¿Qué hace que una imagen sea viral? El primer estudio sobre la viralidad de las imágenes en Google+ revela algunas pistas curiosas
La ciencia de las redes ha cambiado cómo se piensa en la difusión de información, las enfermedades, e incluso las modas. Quizá la revelación más importante que nos ha dado es que la conectividad de la red importa cuando llega la hora de la difusión viral de casi cualquier cosa.
Por ejemplo, el tamaño final de un incendio forestal viene determinado por la conectividad de los árboles —lo cerca que están unos de otros— pero no tiene casi nada que ver con el tamaño de la chispa que inició el fuego.
La misma idea explica por qué algunos mensajes de Internet se convierten en algo viral, mientras que otros que podrían parecer igual de interesantes, graciosos o indignantes nunca llegan a nada. Está todo relacionado con el estado y la conectividad de la red en el momento en el que se lanza el mensaje.
Y sin embargo, sí hay características importantes del contenido del mensaje que hacen que la gente quiera pasarlo. En los últimos años, varios equipos de investigación han estudiado el contenido de los mensajes virales para ver qué clase de «salsa mágica» tienen en común.
Un estudio analizó artículos publicados en el New York Times y las emociones que suscitaban en los comentarios. Halló una relación clara entre la fuerza del sentimiento y la viralidad del artículo.
Sorprendentemente, no se ha hecho casi ningún trabajo sobre la viralidad de las imágenes, a pesar del importantísimo papel que desempeñan en Internet. Eso ha cambiado gracias al trabajo de Marco Guerini en Trento RISE (Italia) y un par de amigos suyos.
Estos investigadores han estudiado las características de las imágenes que se difunden de forma viral en Google+. Y han descubierto una serie de características comunes a ellas y por qué resultan atractivas a la gente en distintas formas.
Guerini y compañía empezaron por recolectar casi 300.000 entradas públicas de los 1.000 usuarios más seguidos en Google+ entre junio de 2011 y junio de 2012. De éstos, unos 175.000 contenían imágenes estáticas, 13.000 contenían imágenes animadas, y unas 100.000 eran entradas sólo de texto.
El equipo estudió tres índices de viralidad, observando cómo se compartían cada una de estas entradas, se daba al botón de +1 (el equivalente al «me gusta») y se respondía a ellas.
Y dividieron las imágenes en varias categorías para ver cómo le iba a cada una. Por ejemplo, compararon la viralidad de imágenes versus entradas solo de texto, descubriendo que las entradas con una imagen tienen mucha más probabilidad de compartirse, algo que cabría esperar.
Pero también descubrieron efectos intrigantes. Las entradas con menos de 75 +1 tienen una mayor probabilidad de contener imágenes, mientras que las entradas con más de 75 +1 tienen una mayor probabilidad de ser solo texto. Guerini y compañía creen saber por qué. «Aunque es más fácil impresionar con imágenes en el flujo de información… el contenido textual de alta calidad impresiona más», afirman.
Otra comparación que hacen es entre imágenes estáticas y animadas. Las últimas tienen una probabilidad mucho mayor de ser compartidas mientras que las estáticas tienen una mayor probabilidad de recibir comentarios o un +1. Guerini y compañía afirman que el índice mayor de imágenes animadas compartidas se explica debido a que las imágenes animadas suelen estar diseñadas para transmitir «un pequeño clip ‘memético'».
Curiosamente, las imágenes verticales tienden a ser más virales que las horizontales. Los investigadores lo achacan al hecho de que es más probable que las imágenes verticales contengan el retrato de un famoso que las horizontales. (La mayoría de los usuarios más seguidos en Google+ son famosos de una clase u otra).
También compararon imágenes en blanco y negro con imágenes en color, imágenes brillantes con imágenes menos brillantes, y así sucesivamente.
Por último analizaron la correlación entre índices de viralidad. Afirman que los índices de +1 y respuesta están muy correlacionados, mientras que el índice de compartir parece ser independiente. «Nuestra hipótesis es que los +1 y las respuestas se pueden considerar una forma de respaldo, mientras que los compartidos son una forma de representación de uno mismo», explican.
En otras palabras, la mayoría de los usuarios consideran el acto de compartir una forma de expresión que dice algo sobre ellos mismos, mientras que responder y darle al +1 juegan un papel diferente.
Es un primer paso interesante para explorar la viralidad de las imágenes. Y está claro que queda trabajo por delante. Guerini y sus compañeros afirman que quieren analizar factores como la composición de una foto y su contenido, usando reconocimiento automático de escenas/objetos.
Que este tipo de trabajo sirva para ayudar a los famosos (o a cualquier otra persona) a hacer que sus entradas sean más virales está por ver. Pero lo que sí está claro es que no impedirá que sigan intentándolo.
Fuente: Technology Review. Aportado por Eduardo J. Carletti
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