La química favorable y los episodios con películas delgadas de agua líquida durante los ciclos en curso, de largo plazo, puede hacer que alguna vez el área de Marte en la que aterrizó el pasado año la misión Phoenix de la NASA haya sido un ambiente favorable para los microbios
La interpretación de los datos que aportó Phoenix durante sus cinco meses de funcionamiento en una llanura ártica marciana llena cuatro artículos en una edición de la revista Science, el primer informe revisado sobre las conclusiones de la misión. Phoenix concuyó sus comunicaciones en noviembre de 2008, cuando al aproximarse el invierno marciano agotó la energía de los paneles solares del aterrizador.
«No sólo encontramos hielo de agua, como se esperaba, sino que la química del suelo y los minerales que observamos nos llevan a considerar que este sitio tuvo un clima más cálido y más húmedo en el pasado reciente —los últimos millones de años— y que podría ser así de nuevo en el futuro», dijo el investigador principal de Phoenix, Peter Smith, de la Universidad de Arizona en Tucson.
Un artículo sobre los estudios de agua de la Phoenix, de los cuales Smith es el autor principal con 36 coautores de seis naciones, cita las pistas que apoyan una interpretación de que el suelo ha tenido películas de agua líquida en el pasado reciente. Las evidencias de agua y potenciales nutrientes «implican que esta región podría haber reunido antes criterios de habitabilidad» en ciertas partes de los ciclos climáticos continuos, concluyen los autores.
La mayor sorpresa de la misión fue encontrar un químico muy versátil llamado perclorato en el suelo marciano. Este hallazgo de la Phoenix es una cima en al creciente énfasis en la química del planeta, dijo Michael Hecht del Jet Propulsion Laboratory de la NASA en Pasadena, California, que tiene 10 coautores en un documento acerca de los hallazgos en la química soluble de la Phoenix.
«El estudio de Marte está en transición desde una continuación de la fase de agua a una continuación de la etapa química», dijo Hecht. «Con el perclorato, por ejemplo, podemos ver relación con la humedad atmosférica, la humedad del suelo, una posible fuente de energía para los microbios, incluso un recurso posible para los seres humanos.»
El perclorato, que atrae fuertemente al agua, compone unas décimas por ciento del suelo en las tres muestras analizadas por Phoenix en el laboratorio de química húmeda. Podría absorber humedad del aire marciano. En concentraciones más altas, podría combinarse con el agua para mantenerla líquida a la temperatura de la superficie marciana. Para algunos microbios de la Tierra, el perclorato es un alimento. Los exploradores humanos podrían encontrarlo útil como combustible de cohetes o para generar oxígeno.
Otra sorpresa para el equipo de Phoenix fue encontrar nubes de hielo y precipitaciones más parecidas a las de la Tierra que lo previsto. El instrumento láser canadiense del aterrizador, puesto allí para estudiar la atmósfera, detectó nieve cayendo de las nubes. En uno de los informes en Nature, Jim Whiteway de la Universidad de York, Toronto, y sus 22 coautores, decen que, si Phoenix hubiese operado más en el invierno, esta precipitación se traduciría en un aumento estacional de hielo de agua sobre y dentro del terreno.
Antes de la Phoenix no sabíamos si se producían precipitaciones en Marte», dijo Whiteway. «Sabíamos que la placa de hielo polar avanza en invierno tan al sur como el sitio de Phoenix, pero no sabíamos cómo pasaba el vapor de agua de la atmósfera a ser hielo sobre el terreno. Ahora sabemos que nieva, y que se trata de parte del ciclo hidrológico en Marte».
Las evidencias de que el hielo de agua en la zona a veces se funde lo suficiente como para humedecer el suelo proviene del hallazgo de carbonato de calcio en el suelo calentado por los hornos analíticos del aterrizador o mezclado con ácido en el laboratorio de química húmeda.
William Boynton, de la Universidad de Arizona , y 13 coautores, informan que la cantidad de carbonato de calcio «es más coherente con una formación en el pasado por la interacción de dióxido de carbono de la atmósfera con películas líquidas de agua en la superficie de partículas».
Los nuevos informes dejan pendiente si las muestras de suelo recogidas por la Phoenix contenían compuestos orgánicos con base de carbono. El perclorato podría haber desintegrado los compuestos orgánicos simples durante el calentamiento de las muestras de suelo en los hornos, evitando una detección clara.
El calentamiento en hornos no eliminó vapor de agua a temperaturas inferiores a 295 grados Celsius (563 grados Fahrenheit), indicando que no había agua adherida a las partículas del suelo. Los ciclos climáticos resultantes de los cambios en la inclinación y la órbita de Marte a escalas de cientos de miles de años o más podrían explicar por qué se observan efectos de tierra húmeda.
Fuente: Phoenix Mars Mission. Aportado por Matías Buonfrate
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