Un equipo de astrónomos ha medido los movimientos de las estrellas en una lejana galaxia por primera vez, descubriendo que están moviéndose a velocidades impresionantemente altas, a más de un millón y medio de kilómetros por hora, o el doble de la velocidad a la que el Sol gira entorno al centro de nuestra galaxia
El equipo concretó un tiempo sin precedentes, de 29 horas de observación de esta galaxia, con uno de los más grandes telescopios en la Tierra, el Telescopio Géminis Sur en Chile, para recoger luz suficiente para determinar qué tan rápido se mueven esas estrellas.
Debido a que las velocidades de las estrellas están directamente relacionados con la masa alrededor de la cual están en órbita, normalmente las velocidades ultrarrápidas indicarían que la galaxia es muy grande. Pero observaciones adicionales con el Telescopio Espacial Hubble muestran que la galaxia es, en realidad, mucho menor de lo esperado, con un diámetro de unos 5.000 años luz.
«Este resultado es sorprendente, ya que la galaxia es muy pequeña», dijo Pieter van Dokkum, profesor de astronomía y física en la Universidad de Yale y autor principal del artículo, que aparece en la edición del 6 de agosto de Nature. Agregó que encontraron estrellas con velocidades comparables en galaxias del universo cercano, más actuales, pero que esas galaxias son, típicamente, de decenas de miles de años luz de diámetro. ”Aquí tenemos una galaxia muy pequeña en el universo joven, cuyas estrellas se comportan como si estuvieran en una galaxia gigante».
Debido a que la galaxia está a 11.000 millones de años luz, la luz que emite tardó 11.000 millones de años en llegar hasta nosotros en la Tierra. Eso significa que podemos ver a esta galaxia tal como era cuando el universo tenía sólo tres mil millones de años, en comparación con su edad actual de 14.000 millones de años.
Uno de los grandes enigmas es cómo esas galaxias extremas se forman tan rápidamente, y por qué no se ve ninguna en el universo cercano de hoy. «Es posible que estas sean las semillas que crecieron y se desarrollaron en las galaxias más masivas que vemos más cerca de casa», dijo van Dokkum.
El equipo espera mirar aún más hacia atrás, más lejos en el espacio y el tiempo, para ver estos tipos de galaxias a medida que se fueron formando. «Los antepasados de estas galaxias extremas deberían tener propiedades muy espectaculares, ya que deben haber formado una gran cantidad de estrellas en un tiempo relativamente corto de tiempo», dijo van Dokkum.
Los otros autores del artículo son Mariska Kriek (Princeton University) y Marijn Franx (Observatorio de Leiden).
Fuente: Yale University. Aportado por Eduardo J. Carletti
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