 de julio, justo una semana antes de la llegada a la órbita alrededor de Vesta, comenzará la caza de la luna. Las cámaras comenzarán a tomar imágenes del espacio que rodea el asteroide, en busca de manchas sospechosas.
«Si la luna está allí, aparecerá en imágenes sucesivas como un punto que se mueve alrededor de Vesta en lugar de permanecer fijo, como las estrellas de fondo», dice Mark Sykes, co-investigador de Dawn, quien también es director del Instituto de Ciencia Planetaria. «Podremos utilizar exposiciones cortas para detectar lunas tan pequeñas como unos 27 metros de diámetro. Si nuestras exposiciones más extensas ya no se sobreexponen por el cercano brillo de Vesta, vamos a ser capaces de detectar lunas a pocos metros de diámetro «.
Si bien no aparece como objetivo científico de la misión el «encontrar una luna», la detección de una luna sería una buena noticia de tapa para Dawn. No es que se necesiten primicias llamativas. La sonda está preparada para construir mapas globales y tomar imágenes detalladas de la superficie del asteroide, poner de manifiesto los puntos finos de su topografía y catalogar los minerales y los elementos presentes. Esto no es poco.
Además, Dawn se convertirá en un satélite ella misma cuando entre en órbita alrededor de Vesta. Y los movimientos de la sonda al girar alrededor proporcionarán una gran cantidad de información sobre esta reliquia de roca.
Sykes explica: «Vamos a utilizar la señal de radio de la nave espacial para medir su movimiento alrededor de Vesta. Esto nos dará una gran cantidad de detallada información sobre el campo gravitatorio del asteroide. Vamos a saber más sobre la masa de Vesta y de su estructura interior, incluyendo su núcleo y potenciales mascons (concentraciones de masa).»
Mientras usted lee esto, la nave se está impulsando suavemente para acercarse a su objetivo. Y con sólo las imágenes de navegación ya estamos viendo un mundo nunca antes observado que crece cada vez más grande y más claro.
«Las fotos están empezando a revelar la superficie de este mundo ajeno, maltratado», dice Rayman. «Es más que suficiente para entusiasmarnos. Hemos estado en el vuelo durante cuatro años, hemos planificado la misión durante una década, y la gente ha estado buscando a Vesta en el cielo nocturno durante dos siglos. Ahora, por fin , nos estamos acercando a él, y vamos a conseguir una visión cercana de este lugar.»
Esta no es sólo la primera vez que una nave espacial visita este mundo extraño, también es la primera vez que una nave espacial visita un cuerpo masivo al que no nos hemos acercado con anterioridad. En el pasado, hubo naves que orbitaron la Tierra, la Luna, Marte, Venus, Júpiter, Saturno y Mercurio.
«En cada caso, se realizaron antes misiones de sobrevuelo, proporcionando una buena estimación de la gravedad del cuerpo de destino, junto con información sobre otros aspectos de su entorno físico, como si había alguna luna presente. Esta vez estamos mucho menos seguros de lo que se encontrará. »
En una reciente conferencia de prensa, Jim Adams, subdirector de Planetary Science de la NASA, le dijo a los periodistas que Dawn «pondrá un rostro en un mundo visto hasta ahora sólo como una mancha borrosa. ¿Cómo piensa Rayman que es la cara de Vesta?
«Arrugada, antigua, rugosa, con una enorme cantidad de rasgos geológicos que testimonien sobre algunos episodios fascinantes de la historia del Sistema Solar.»
Si dentro de esta historia aparece una nueva luna, Rayman tiene un nombre en mente: «¿Qué tal ‘Dawn’?»
Fuente: NASA. Aportado por Eduardo J. Carletti
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