Científicos descubrieron que muchas hormigas que habitan Madagascar practican una inusitada actividad, que lleva la creación de la ganadería a cientos de millones de años atrás en la evolución: crian diferentes tipos de insectos para, posteriormente, comérselos
¿Suena familiar? Se pensaba que los humanos seríamos la única especie del planeta en realizar este tipo de práctica conocida comúnmente como ganadería.
Muchos tipos de hormigas comunes se organizan de tal forma que algunos de los elementos del grupo son considerados como jardineros, ya que reúnen fragmentos de hojas en las que cultivan trozos de un hongo muy apetitoso. Otras son consideradas como lecheras, ya que «ordeñan» una dulce secreción conocida como melaza de algunas especies como pulgones, cochinillas, y otros insectos.
Sin embargo, esta clase es especial. La Melissotarsus insularis cría rebaños de insectos para convertirlos en «carne», es decir comida sólida, y no leche como las demás especies. Pero eso no es todo, los insectos que estas hormigas cultivan pueden ser el mejor ejemplo de una domesticación verdadera, fuera de lo que son nuestras plantas de cultivo.
La Melissotarsus mide 3 milímetros y la mayor parte de su vida se la pasa dentro de un complejo sistema de galerías subterráneas que excavan bajo la corteza de los árboles. Esta especie es tan excavadora que su segundo par de patas apunta siempre hacia arriba y no hacia abajo, a diferencia de las demás, de tal forma que pueden tocar tanto el techo como el piso del túnel que excavan.
«Comparten sus galerías con muchas especies de insectos armados como la cochinillas, que secretan también la sustancia similiar a melaza que los cubre y protege», indicó el entomólogo de la Universidad de Massachussetts en Amherst, Scott Schneider.
Al parecer, la sustancia que secretan estas especies de insectos como las cochinillas no es buena para esta especie de hormiga, que carece del tipo de intestino adecuado que le permita aprovechar la melaza que necesitaría para vivir. Por ello, se ve obligada a criar insectos como toda una ganadera.
La pregunta es, entonces, ¿por qué las hormigas les ofrecerían vivienda y se tomarían el trabajo de proteger a estos pequeños insectos? Casi la única posibilidad que queda es que las hormigas se alimenten a veces de esos insectos, informó Schneider en una reciente reunión de la Sociedad para el Estudio de la Evolución en Norman, Oklahoma. Todavía nadie ha podido ver a una Melissotarsus en medio de un «almuerzo» carnívoro, en parte porque las hormigas, en parte debido a que las hormigas cuidan su privacidad y rápidamente sellan cualquier mirilla en sus galerías. El año que viene, sin embargo, Schneider medirá los isótopos estables en los cuerpos de las hormigas, lo cual le indicará si su dieta es principalmente de origen vegetal o animal.
Si las hormigas realmente comen estos insectos, es posible que hayan seleccionado el ganado para que carezca de la capa dura, no comestible, lo que los hace fáciles de comer. Es similar a lo que los humanos han hecho al mejorar sus cultivos —el maíz, por ejemplo, es mucho menos duro que su antecesor, el teocintle— las hormigas pueden haber creado el caso más claro de domesticación que se haya observado en animales no humanos, dice Schneider.
Fuente: New Scientist. Aportado por Eduardo J. Carletti
Más información:
- Las hormigas clónicas del Amazonas que se reproducen sin sexo
- Las hormigas trazan mapa mental por los olores
- La hormiga «marciana» del Amazonas
- El elemento que delata a las hormigas desobedientes
- La mariposa «engañadora» de hormigas
- Origen de la cooperación en las hormigas marabunta: habilidad de capturar grandes presas