Desde el pasado día 10 de febrero, el Solar Dynamics Observatory viene detectando el increíble crecimiento de un monstruoso filamento solar. En estos momentos la oscura línea que cruza la superficie del sol mide casi un 1 millón de kilómetros
Su tamaño es como si alineáramos más de 67 planetas Tierra. La imagen que genera es, como mínimo, espectacular si no inquietante. No sabemos hasta cuando durará el evento solar ya que podría volver a caer sobre el astro rey en cuestión de minutos, horas o días. O bien podría explotar hacia fuera, en vez de caer sobre la corona, formando «pequeñas» nubes de material. Cada vez sabemos más de nuestra estrella pero todavía son muchísimos los misterios que nos quedan por develar.
¿Qué es un filamento solar?
El filamento solar no es otra cosa que un monstruoso hilo de material más frío y denso que flota sobre la capa superficial, o corona, del Sol. Están constituidos esencialmente por gas y se forman debido a la actividad magnética tan frenética que se produce en el Sol. En un momento dado se genera un bucle magnético que eleva parte del material, el cual se enfría y se vuelve más denso. Por esto mismo, al capturar las imágenes en diversas longitudes de onda el filamento se ve recortado en oscuro contra la corona, mucho más caliente. Los filamentos que vemos de lateral, por su posición con respecto a nosotros, se aprecian como un tirabuzón brillante y se les denomina protuberancias.
Cuando el campo magnético se vuelve inestable, el filamento comienza a caer sobre la corona, de nuevo, en un proceso que puede durar un tiempo muy variable. Otra cosa que puede ocurrir es que el filamento solar termine «explotando» y emitiendo su masa forma de protones y electrones, así como algún átomo más pesado, hacia el espacio. Este proceso, denominado Eyección de Masa Coronal (en inglés: Coronal Mass Ejection, CME) es el causante de lo que llamamos tormenta solar, que puede alcanzarnos provocando diversos tipos de efectos, algunos potencialmente peligrosos para nuestros sistemas de comunicación. Por suerte, esta actividad sólo ocurre cada cierto tiempo (unos 11 años), aunque todavía hay mucho que descubrir sobre la dinámica solar.
No es el primero, ni el último
Efectivamente, este enorme filamento solar no es el único que hemos podido observar. De hecho, tampoco es el más grande, aunque tampoco tenemos claro cuál ha podido ser. Eso sí, en otras ocasiones se han podido apreciar filamentos solares de casi un millón de kilómetros. En 1859 ocurrió un evento solar que llegó a interrumpir, incluso, el servicio de telégrafos y pudo verse una aurora boreal en lugares tan dispares como Hawai o Roma. Si nos venimos a un tiempo más moderno, en 2003 otro evento solar saturó los instrumentos da varios satélites durante 11 minutos, aunque prácticamente no lo notamos. El pasado 20 de octubre, la NASA detectó una llamarada de de clase X1.1, bastante violenta, que no tuvo más consecuencias que la ligera alarma entre la comunidad científica y algunas espectaculares imágenes.
Con esto queremos decir que este filamento solar no tiene mayor importancia. No es la primera vez que vemos un evento solar impresionante pero prácticamente inofensivo, así que no hay motivo para preocuparse. Efectivamente, los eventos solares, las tormentas de radiación y demás sucesos pueden afectarnos directamente y con cierta gravedad. Pero hasta ahora, aparte de algunos momentos críticos y daños en nuestros sistemas de comunicaciones, todavía no nos hemos enfrentado a un evento que nos haya puesto en serio aprieto, todavía. Para ello tenemos a miles de investigadores tratando de desvelar los misterios del sol y poner soluciones a los posibles problemas que pudiera ocasionarnos nuestro astro rey en su intensa y magnífica actividad.
Fuente: Santiago Campillo – Hipertextual y NASA. Aportado por Eduardo J. Carletti
La imagen del Observatorio de Dinámica Solar de la NASA
La oscura línea serpenteante oscura en la mitad inferior del Sol en esta imagen del Observatorio de Dinámica Solar de la NASA (SDO) del 10 de febrero de 2015 muestra un filamento de material solar flotando por encima de la superficie del Sol.
SDO muestra el material más frío como un material oscuro y el más caliente como luminoso, por lo que la línea es, de hecho, una enorme muestra de material más frío flotando en la atmósfera del Sol, la corona. Estirada, esa línea —o filamento solar como la llaman los científicos— tendría más de 857.000 kilómetros de largo. Teniendo nuestro planeta unos 12.700 km de diámero, esto es más de 67 Tierras alineadas en una fila.
Los filamentos pueden flotar tranquilamente durante días antes de desaparecer. A veces también entran en erupción en el espacio, liberando material solar en un torrente que llueve ya sea hacia abajo, o se escapa hacia el espacio, convirtiéndose en una nube en movimiento conocida como eyección de masa coronal o CME.
SDO capturó en el Sol imágenes del filamento en numerosas longitudes de onda, cada una de ellas ayuda a resaltar el material de diferentes temperaturas. Al observar estas características en diferentes longitudes de onda y temperaturas, los científicos a aprender más sobre las causas de estas estructuras, así como lo que cataliza sus erupciones ocasionales.
Lanzado el 11 de febrero 2010 a bordo de un cohete Atlas V ULA de la estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral, Florida., el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA está diseñado para estudiar las causas de la variabilidad solar y su impacto en la Tierra. Las mediciones a largo plazo de la nave espacial dan a los científicos solares información en profundidad que ayuda a caracterizar el interior del Sol, su campo magnético, el plasma caliente de la corona solar y la densidad de radiación que crea la ionosfera de los planetas. La información se utiliza para crear mejores predicciones del clima espacial, necesarias para proteger a las aeronaves, satélites y los astronautas que viven y trabajan en el espacio.
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