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La NASA selecciona diseños avanzados de tecnología espacial para su análisis futuro

La NASA ha seleccionado 15 propuestas para estudiar en la fase I de Conceptos Innovadores Avanzados de la NASA (NIAC = NASA Innovative Advanced Concepts), un programa que pretende convertir la ciencia ficción en un hecho científico a través del desarrollo de tecnologías pioneras

La representación de este artista muestra un vehículo robótico blando del becario Mason Peck en la solicitud NIAC 2015 Phase I para entornos planetarios en misiones que no se pueden lograr con sistemas de energía convencionales. Se asemeja a un calamar, con estructuras similares a tentáculos que sirven como «recolectores de energía» electrodinámicos cosechando energía de los campos magnéticos locales cambiantes. El objetivo es permitir la exploración anfibia de las lunas de los gigantes gaseosos, como Europa. Créditos: NASA / Cornell University / NSF

Las propuestas elegidas cubren una amplia gama de diseños de invenciones, seleccionados por su potencial para transformar las misiones aeroespaciales futuras. Esta tecnología innovativa es promisoria para acelerar el progreso de la NASA hacia sus objetivos de exploración más allá de la órbita baja de la Tierra, y misiones a un asteroide y Marte.

«Las últimas selecciones de NIAC incluyen una serie de conceptos impactantes», dijo Steve Jurczyk, administrador asociado para la Dirección de Misión Tecnología Espacial (STMD = Space Technology Mission Directorate) en la sede de la NASA en Washington. «Estamos trabajando con los innovadores americanos para reimaginar el futuro de la industria aeroespacial y enfocar nuestras inversiones en diseños para hacer frente a los desafíos de intereses actuales, tanto en el espacio y en la Tierra.»

Los premios de NIAC Fase I se valoran en aproximadamente u$s 100.000, proporcionando a los premiados los fondos necesarios para llevar a cabo un estudio de nueve meses de definición y análisis inicial de sus diseños. Si los estudios básicos de viabilidad tienen éxito, los premiados pueden solicitar los premios de la Fase II, por un valor de hasta u$s 500.000 para dos años adicionales de desarrollo de conceptos.

«La mayoría de los candidatos finales de la 2.015 NIAC Fase I eran excepcionales, y elegir sólo 15 de ellos resultó ser un reto», dijo Jason Derleth, encargado del programa NIAC. «Estamos ansiosos por ver cómo cada nuevo estudio va a empujar los límites y explorar nuevos enfoques; que es lo que hace único al NIAC.»

Una de las propuestas seleccionadas propone el uso de un rover robótico blando para misiones que no es posible lograr con los sistemas de energía convencionales. Este vehículo explorador se asemejaría a una anguila con una antena corta en su parte posterior que cosecha la energía de los cambios de los campos magnéticos locales. El objetivo es permitir la exploración anfibia de las lunas de los gigantes gaseosos, como Europa.

Otra propuesta verá de usar dos vehículos aéreos planeadores no tripulados conectados por un cable ultra-fuerte a diferentes altitudes que navegan a vela, sin propulsión. El vehículo usaría la frontera de viento en la estratosfera inferior (a aproximadamente 18.000 metros). Similar a una cometa (barrilete, en Argentina) surfista, en la que la aeronave superior ofrece fuerza de ascenso y empuje aerodinámico, y la aeronave más baja proporciona una fuerza contra el viento para evitar que se derive por el viento. Si tiene éxito, este satélite atmosférico podría permanecer en la estratosfera durante años, permitiendo a las misiones científicas de la Tierra de la NASA monitorear capacidades o navegación de aeronaves a una fracción del costo de las redes de satélites orbitales.

La Cryogenic Reservoir Inventory by Cost-Effective Kinetically Enhanced Technology (CRICKET) empleará un nuevo concepto de movilidad para explorar las regiones en sombra permanente (PSR = Permanently Shadowed Regions) en la Luna. Los volátiles almacenados en zonas polares lunares y en otros cuerpos (como el hidrógeno, el nitrógeno y el agua) son importantes no sólo para la ciencia, sino también para la exploración en el contexto de utilizar recursos in situ (ISRU = In Situ Resource Rtilization). CRICKET considera diferentes arquitecturas para robots simples, relativamente económicos, que operan como miembros de una colmena para explorar las PSR, localizar las áreas donde hay hielo de agua en o cerca de la superficie, y transmite esta información a la Tierra. CRICKET considera diferentes criterios para moverse en la superficie en un enfoque biomimético: rastreadores, saltadores y robots pequeños del estilo de pelotas de futbol, un diseño llamado buckey-bot en el que varias de las caras actúan como almohadillas para impulsar el bot a través de la superficie. En el Buckbot APL, una cara está equipada con sensores para buscar la presencia de agua y otros volátiles, tanto en estado libre como en compuestos. El concepto CRICKET consta de tres elementos, cada uno llevado a la mayor simpleza posible: un orbitador (la «reina» para recolectar datos, controlar la ubicación y la comunicación), un transporte (la «colmena», para la recolección de datos, la navegación, la fuente de energía y la dispersión en el superficie), y los «crickets» (grillos). Cada elemento es una extrapolación razonable de los existentes CubeSat y/o de tecnología comercial. Cada grillo lleva unos pequeños espectrógrafos SWIR (Short Wave Infra Red = Infrarrojos de Onda Corta) y Ultravioleta Lejano en diseño MEMS (Microelectromechanical Systems = Sistemas microelectromecánicos), lámpara de xenón, una prosbosis con elemento de calefacción y bigotes para la caracterización de los compuestos volátiles. Se utilizan varios grillos para lograr un mapa de alta resolución y para mitigar el riesgo de fracaso.

La NASA solicita conceptos visionarios a largo plazo para el desarrollo tecnológico basados en su valor potencial para misiones espaciales futuras y actuales. Los proyectos son elegidos por medio de un proceso de revisión que evalúa su posible enfoque, técnica y beneficios que se puedan realizar en un plazo razonable. Todos los conceptos están en un ciclo de desarrollo muy temprano, y representan varias áreas de tecnología, incluyendo la propulsión de aeronaves, de soporte de vida humana, instrumentos científicos, conceptos robóticos únicos, y la exploración de otros caminos de tecnología diversa necesarios para cumplir con los objetivos estratégicos de la NASA.

Las primeras inversiones y asociaciones de la NASA con científicos con visión de futuro, ingenieros y ciudadanos inventores de todo el país proporcionará dividendos tecnológicos y ayudará a mantener el liderazgo de Estados Unidos en la economía global de tecnología.

 

 

NIAC forma parte del Directorio de Misiones de Tecnología Espacial de la NASA, que innova, desarrolla, prueba y lleva a su vuelo hardware para su uso en futuras misiones de la NASA. Durante los próximos 18 meses, la Dirección hará nuevas inversiones importantes para hacer frente a varios retos de alta prioridad en la consecución de una exploración segura y asequible del espacio profundo.

Para obtener una lista completa de las propuestas seleccionadas y más información acerca de CANI, visite: http://www.nasa.gov/niac

Fuente: NASA. Aportado por Eduardo J. Carletti

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Una colaboración entre la NASA y Microsoft permitirá que los científicos "trabajen en Marte"

La NASA y Microsoft desarrollan un programa de «telepresencia» simulada llamado OnSight, una tecnología de punta que les permitirá a los científicos trabajar de manera virtual en Marte utilizando el sistema «vestible» HoloLens de Microsoft

Desarrollado por el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, el sistema Onsight le dará a los científicos una manera de planificar y llevar adelante operaciones científicas en el Planeta Rojo junto con el vehículo en Marte Curiosity.

«Onsight le da a nuestros científicos del vehículo robot la capacidad de caminar y explorar Marte desde sus oficinas», explica Dave Lavery, encargado del programa de la misión Mars Science Laboratory de la NASA en Washington. «Esto fundamentalmente cambia nuestra percepción de Marte, y cómo entender el ambiente que rodea al robot en Marte.»

Onsight utilizará los datos del rover y extenderá las herramientas de planificación que ya existen en la misión Curiosity creando una simulación en 3D del entorno marciano, en la que podrán encontrarse científicos de todo el mundo. Los científicos que son parte del programa podrán examinar el lugar de trabajo del robot desde una perspectiva en primera persona, planear nuevas actividades y obtener una visión previa de los resultados de su trabajo.

«Creemos que Onsight mejorará la manera en que exploramos Marte y compartimos este recorrido de exploración con el mundo», dice Jeff Norris, director del proyecto OnSight del JPL.

Hasta ahora, las operaciones con el robot requieren que los científicos examinen las imágenes de Marte en una pantalla de computadora, y hagan inferencias acerca de lo que están viendo. Pero las imágenes, incluso siendo en 3-D, carecen del sentido natural de la profundidad que emplea la visión humana para comprender las relaciones espaciales.

El sistema utiliza el procesamiento holográfico Onsight para superponer la información de los datos visuales del rover en el campo de visión del usuario. El procesamiento holográfico suma la vista del mundo físico con imágenes generadas por computadora para crear un híbrido de lo real y lo virtual.

Para visualizar este reino holográfico, los miembros del equipo de la misión Curiosity contarán con el dispositivo HoloLens de Microsoft, que los rodea con imágenes del sitio de operación del robot en Marte. Entonces ellos pueden pasear por la superficie rocosa o agacharse para examinar los afloramientos rocosos desde diferentes ángulos. La herramienta aporta acceso a los científicos e ingenieros que quieren interactuar con el ambiente de Marte en una forma más natural y humana.

«Antes, nuestros exploradores de Marte se la han pasado pegados a un lado de una pantalla de computadora. Esta herramienta les ofrece la capacidad de explorar los alrededores del rover de una manera mucho más similar a como lo haría un geólogo en la Tierra», explica Norris.

La herramienta Onsight también será útil para planificar las operaciones del robot. Por ejemplo, los científicos pueden programar la actividad de muchos de los instrumentos científicos del rover mirando hacia un objetivo y usando gestos para seleccionar comandos del menú.

El esfuerzo conjunto para desarrollar Onsight con Microsoft creció de una asociación permanente para investigar los avances en la interacción humano-robot. El equipo del JPL responsable de Onsight está especializado en sistemas para el control de robots y naves espaciales. La herramienta ayudará a los investigadores a entender mejor el medio ambiente y espacio de trabajo de las naves espaciales robóticas; algo que puede ser muy dificultoso teniendo en cuenta su conjunto tradicional de herramientas.

El JPL planea comenzar las pruebas de OnSight en la misión Curiosity a finales de este año La aplicación en el futuro puede incluir la próxima misión de vehículos robóticos Mars 2020 y otras aplicaciones de soporte de la exploración de Marte por la NASA.

 

 

JPL dirige el Proyecto de Laboratorio de Ciencia de Marte para el Directorio de Misiones Científicas de la NASA en Washington, y construyó el proyecto del rover Curiosity.

Fuente: JPL. Aportado por Eduardo J. Carletti

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Una nueva forma de llegar a Marte en forma segura, barata, y en cualquier momento

La captura balística, un método de baja energía que ha puesto naves espaciales en órbita lunar, podría ayudar a la Humanidad visitar el planeta rojo mucho más a menudo

Llevar una nave espacial a Marte es bastante complicado. Los costos de transporte pueden elevarse a cientos de millones de dólares, incluso se debe despegar durante las «ventanas de lanzamiento«: las alineaciones orbitales óptimas de la Tierra y Marte que sólo ocurren alrededor de cada 26 meses. ¿El gran aportante a esta situación? Las llegadas al Planeta Rojo, que son para poner los pelos de punta. Una nave espacial lanzada a muchos miles de kilómetros por hora tiene que pisar el freno con fuerza, disparando retrocohetes para ponerse en órbita. Este encendido puede requerir cientos de kilogramos de combustible extra, llevados con gran costo desde la Tierra, y viene aparejado con una cierta probabilidad de fracaso que podría enviar a la nave a pasarse a toda velocidad o a ponerla, incluso, en curso directo hacia Marte.

Este método de fuerza bruta para alcanzar la órbita, llamada transferencia de Hohmann, le ha servido suficientemente bien a las agencias espaciales que históricamente han contado con grandes fondos. Pero en una época de restricciones presupuestarias el precio de la transferencia de Hohmann y su riesgo inherente es una limitación.

Ahora una nueva investigación establece una forma más suave y segura para alcanzar la órbita marciana, sin estar limitados por las ventanas de lanzamiento o vaciar las cuentas bancarias. Llamada captura balística, podría ayudar a abrir la frontera marciana para más misiones robóticas, futuras expediciones tripuladas, e incluso esfuerzos de colonización. «Es una revelación», dice James Green, director de la División de Ciencias Planetarias de la NASA. «Podría ser un paso bastante grande para nosotros, y realmente nos ahorra recursos y espacio, que es lo que siempre estamos buscando.»

La premisa de una captura balística: en lugar de disparar hacia la ubicación orbital en la que Marte estará cuando la nave espacial se le reúna, como se hace convencionalmente con las transferencias de Hohmann, se lanza una nave espacial hacia la órbita de Marte como para que vuele por delante del planeta. Aunque los costos de lanzamiento y de viaje siguen siendo los mismos, en el escenario no Hohmann se elimina el gran disparo de retrocohetes y la necesidad de dar exactamente en el blanco en Marte. Para la captura de balística, la nave navega un poco más lento que el propio Marte mientras el planeta sigue su giro orbital alrededor del Sol. Marte finalmente arrastra a la nave espacial, enganchándola gravitacionalmente en una órbita planetaria. «Esa es la magia de la balística de captura, es como volar en formación», dice Edward Belbruno, investigador asociado visitante en la Universidad de Princeton y co-autor, junto con Francesco Topputo de la Universidad Politécnica de Milán, de un documento que detalla el nuevo camino a Marte y la física que implica. El documento, publicado en arXiv, se ha presentado a la revista Celestial Mechanics and Dynamical Astronomy.

«Una danza delicada»

La captura balística, también llamada transferencia de baja energía, no es en sí misma una idea nueva. Cuando estaba en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA un cuarto de siglo atrás, Belbruno expuso el método de inserción orbital que ahorra combustible y costo para llevar sondas a la Luna. Una nave japonesa, llamada Hiten, lo aprovechó por primera vez en 1991, al igual que la misión GRAIL de la NASA, lanzada en 2011.

Belbruno elaboró la manera de hacer que las gravedades en competencia de la Tierra, el Sol y la Luna tiren suavemente de una nave espacial para ponerla en la órbita lunar deseada. Los tres cuerpos pueden ser considerados como creadores de unas depresiones en forma de cuenco en el espacio-tiempo. Alineando la trayectoria de una nave espacial a través de esos cuencos, de modo que el impulso cede lo largo del camino, una nave espacial puede, simplemente, «rodar» por fin hasta el cuenco pequeño de la Luna, entrando en órbita sin utilizar combustible. «Es una danza delicada,» dice Belbruno.

Desafortunadamente, obener una maniobra similar en Marte (o en cualquier otro lugar) parecía imposible porque la velocidad del planeta rojo es mucho mayor que la de la Luna. Parecía no haber manera de conseguir que una nave espacial frenara lo suficiente para deslizarse en la depresión gravitatoria en el espacio-tiempo de Marte debido a que el «cuenco» —que no es tan profundo, para empezar—, era en sí mismo un objetivo en movimiento demasiado rápido. «Me di por vencido en esto», dice Belbruno.

Sin embargo, cuando fue consultado recientemente por Boeing Corp., la principal contratista para el Sistema de Lanzamiento Espacial de la NASA, que está destinado a llevar a la humanidad a Marte, Belbruno, Topputo y sus colegas tropezaron con una idea: ¿Por qué no ir cerca de Marte llevado por la corriente? La navegación de un vehículo espacial en una trayectoria orbital en cualquier lugar a un millón a incluso decenas de millones de kilómetros más adelante del Planeta Rojo haría posible que Marte (y su cuenco gravitatorio de espacio-tiempo) facilitara la aproximación de la nave, y posteriormente permitiera que la nave fuese capturada balísticamente. La empresa Boeing, intrigada por este nuevo camino hacia Marte, financió el estudio, en el que los autores pusieron a calcular algunos números y desarrollaron modelos para la captura.

Expandiendo nuestros horizontes marcianos

La captura balística no es la única técnica de ahorro de combustible para entrar en órbita. En otro enfoque, llamado aerocaptura, la nave espacial que llega se sumerge en la atmósfera marciana y deja que la fricción se «coma» algo de su exceso de velocidad, en lugar de depender exclusivamente de un gran encendido de combustible para lograrlo. Este método, sin embargo, requiere un pesado protector de calor, que añade masa extra y por lo tanto agrega costo en el despegue, compensando el ahorro en combustible con respecto a una transferencia de Hohmann a la llegada. La captura balística, dice Topputo, es «más lenta y más suave.»

Por lo tanto, la captura balística ofrece muchas ventajas sobre los enfoques actuales para arriba a Marte. Además de evitar el alto consumo de combustible de una transferencia Hohmann, por ejemplo, se reduce el peligro para la nave porque ella ya no debe desacelerar en «el tamaño de una moneda de diez centavos» que es la ajustada ventana hacia Marte, correr el riesgo de pasarse o golpear contra su destino. El enfoque también reduce en un 25 por ciento la necesidad de combustible para el viaje en general, dice Belbruno, en una estimación aproximada. Esa reducción se podría utilizar para ahorrar dinero, pero también podría, a cambio, permitir cargas útiles más grandes a precios comparables. Llevar más masa a la órbita marciana entonces puede significar tener más vehículos robóticos, más suministros o lo que usted lleve a la superficie. «Lo que queremos es hacer apalancamiento [captura balística] para poner más masa en el suelo», dice Green. «Ese es el sueño.»

Evitar la necesidad de enviar el cohete durante las escasas ventanas de lanzamiento también sería una gran cosa, porque los retrasos en el lanzamiento son muy frecuentes. Pasarse una ventana puede significar dejar es espera una misión a Marte durante dos años, más el desperdicio de los costos de preparación del lanzamiento.

¿Para robots tanto como cuerpos?

La captura balística viene junto a un montón de advertencias, por supuesto. Un tiro recto con frenado brusco en Marte lleva alrededor de seis meses, mientras que un viaje que dependa de la captura balística llevaría un adicional de varios meses. La altitud de captura sin encendido de combustible también es bastante elevada, unos 20.000 kilómetros sobre Marte, mucho más allá de donde fueron instalados los satélites científicos para escudriñar el planeta de cerca. Pero llevando un poco de combustible extra, entonces se puede bajar con suavidad una nave espacial en forma balística colocándola dentro de órbitas estándar científicamente valiosas, de unos 100 a 200 kilómetros, como las logrados con las transferencias Hohmann, o incluso seguir adelante hacia la superficie marciana para un aterrizaje.

Para las misiones tripuladas, la transferencia balística sería un arma de doble filo. Por un lado, al reto de transportar personas a Marte se sumaría el de viajes más extensos. Ya estamos preocupados por los exploradores con destino a Marte volviéndose locos al estar apretados dentro de una lata durante seis meses, por no hablar de «empaparse» inaceptablemente de altas dosis de radiación del espacio. Por esa razón, las misiones robóticas parecen ser las primeras beneficiarias potenciales de las nuevas transferencias de bajo consumo de Belbruno y de Topputo.

Por otro lado, debido a que desaparece la necesidad de engancharse con las ventanas de lanzamiento, la captura balística podría mantener un flujo constante de suministros hacia el planeta. Cualquier esfuerzo de habitar Marte por un tiempo extenso probablemente dependerá de material de la Tierra, por lo menos hasta que se establezca una agricultura y manufactura autosuficientes. «La captura balística sería una buena manera de enviar suministros a Marte antes de la misión tripulada», dice Belbruno, «o como parte de una [misión]».

James Green, de la NASA, está de acuerdo. «Esto [la técnica de captura de balística] no sólo podría aplicarse aquí para el logro robótico, sino también para la exploración humana final», dice. En consecuencia, Green organizó en octubre una nueva charla de Belbruno con el personal del Centro Espacial Johnson de la agencia acerca de cómo las misiones tripuladas podrían explotar el concepto.

Incluso más cerca en el camino, la captura balística sería perfecta —dice Belbruno— para colocar satélites en órbitas «areoestacionarias», lo mismo que geoestacionarias sólo que en Marte (también conocidas como Ares). El resultado: ¿redes marcianas de Internet y de telefonía celular para todos? Si la nueva transferencia de baja energía funciona en Marte, podría, en teoría, también ampliarse para llevar material a granel a cualquier mundo en el Sistema Solar.

 

 

Es cierto que la investigación de este potencial avance todavía está en una fase inicial, teórica. El trabajo en curso incluye la reelaboración de los cálculos de la física factorizando influencias más pequeñas en una nave espacial con destino a Marte que la atracción de la gravedad del propio Marte, como la atracción gravitacional de Júpiter. Green de la NASA dijo que prevé que la agencia querrá probar las transferencias de captura balísticas en Marte en la década de 2020.

Belbruno tiene sus dedos cruzados. «Se pensaba que el camino a la Luna que encontré en 1991 era, quizás, la única aplicación de mi teoría», dijo. «Estoy muy entusiasmado con este resultado marciano.»

Fuente: Scientific American. Aportado por Eduardo J. Carletti

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