Laboratorio de Otawa construye un robot que simulará la apariencia de estar vivo

Científicos canadienses están desarrollando un robot que imita las expresiones del rostro humano y los procesos táctiles de la mano humana. Dicen que será de utilidad en áreas como enfermería, mantenimiento de plantas nucleares y en la eliminación de artefactos explosivos. Incluso podría actuar como acompañante

El investigador principal Emil Petriu, un ingeniero en computación de la Universidad de Ottawa que ha trabajado para la Agencia Espacial Canadiense, describe su investigación en una entrevista telefónica con CBC News.

Es clave en esta tecnología una nueva piel artificial sensible al tacto, inspirada en la biología, que es capaz de sentir con el contacto las formas de un objeto, su temperatura y la elasticidad de la superficie, hasta alcanzar, finalmente, una sensibilidad táctil a nivel humano en los robots. La piel artificial está hecha de silicona elástica que contiene sensores de contacto y temperatura.

«Estamos usando la biología como fuente de inspiración. Los seres humanos se sienten más cómodos interactuando con dispositivos que se mueven y responden de la misma manera que nosotros lo hacemos», dijo Petriu.

En un laboratorio, él y sus colegas están utilizando un robot como sujeto de prueba, reemplazando metódicamente las partes mecánicas con otras más similares a las de los seres vivos, como las partes que están diseñando. Se comenzará con la cabeza, y luego seguirán las manos.

Están diseñando ellos mismos algunos de los dispositivos sensores, mecánicos y electrónicos, tales como complejos miembros artificiales que pueden adquirir grandes cantidades de información por medio del sentido del tacto.

Para que los robots puedan realizar algunas de las funciones de los seres humanos, como cuidados de enfermería o en el hogar, por ejemplo, Petriu cree que deben tener un buen contacto con el usuario en algunas cosas clave.

Si un robot tiene que entrar en contacto físico con una persona, la interacción será más cómoda si su piel es tibia al tacto, dijo Petriu. «Es muy importante que den una sensación de tibieza, que sean flexibles, o no se sentirán humanos.»

Se puede entibiar la superficie del brazo robótico para que coincida con temperatura de la piel humana incorporando tubos flexibles por los que circula agua tibia en la piel artificial.

Petriu también está montando un conjunto de actuadores (músculos artificiales con pequeños motores embebidos) en varias partes de un recién adquirido modelo anatómico de un cráneo humano, con una mandíbula móvil que reproduce el movimiento inferior del rostro.

Los actuadores se cubrirán con una piel elástica. El objetivo es producir un rostro muy similar al de alguien vivo, que sea capaz de representar complejas expresiones humanas que vayan desde la sorpresa a la ira.

Charles Darwin fue uno de los primeros científicos que se dio cuenta del valor de la expresión facial para la comunicación interpersonal, y más tarde los científicos crearon un sistema formal de codificación para vincular diversas expresiones con combinaciones particulares de los músculos, dijo Petriu.

El mismo sistema de codificación será la base para la programación de los movimientos de la piel artificial en el cráneo del prototipo de Petriu, de modo que las expresiones parezcan familiares y auténticas.

Petriu cree que los robots podrían ser nuestros compañeros, algún día, en una relación simbiótica.

«Nuestra sociedad se vuelve cada vez más desconectada», dijo, señalando a una generación que cada vez pasa más tiempo a solas, en una socialización virtual.

Si esa gente extraña la compañía física de los demás, la presencia de un robot podría satisfacer esta necesidad sin las complicaciones de una relación humana, dijo Petriu.

«Seguimos siendo, después de todo, seres sociales.»

Fuente: CBC News. Aportado por Eduardo J. Carletti

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