Un explorador de la NASA ve una historia ambiental variable en el cráter marciano

El explorador reveló los efectos del viento y del agua, mostrando que el agua vino y se fue repetidamente hace miles de millones de años

El explorador de Marte, Opportunity, examinó el borde y el interior del cráter Victoria en el Planeta Rojo desde septiembre de 2006 hasta agosto de 2008. Las conclusiones claves de ese trabajo, informadas en la edición del 22 de mayo de la revista Science, refuerzan y amplían lo que los investigadores aprendieron de la exploración de la Opportunity de dos cráteres más pequeños después de aterrizar en Marte en 2004.

Imagen completa. Uno de los dos exploradores de la NASA en Marte
ha registrado una atractiva secuencia de los cambios ambientales que
ocurrieron durante miles de millones de años en un cráter marciano.

El explorador reveló los efectos del viento y del agua. Los datos muestran que el agua vino y se fue repetidamente hace miles de millones de años. El viento persistió mucho más tiempo, apilando arena en dunas entre los antiguos episodios de agua. Estas actividades todavía hoy dan forma al paisaje. En Victoria, los empinados acantilados y las cavidades más suaves se alternan alrededor del borde de una cuenca de aproximadamente 0,8 kilómetros de diámetro. El borde accidentado y otras características indican que el cráter fue alguna vez más pequeño que hoy, pero la erosión del viento lo ha ensanchado gradualmente.

«Lo que nos llevó al cráter Victoria es la gruesa sección transversal de capas de roca que se exponen allí», dijo Steve Squyres de la Universidad Cornell en Itaca, New York. Squyres es el investigador principal para las cargas de ciencia sobre el Opportunity y su explorador gemelo, Spirit. «El impacto que excavó el cráter hace millones de años proporcionó una oportunidad de oro, y la durabilidad del explorador nos permitió aprovecharla».

Al tomar imágenes del borde y del interior del cráter, Opportunity inspeccionó las capas en los acantilados alrededor del cráter, incluso las pilas en capas de más de 10 metros de espesor. Los diferentes patrones indican que las rocas se formaron de dunas en movimiento, que más tarde se endurecieron en areniscas, de acuerdo con Squyres y 33 coautores de las conclusiones.

Los instrumentos en el brazo del explorador estudiaron la composición y la textura detallada de las rocas justo fuera del cráter y de las capas expuestas en una cavidad llamada «Bahía Pato». Las rocas encontradas junto al cráter incluyen trozos de un meteorito, que puede haber sido parte de la roca espacial que hizo el cráter.

Otras rocas sobre el borde del cráter aparentemente fueron excavadas desde la profundidad cuando el objeto cayó. Estas rocas contienen un tipo de pequeñas esferas ricas en hierro, o esférulas, que el equipo del explorador apodó «arándanos» cuando el Opportunity las vio por primera vez en 2004. Las esférulas se formaron por la interacción con el agua que penetró en las rocas. Las esférulas en rocas ubicadas más al fondo del cráter son más grandes que las de las capas superiores, cosa que sugiere que la acción del agua subterránea fue más intensa a mayor profundidad.

Dentro de la Bahía Pato, el explorador descubrió que, en algunos aspectos, las capas más bajas eran diferentes que las superiores. Las capas más bajas mostraron menos azufre y hierro, pero más aluminio y silicio. Esta composición coincide con los patrones que el Opportunity encontró tiempo antes en el cráter ndurance, más pequeño, a unos 6 kilómetros de distancia de Victoria, indicando que los procesos que variaron las condiciones ambientales registradas en las rocas eran regionales, no sólo locales.

Las primeras observaciones del Opportunity mostraron la interacción de roca volcánica con agua ácida para producir sales de sulfato. La arena seca rica en estas sales formó dunas. Bajo la influencia del agua, las dunas se endurecieron en areniscas. Una posterior alteración por el agua produjo las esférulas ricas en hierro, cambios minerales y poros angulosos que quedaron cuando los cristales se disolvieron.

Una roca desde el espacio formó un agujero de unos 600 metros de ancho y 125 metros de profundidad. La erosión de viento desgastó los bordes del agujero y parcialmente volvió a rellenarlo, incrementando el diámetro un 25% y reduciendo la profundidad un 40%.

Desde que abandonó el cráter Victoria hace aproximadamente ocho meses, el Opportunity se ha puesto en camino para estudiar un cráter llamado Endeavour, que es unas 20 veces más grande que el Victoria. El explorador ha avanzado aproximadamente un quinto de lo que podrían los 16 kilómetros a este nuevo destino.

Los exploradores gemelos, Spirit y Opportunity, continúan produciendo resultados científicos mientras operan más allá de su vida de diseño. La misión, diseñada para durar 90 días, celebró su quinto aniversario en enero. Ambos exploradores muestran señales de envejecimiento pero todavía son capaces de llevar a cabo la exploración y el descubrimiento científico.

Fuente: NASA. Aportado por Graciela Lorenzo Tillard

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