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Se revela identidad de una enigmática estrella

Cassiopeia A, resto de supernova entre las más recientes en nuestra galaxia que ha desconcertado a los astrónomos desde hace mucho tiempo, es probable que sea un tipo de estrella densa que se conoce como estrella de neutrones con atmósfera de carbono, según se ha hallado en un nuevo estudio

Se cree que Cassiopeia A, un resto de la explosión de una estrella que en un tiempo fue muy brillante, tiene apenas 330 años, en base en las observaciones de las constelaciones en las que está ubicada que hizo el primer Astrónomo Real Británico, John Flamsteed, en 1680.

Una imagen del Observatorio Chandra de rayos X de los restos de supernova Cassiopeia A, con el dibujo de la estrella de neutrones en el centro de ellos. El descubrimiento de una atmósfera de carbono en esta estrella de neutrones resuelve un misterio de diez años en torno a este objeto. Crédito: NASA / CXC / Southampton / W.Ho; NASA / CXC / M.Weiss

Los astrónomos recién obtuvieron en 1999 su primer vistazo real de cerca del núcleo del remanente, que está a 11 000 años luz de distancia, cuando el observatorio espacial handra de Rayos-X tomó imagen de la estrella colapsada.

“Antes de esto se pensaba que era probable que hubiese una estrella de neutrones o un agujero negro en el centro de este objeto, pero no era seguro: nadie lo había visto”, dijo Craig Heinke de la Universidad de Alberta en Canadá, coautor del nuevo estudio. Con Chandra “realmente fuimos capaces de captar algo en el centro”.

Pero aun tenindo esta nueva visión, más cercana, del objeto, los astrónomos siguen desconcertados: “Las propiedades de este objeto eran un tanto extrañas”, dijo Heinke.

Propiedades desconcertantes

En particular, el espectro de la estrella —la cantidad de energía que irradia en cada longitud de onda lumínica— implica que el radio de la estrella es demasiado pequeño para ser una estrella de neutrones (sólo tiene 0,2 km de radio, en lugar de los 20 km convalidados), o que la emisión de alta energía que observamos en ella llega desde puntos calientes en la superficie, en lugar de desde toda la superficie. Pero la radiación desde un punto caliente debería tener el aspecto de un pulso, ya que la estrella rota, pero no se observaron pulsos en la radiación de este estrella. La estrella también tiene un campo magnético débil, lo que hace improbable que se presente un comportamiento pulsante.

Como una estrella pulsante con superficie de puntos calientes parecía fuera de la ecuación, Heinke y su colega Wynn Ho, de la Universidad de Southampton en el Reino Unido, procuraron encontrar una forma de atacar el problema del tamaño.

Para esto, añadieron atmósfera al modelo de la estrella. Primero probaron una atmósfera de hidrógeno, porque se pensaba que en el campo gravitatorio extremo de una estrella de neutrones, la estrella se estratificaría rápidamente en capas, con los elementos más pesados relegados en el interior y los más ligeros en la capa más externa. El hidrógeno, por supuesto, es el elemento más liviano.

La atmósfera de hidrógeno llevaba el tamaño de la estrella a un radio de 4 km, una situación mejor, pero seguía siendo demasiado grande. El intento con una atmósfera de helio «ayudó, pero no mucho», dijo Heinke.

El siguiente de la lista era el carbono y, con seguridad, éste dio el radio en los modelos «del estadio correcto para estrellas de neutrones”, dijo Heinke.

Pero esto les deja otro interrogante a los investigadores: ¿Cómo terminó esta estrella con una atmósfera hecha por completo de carbono?

Atmósfera de carbono

Aquí es donde juega la poca edad de la estrella.

«Esta es la estrella de neutrones más reciente que hemos observado jamás», dijo Heinke. «El hecho de que sea tan joven siginifica que ha sido muy, muy caliente, la más reciente de las estrellas de neutrones”.

En este caso «caliente» significa temperaturas por encima de los 1.000 millones de grados Kelvin (2.000 millones de grados Fahrenheit). Ho y Heinke piensan que la estrella «realmente pudo producir fusión nuclear en su superficie y quemar el hidrógeno y el helio para crear carbono», explicó Heinke. (El hidrógeno y el helio proceden de una continua lluvia cayendo sobre la superficie de la estrella, procedente de los restos de la supernova).

Al envejecer la estrella, se enfriará sustancialmente, y por fin dejará de quemar hidrógeno y helio para formar carbono y desarrollará una atmósfera de hidrógeno, dijo Heinke.

Él y Ho planean probar este modelo en otras estrellas jóvenes de neutrones conocidas para ver cuan bien se sostiene [el modelo]. Sus descubrimiento se detallan en el ejemplar del 5 de noviembre de la revista Nature.

Fuente: Space. Aportado por Eduardo J. Carletti

Monstruosas supernovas podrían ser la explicación de una misteriosa neblina en el centro de la galaxia

¿Qué produce una misteriosa “neblina” de radiación en el centro de la Vía Láctea? Podría ser una gran cantidad de monstruosas supernovas que lanzan radiación, que resulta amplificada por los vientos estelares magnéticos y la turbulencia que existe cerca del núcleo galáctico

En 2003, la Wilkinson Microwave Anisotropy Probe (Sonda Wilkinson de Anisotropía de Microondas) halló un sector de radiación de microondas particularmente energético en el centro de nuestra galaxia, al que se ha llamado la “bruma WMAP”. Se ha propuesto que podría ser causado por colisiones de un nuevo tipo de partícula de materia oscura.

En cambio, la señal podría ser generada por rayos cósmicos amplificados que se generan al estallar estrellas particularmente grandes, dice Peter Biermann, del Instituto Max Planck de Radioastronomía en Bonn, Alemania, y sus colegas.

En comparación con el resto de la galaxia, el centro de nuestra galaxia posee una gran cantidad de estrellas masivas. Estas estrellas están rodeadas de particularmente fuertes vientos magnéticos estelares. En las regiones polares de la estrella, el campo magnético del viento resulta paralelo a la dirección de los rayos cósmicos que escapan de la supernova. Esta configuración —además de la turbulencia particularmente alta que hay en el centro galáctico, a causa de la alta concentración de estrellas— puede estar amplificando la energía de los rayos cósmicos, dice el equipo.

Han presentado el artículo a la revista The Astrophysical Journal.

Dan Hooper, de la Universidad de Chicago, señala que si bien es prudente considerar otros escenarios en los que la materia oscura sea la causa, se sabe muy poco sobre la región del interior de nuestra galaxia y sus campos magnéticos.

Fuente: New Scientist. Aportado por Eduardo J. Carletti

Una nueva técnica láser ayudaría a encontrar el rastro de una supernova en nuestro planeta

Si se hallase en la Tierra un único átomo de un determinado isótopo de hafnio, se podría demostrar que ha estallado una supernova cerca de nuestro Sistema Solar. El problema es cómo encontrar ese átomo entre miles de millones de otros

Investigadores de la Universidad de Gotemburgo han desarrollado una técnica láser que, en combinación con las técnicas conocidas hasta ahora, sería capaz de realizar el trabajo.

El hafnio es un elemento metálico común que se usa en los reactores nucleares. Sin embargo, uno de sus isótopos es difícil de hallar, dado que sólo se crea en el estallido de una supernova. Esto significa que si descubriésemos este isótopo en la Tierra —al que se conoce como 182Hf— demostraríamos que alguna vez ha estallado una supernova en las proximidades de nuestro Sistema Solar. Por esta razón, físicos de todo el mundo trabajan duro para encontrar este isótopo.

Uno entre miles de millones

Desafortunadamente, este isótopo es difícil de distinguir del resto de los átomos. Sólo uno entre muchos miles de millones de átomos de hafnio sería del tipo buscado. El investigador Pontus Andersson, del Departamento de Física de la Universidad de Gotemburgo, y sus colegas de Estados Unidos, Alemania y Austria, han desarrollado una técnica láser que se puede usar para descartar los átomos irrelevantes, y por lo tanto, aislar ese único 182Hf.

Técnica láser

En términos técnicos, el nuevo método se basa en los iones negativos, átomos o moléculas que poseen un electrón extra. Utilizando un láser para separar el electrón extra, y registrando al mismo tiempo el nivel de energía que se necesitó para hacerlo, se puede conocer la fuerza de enlace entre el electrón extra y el resto del átomo o molécula, algo que varía en distintas sustancias.

Posible detección

Eligiendo una determinada longitud de onda para la luz láser, es posible separar el electrón extra de algunos elementos, mientras que los iones de otros elementos permanecen intactos. En consecuencia, si existe 182Hf en la Tierra, Andersson y sus colegas podrían encontrarlo simplemente usando luz láser para eliminar una cantidad suficiente de los átomos más comunes que interfieren, y así permitir la detección del 182Hf por los métodos convencionales.

Colaboración internacional

La nueva técnica es producto de avanzados experimentos de física atómica que se llevan a cabo conjuntamente entre la Universidad de Estocolomo, el Instituto VERA de Viena en Austria y el Laboratorio Nacional Oak Ridge en los Estados Unidos. «Nuestro objetivo es desarrollar un método que resulte útil cuando buscamos isótopos muy inusuales. En muchos casos, los métodos usuales son obstaculizados por otros átomos, que interfieren. La técnica aún está en sus inicios, pero hemos demostrado que nuestro láser puede eliminar un 99,99 % de los iones que interfieren en un rayo sin destruir los iones que estamos buscando’, dice Andersson.

Fuente: Universidad de Gothenburg. Aportado por Eduardo J. Carletti

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