Las pequeñas piezas de carbono en los meteoritos procedentes de Marte se formaron durante el enfriamiento del magma, y no son restos de antiguos microbios alienígenas. Esto es al mismo tiempo una buena noticia y una mala noticia para los astrobiólogos
El descubrimiento en 1996 de estructuras de carbonato en el meteorito ALH-84001 —que viajó a la Tierra desde Marte hace más de 13.000 años— fue utilizado en algún momento como prueba de que alguna vez vivieron microbios extraterrestres en el planeta rojo. Sin embargo, estudios posteriores tanto de las estructuras de carbonato y las pequeñas pepitas de carbono macromolecular (macromolecular carbon o MMC) en el meteorito pusieron dudas sobre estas pretensiones.
Para entender mejor de dónde podría provenir el carbono marciano, Andrew Steele y sus colegas del Instituto Carnegie de Washington en Washington DC, examinaron muestras de 11 meteoritos marcianos, incluyendo el famoso ALH-84001.
En los estudios previos se utilizaron muestras en polvo de las rocas para analizar la composición química total. Por esto, las pruebas no podían revelar dónde se había localizado originalmente el carbono en los meteoritos. Steele y sus colegas utilizaron espectroscopia Raman —una técnica que dispersa la luz láser en una sustancia para determinar su estructura y composición química— para identificar el MMC en las rocas con una precisión de alrededor de 360 nanómetros.
Encontraron así que las pepitas de carbono están encerradas en cristal, que sólo pudo haberse formado cuando la roca se enfrió inicialmente a partir del magma. Debido a que están bien selladas, estas «cápsulas minerales» rellenas de carbono excluyen la posibilidad de que el MMC provenga de una antigua vida.
Paradójicamente, el hallazgo aumenta, de hecho, las posibilidades de encontrar signos de antigua vida en las rocas marcianas. El carbono en forma de MMC fue reducido químicamente en su origen, lo que significa que lleva a un exceso de electrones y es rápido para reaccionar. Un carbono así, fácilmente disponible y reactivo, se podría haber unido a otros elementos para crear moléculas químicas complejas, incluso hasta vida.
«La presencia de carbono orgánico en o cerca de la superficie marciana es una fuente potencial de nutrientes para la vida», dice el coautor Francis McCubbin .
«Tal vez la formación de química prebiótica en Marte fue tan común como el enfriamiento de las lavas de Marte», dice Marc Hirschmann , un científico planetario de la Universidad de Minnesota en Minneapolis y St. Paul, quien no estuvo involucrado en la investigación. «Refuerza la idea de que, en sus principios, Marte pudo haber sido propicio para el desarrollo de la vida.»
Steele dice que los hallazgos podrían ayudar a proporcionar una base para la medición de carbono que se llevará a cabo en la próxima misión Mars Science Laboratory, programada para aterrizar en Marte en agosto de este año. «Se trata de ayudar a dar un contexto a las mediciones que deben hacerse para la detección de vida.»
Referencia de publicación: Science, DOI: 10.1126/science.1220715
Fuente: New Scientist. Aportado por Eduardo J. Carletti
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