La homosexualidad en los escarabajos femeninos, y lo que podemos aprender de ésta

Estados Unidos vive históricas audiencias de los tribunales supremos, y hubo mucha discusión acerca de la homosexualidad. Uno de los «argumentos» que a menudo se oyen desde el lado de los activistas en contra de los derechos de los homosexuales es que ser gay no es natural. La evidencia del reino animal refuta esto, sin embargo, ya que la conducta homosexual es común y se la encuentra en muchos animales diferentes

Existe un famoso ejemplo: dos pingüinos de barbijo machos, «Roy» y «Silo», formaron un vínculo de pareja y criaron un polluelo (llamado «Tango»), que más tarde se convirtió en un libro para niños.

La homosexualidad también es común en muchos insectos, y algunos machos del escarabajo de la harina en realidad se aparean el 50% de las veces con otros machos. Pero ¿qué puede causar la conducta homosexual? ¿Cómo la mantiene la evolución?

Esta es una cuestión compleja, y la respuesta es probable que difiera de especie a especie.

Por ejemplo, los escarabajos de las harina machos que se aparean con otros machos en realidad pueden transferir a las hembras de esta manera. Otros insectos machos, como los gorgojos o las moscas de la fruta, se dan cuenta de que se están apareando con otros machos (es mejor aparearse con más animales, y hacerlo «equivocado» a veces, que ser demasiado exigente y perderse los intentos de apareamiento potencialmente fructíferos). Sin embargo, además de los casos específicos, también puede haber patrones generales entre las especies en cómo es seleccionada y mantenida por la evolución la homosexualidad.

Aunque muchos estudios se han concentrado en el comportamiento sexual macho-macho, las hembras también se dedican a una conducta homosexual. Los albatros de Laysan forman alianzas hembra-hembra, realizando los mismos rituales de apareamiento que se observan en las parejas macho-hembra de esta especie, y estas parejas pueden durarles toda la vida.

Muchas hembras muestran comportamientos hacia otras hembras que no dirigirían normalmente hacia los machos. Esto produce un dilema para los científicos que los estudian, ya que estos comportamientos no pueden ser explicadas porque las hembras cometen un «error» al pensar que era un macho.

Por ejemplo, en el escarabajo de las semillas Callosobruchus maculatus, las hembras montan a otras hembras de la misma manera que los machos de esta especie montan a las hembras. Como las hembras de la especie no suelen hacer esto con los machos, ¿por qué podrían hacerlo con otras hembras?

El coleóptero C. maculatus es una plaga para los seres humanos y se encuentra en casi en todo el mundo, ya que ha viajado a todo el mundo como polizón sobre los granos que comemos. Cuando una hembra quiere reproducirse, pone sus huevos en la superficie de los granos. Cuando nacen las larvas, penetran en el grano y pasan tiempo dentro juntos, comiéndose el frijol, y en general pasando un buen rato de felicidad. Los adultos machos emergen de los granos antes que las hembras, y patrullan la zona a la espera de ellas. Una vez que las hembras emergen, los machos se aparean con todas ellas.

Hay que mencionar que los machos de esta especie tienen espinas en su pene que causan daños a las hembras, por lo que éstan empujan con las patas a los machos durante el apareamiento para tratar de mantener el acceso lo más corto posible (aunque nadie ha sugerido esto como un razón de la prevalencia del comportamiento sexual hembra-hembra en esta especie).

Para entender por qué puede ser que las hembras monten otras hembras, los investigadores compararon la tendencia de escarabajos hermanos y hermanas de montar a otras hembras. Encontraron que, aunque los machos tienden a montar hembras con más frecuencia que lo que lo hacen las hembras, las familias en las que los machos montaban más hembras, también las mujeres montaban más hembras. En otras palabras, las hembras participan más en la conducta homosexual cuando sus hermanos también son sexualmente más activos con respecto a este particular comportamiento.

Esta relación en el comportamiento de apareamiento entre los hermanos y las hermanas indica que no pueden ser en ambos sexos los mismos genes los que definen este comportamiento. Los genes del comportamiento a menudo puede tener correlato entre machos y hembras de una especie, cuando no es demasiado costoso para el otro sexo el tenerlos. En este caso, las hembras que montan a otras hembras no sufren ninguna consecuencia negativa en comparación con las hembras que no lo hacen (tienen el mismo éxito reproductivo). Por lo tanto, no habría ninguna selección en contra de las hembras que tienen este comportamiento, y de hecho las que montan más pueden producir hijos machos que también monten más, y producir más descendientes.

Aún no se ha visto si este mecanismo existe en otras especies, pero este estudio ayudará a estimular estudios e investigaciones acerca de esta intrigante cuestión.

Artículo referido: Burgevin, L., Friberg, U., y Maklakov, A. A. (2013). Intersexual correlation for same-sex sexual behaviour in an insect. Animal Behaviour 85: 759-762.

Fuente: Scientific American. Aportado por Eduardo J. Carletti

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