Un importante científico climático describe la posible conexión
Las altas temperaturas y las condiciones extremas de sequía en gran parte de Estados Unidos continúan perjudicando a los cultivos y hacen que suban los precios del maíz. En gran parte de la región del Medio Oeste, la sequía ha llegado a la peor clasificación posible, D4, que podría ocasionar «pérdidas generalizadas y excepcionales de pastos y cosechas» además de «situaciones de emergencia de agua» debido a la escasez en los embalses, arroyos y pozos, según la organización U.S. Drought Monitor, dirigida por un conjunto de grupos gubernamentales y académicos. El Servicio Meteorológico Nacional afirma que las tormentas dispersas traerán poco alivio, y apunta a que la sequía se agravará.
Muchos modelos climáticos sugieren que las olas de calor y las sequías aumentarán a medida que los niveles de gases de efecto invernadero se incrementen en la atmósfera. ¿Están las condiciones actuales —y otras circunstancias meteorológicas extremas como la sequía en Texas (EE.UU.) del año pasado— relacionadas con el cambio climático?
Technology Review ha entrevistado al destacado científico climático Thomas Karl, director del Centro Nacional de Datos Climáticos en Asheville, Carolina del Norte, para conocer su opinión.
1. ¿Cuál es la causa de las recientes olas de calor y sequías?
Las actividades humanas han contribuido a esta ola de calor y es de esperar que este tipo de circunstancias se vuelvan aún más extremas durante nuestras vidas a medida que sigan aumentando los gases de efecto invernadero. Las temperaturas se incrementan y hacen que se produzcan fenómenos meteorológicos extremos. Está bastante claro que estamos viendo —no solo en EE.UU. sino en todo el mundo— acontecimientos que nunca antes habíamos presenciado en nuestro registro instrumental, y es bastante evidente que existe una contribución humana.
2. La conexión entre el calentamiento global y las olas de calor es evidente. ¿Cuál es la conexión entre el aumento de las temperaturas y la sequía?
En la sequía de Texas del año pasado el exceso de calor evaporó más agua, y después hizo que la sequía fuera más intensa, por lo que hubo cierto efecto de retroalimentación. Pero también hay cambios en los patrones de precipitación. Las regiones subtropicales van a volverse más secas a medida que los sistemas de climas subtropicales se muevan hacia el norte en respuesta a las temperaturas más cálidas y las corrientes se vayan también hacia el norte.
En la actualidad podemos observar más precipitaciones en las latitudes medias y altas, como en Canadá y la frontera norte de EE.UU., menos precipitaciones en el suroeste de EE.UU. y a lo largo de las zonas subtropicales. Estamos viendo un cambio total en el sistema de circulación atmosférica. Sin embargo, los modelos no son tan claros en términos de precipitaciones como lo son respecto a las temperaturas. Sospecho que va a ser muy difícil demostrar hasta qué punto estos cambios en los patrones han contribuido a la sequía en el Medio Oeste de este año.
3. Los científicos del clima han sido reticentes a la hora de establecer conexiones entre fenómenos meteorológicos específicos y el cambio climático. Sin embargo, un estudio reciente de su organización sobre la ola de calor en Texas sugiere que era 20 veces más probable que ocurriera. ¿Por qué hacen los científicos afirmaciones más específicas ahora?
La gente se aferra a declaraciones como esa de que la probabilidad era 20 veces superior. Pero hay salvedades en el estudio. La declaración importante es que la ola de calor fue más fuerte de lo que habría sido sin la quema de combustibles fósiles y el aumento de los gases de efecto invernadero.
Estos estudios son posibles hoy día porque poseemos un tipo de computación más rápida. No podíamos hacerlo hace 5 o 10 años. Hay que ejecutar [en computadora] modelos muchas veces para conseguir el número adecuado de muestras. Además, es mucho más fácil disponer de los datos. Y, francamente, la señal climática de los gases de efecto invernadero y las actividades humanas continúa haciéndose más fuerte. Cuando los niveles de gases de efecto invernadero son mayores, es más fácil afirmar que ciertos tipos de eventos van a ser más intensos.
Fuente: Technology Review. Aportado por Eduardo J. Carletti
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