Una supernova observada en 2005 puede ser un nuevo tipo de explosión cósmica. Es más, explosiones similares pueden haber dispersado antimateria por nuestra galaxia.
SN 2005E explotó en una galaxia a 100 millones de años luz de distancia. Un equipo dirigido por Hagai Perets del Instituto de Ciencia Weizmann en Rehovot, Israel, ha llegado a la conclusión de que no se parece a ninguno de los tipos conocidos de supernovas. La forma que se observa con más frecuencia es una supernova en la que colapsa el núcleo, algo que sucede después de una masiva estrella joven ha formado un gran núcleo de hierro que se derrumba bajo su propia gravedad. La liberación de radiación «sopla» las capas externas de la estrella hacia afuera.
Estos estallidos casi siempre se producen en las regiones donde se están formando estrellas masivas. En cambio, SN 2005E se produjo en la oscuridad de las afueras de su galaxia, donde se forman pocas estrellas nuevas. Además, los colapsos del núcleo de las ssupernovas escupen muchos más desechos que lo que despidió SN 2005E.
Hasta la fecha, el único mecanismo conocido de supernova es el llamado supernova tipo Ia, en el que una pequeña y densa estrella enana blanca roba gas de hidrógeno de una gran estrella compañera.
El gas se acumula gradualmente comprimiendo la enana blanca hasta que ésta llega a un punto crítico en el que el carbono comienza a encender una reacción explosiva termonuclear. SN 2005E no se parece a una de estas explosiones; se apagó mucho más rápido de lo que lo hace normalmente un tipo Ia, y el espectro de su luz revela cantidades inusualmente altas de calcio en las cenizas de la explosión .
Entonces, ¿qué pasó? Perets dice que el calcio y otros productos químicos podrían haberse producido por una explosión alimentada por el helio.
Una posibilidad es que SN 2005E, una enana blanca, haya comenzado a robar helio de una estrella vecina rica en helio, y que el gas se acumuló en una capa espesa antes de la explosión.
El astrónomo Craig Wheeler de la Universidad de Texas en Austin dice que la hipótesis de Perets es plausible, pero no está convencido de que represente un nuevo tipo de explosión estelar.
Si es correcta, sin embargo, el descubrimiento podría explicar dos anomalías astronómicas. En la protuberancia de la parte central de nuestra galaxia, los astrónomos ven evidencias de una sorprendente cantidad de positrones, la forma de antimateria de los electrones.
Las supernovas alimentadas por helio podrían suministrar la mayor parte de esta antimateria, ya que una supernova así debe producir grandes cantidades de isótopos radiactivos de titanio-44, que emite positrones.
Además, el titanio-44 se desintegra para llegar a calcio-44, un isótopo que representa aproximadamente el 2 por ciento del calcio en nuestro Sistema Solar, y su origen ha sido difpicil de determinar. Tal vez una explosión similar a SN 2005E le aportó a nuestro Sistema Solar su calcio-44.
Fuente: New Scientis. Aportado por Eduardo J. Carletti
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