May actuará con el grupo Tangerine Dream, liderado por Edgar Froese. Interpretarán temas basados en ondas acústicas llegadas desde las estrellas
Cuando Brian May, el guitarrista, fundador del grupo Queen y también astrofísico de profesión, habla del Cosmos, deja traslucir su pasión por el espacio exterior y por quienes le han visitado. «Cuando era pequeño, soñaba con ser astronauta, con ir al Universo», recordaba en un encuentro con la prensa en Tenerife, en el marco del Starmus Festival.
May no ha conseguido su sueño, pero este viernes tendrá la oportunidad de rasguear las cuerdas al ritmo de las estrellas. Será en el Sonic Concert, en el Palacio de Congresos Magma de la isla canaria, un acontecimiento único en el que May y el mítico grupo Tangerine Dream, con su líder, Edgar Froese, a la cabeza interpretarán unas composiciones basadas en las ondas llegadas a la Tierra desde los astros estelares. «Es una oportunidad única. No sé si de aquí saldrá un disco y no se cómo sonará, pero con el talento de Edgar estoy convencido de que nos comunicaremos a través de las ondas del Universo», señala May.
Los pioneros del espacio, entre el público
Y si único será el encuentro, también será excepcional el público que les escuche. Allí, en primera fila, estarán Neil Armstrong, el primer humano que pisó la Luna, y Alexei Leonov, el primero que salió de una cápsula al espacio enganchado con un cable. Y muy cerca, otros muchos astronautas y cosmonautas, y los astrónomos más prestigiosos con varios premios Nobel.
May, rector honorífico de la Universidad John Moores de Liverpool, pasó un tiempo en el Observatorio del Teide antes de licenciarse en Física y Astronomía en Londres, en 1968. Pero su guitarra pudo más que el telescopio y hasta 2006 no retomó su tesis, aunque nunca había dejado de mirar a las estrellas.
En el Starmus Festival, y tras un primer intento fallido cuando se inauguró el Gran Telescopio de Canarias, logrará por fin casar sus dos pasiones, y para ello cuenta de su colaboración con Tangerine Dreams, que se han encargado de componer esta música cósmica.
Música y ciencia
Para Froese, «la música es la forma más abstracta del arte y lo que se trata es de transmitir a través de ella la abstracta información que consigue la ciencia». May añadía que la música es una nueva forma de abordar el misterio de dónde venimos y hacia dónde vamos.
Fue el astrofísico Garik Israelian, promotor del Starmus e investigador de las ondas estelares, quien proporcionó a estos músicos míticos el material que había recogido observando el Cosmos. «Eran sonidos duros y puros. Pensamos añadirles música y nada más, pero al final los dividimos en secuencias por sus frecuencias. Salvo el sonido del Sol, que es muy duro. Con él creamos una señal eléctrica a la que añadimos ritmos. Queríamos sincronizar los planetas con nuestros instrumentos. Pero la fuente original es el Universo. Sus ruidos no son más que sonidos musicales sin organizar», explica Froese.
Hasta ahora, Israelian ha logrado identificar las ondas acústicas emitidas por 15 estrellas diferentes. Son sonidos regulares, pero distintos. Así, explica que las estrellas tipo Sol se ‘escuchan’ en ultrasonido, muy bajo. «Es como si fuera un piano, pero 20 tonos por debajo, así que con los instrumentos adecuados podemos hacerlo audible», asegura.
Para May, que Israelian haya logrado reunir a tantos viajeros al espacio en Canarias «es otro sueño porque nunca pensé que podría hablar con quien ha pisado la Luna, personas que tienen la conciencia de la Tierra alterada porque la han visto en la distancia».
Fuente: El Mundo y otros sitios. Aportado por Eduardo J. Carletti
Más información:
- El tecladista de Rata Blanca une música y ciencia ficción en su nuevo disco
- Escuchando la música del cerebro
- La música de Saturno
- La música del Sol
- La nave Cassini descubre música en los anillos
- Canciones de amor
- Investigadores españoles traducen código genético en música
- El increíble theremin – Sección Zapping de Axxón, número 223
- Ondas en el Sol – Sección Zapping de Axxón, número 244
- La música cerebral no es muy pegadiza