Muy por debajo de la superficie de la capa de hielo de la Antártida oriental existe una acumulación de agua que abarca 257 por 48 kilómetros, a la que se conoce como el lago Vostok
Justo encima de él está estación de investigación Vostok, de la que tomó su nombre el lago, construida en 1957 por la Unión Soviética y ahora mantenida operativa por Rusia. Incluso para los estándares de la Antártida, resulta un lugar brutal, con el dudoso honor de poseer el récord de temperatura más baja medida en cualquier parte del planeta, unos estremecedores -89 grados Celsius.
Durante los últimos 23 años, con una pausa entre 1998 y 2004, se ha ido perforando un agujero que penetra en las antiguas capas de hielo. Los indicios de que podría haber una vasta masa de agua en el subsuelo surgieron en los años 50 y 60. Un radar de penetración terrestre confirmó luego estas suposiciones, y el Lago Vostok, con 5.419 km. cúbicos de agua, se develó a unos dos kilómetros y medio por debajo de la superfice de hielo.
Pronto quedó claro que se trata de un entorno sellado, separado de la superficie del planeta, y aunque el agua en el lago haya podido ir cambiando lentamente por la dinámica del hielo profundo de la Antártida, el proceso bien podría haber llevado más de 10.000 años. También es posible que el sellado hidrostático haya mantenido el lago absolutamente aislado durante millones de años.
Sin luz, pero probablemente repleto y sobresaturado de oxígeno y otros gases, se ha especulado durante mucho tiempo que el lago Vostok ha de ser un hábitat potencial para ecosistemas únicos de microbios extremófilos, y quién sabe qué más. A pesar de los evidentes riesgos de contaminar lo que puede ser un ambiente prístino y con una ecología frágil, los científicos rusos, después de ocho años, quieren reanudar la perforación en la parte superior del lago. El agua a presión que sube desde el lago por el pozo se congela y forma un tapón.
Cuando los científicos vuelvan este otoño, tendrán que romper el tapón y verificar si hay signos de vida.
Es muy excitante, y al mismo tiempo preocupante, pensar que vamos a meter pie en otro ecosistema irreemplazable. Sin embargo, si tenemos suerte, lo que podemos aprender del mundo perdido del lago Vostok podría dar impulso científico al interés por llegar a los increíbles océanos que existen bajo la superficie de otros planetas de nuestro Sistema Solar, como los de la luna Europa de Júpiter, Ganímedes, y los misteriosos géiseres de Encélado, luna de Saturno.
Es posible que lo que está sucediendo hoy en la estación de Vostok sea el comienzo de nuestro próximo capítulo en la búsqueda de vida en el universo.
Dudas y planteos
El jefe de la Dirección de trabajos polares y marítimos del Servicio ruso de hidrometeorología y monitoreo medioambiental Roshidromet,Valeri Martyschenko, comunicó sobre la marcha de las labores en el lago Vostok que la profundidad, en la que tal como se suponía se encontraba la superficie del agua, fue fijada en 3.760 metros. Para finales de 1998 quedaban hasta esa superficie unos cien metros por perforar. Pero de golpe la comunidad científica mundial exigió garantías de que la penetración en el lago no lo contaminará. En Rusia el problema fue abordado seriamente, se elaboraron métodos especiales y se instrumentaron medios técnicos únicos. Esto fue informado en la conferencia de representantes de los países signatarios del Tratado Antártico. Y únicamente tras su aprobación general la perforación continuó. Cabe remarcar que se utilizan tecnologías que ningún otro país posee al día de hoy. Se trata de equipos y métodos equiparables a los que se utilizan en los trabajos en el espacio cósmico.
Fuente: Scientific American. Aportado por Eduardo J. Carletti
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