Nuevas fotos del Hubble sugieren una nueva historia para la Vía Láctea

Un análisis preliminar de las estrellas de edad avanzada en la Vía Láctea parece ser un golpe contra la teoría dominante de la formación de galaxias. El estudio sugiere que varias partes grandes y aparentemente dispares de la Vía Láctea se formaron a la vez a partir del colapso de una burbuja única de gas y polvo

Nuevas imágenes en infrarrojo del cúmulo globular 47 Tucanae en la Vía Láctea (la presente registrada en una longitud de onda de 1,6 micrómetros), revelan que tanto el clúster como el bulbo central de la Vía Láctea tienen de 11.000 millones a 12.000 millones años de edad, y pueden haberse formado al mismo tiempo que el halo de la galaxia. H. Richer, NASA, ESA

Esto entra en contraste directo con el escenario principal de formación de galaxias, que sostiene que la Vía Láctea y otras galaxias comenzaron en su mayor parte pequeñas y crecieron poco a poco, adquiriendo gas intergaláctico y polvo por la fuerza de gravedad y por la fusión de otras galaxias de su vecindad inmediata.

Las nuevas pruebas, que según destacan los astrónomos sólo son indicativas, provienen de un nuevo estudio en curso de un familiar cúmulo globular, una densa y antigua agrupación de más de un millón de estrellas de la Vía Láctea que se conoce como 47 Tucanae. A principio de este año, Harvey Richer, de la Universidad de la Columbia Británica en Canadá, y sus colegas, comenzaron a examinar 47 Tucanae con dos cámaras del telescopio espacial Hubble, la recién instalada cámara de campo ancho 3 y la Advanced Camera for Surveys, que dejó de funcionar a principios de 2007, pero fue revivida por los astronautas durante la misión de servicio del año pasado.

El cúmulo se encuentra cerca pero no dentro del bulbo de la Vía Láctea, una concentración masiva de estrellas que rodea el núcleo de la galaxia. Pero debido a que el cúmulo comparte varias propiedades con el bulbo, como la composición química y el movimiento orbital, los astrónomos consideran que la edad de 47 Tucanae es un buen indicador de la edad de esta protuberancia central.

Un análisis de las tomas del Hubble, que incluyen una de las imágenes más profundas de infrarrojos jamás registrada, revela que 47 Tucanae, y por lo tanto el bulbo de la Vía Láctea, se formaron entre 11.000 millones y 12.000 millones de años atrás, informó Richer el 4 de mayo en un simposio sobre la evolución estelar en el Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial en Baltimore. Él dijo que las estimaciones previas de edad, que no se basaron en la nueva cámara del Hubble y que ponen al grupo en unos juveniles 9.000 millones de años de edad, simplemente no son correctas.

«Este no es un grupo joven. Esto es definitivo», dijo Richer. Sin embargo, advirtió que tanto el análisis como las observaciones de 47 Tucanae están en curso, por lo que la determinación de la edad exacta todavía es «muy preliminar».

La nueva determinación de la edad coloca al bulbo en aproximadamente la misma época que el halo de la Vía Láctea, una vasta región esférica que se extiende a las afueras de la galaxia y envuelve el disco plano que contiene los brazos de la Vía Láctea en forma de espiral.

Los investigadores habían determinado previamente la edad del halo mediante el estudio de varios cúmulos globulares que se encuentran dentro de él. La similitud de las edades de 47 Tucanae y el halo galáctico sugiere que las dos estructuras se pueden haber formado al mismo tiempo, en un gigantesco colapso monolítico gravitacional de material, dijo Richer. «Puede haber ocurrido que muchos de los principales componentes de la galaxia se formaron al mismo tiempo, muy temprano, y otras partes llegaron más tarde», señaló.

Una menor edad para el bulbo habría indicado que la galaxia se formó más gradualmente, de afuera hacia adentro, con el halo formándose primero y el bulbo central surgiendo unos cuantos miles de millones de años después.

Pero si la estimación de edad se mantiene, parece quedar en conflicto con la receta de la formación de galaxias que dicta la teoría de la materia oscura fría, que sostiene que las galaxias comenzaron de pequeños tamaños y que se autoconstruyeron robando gas y estrellas de su vecindad.

La evidencia de que el halo y la protuberancia de la Vía Láctea se formaron juntos podría ser vista ya sea como una coincidencia cósmica o un hallazgo que sugiere algún episodio desconocido de violencia en la historia temprana de la galaxia, comentó Rosie Wyse, de la Johns Hopkins University en Baltimore, quien no colaboró en el estudio.

Una posibilidad, señaló, es que la Vía Láctea sufrió una gran colisión no mucho tiempo después de su nacimiento, que se llevó material del halo a la parte central de la galaxia, formando el bulbo. Esto podría también explicar por qué la masa de las estrellas en el bulbo es aproximadamente 10 veces mayor que en el halo, dijo.

El hallazgo no descarta la posibilidad de que partes de la Vía Láctea hayan crecido por acreción, o acumulación gravitacional de material de sus vecinas, dijo Richer. De hecho, la Vía Láctea hoy sigue creciendo por la atracción de las pequeñas galaxias vecinas, como la galaxia enana de Sagitario.

Fuente: Science News. Aportado por Eduardo J. Carletti

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