Un experimento europeo a bordo de la estación espacial demuestra que un liquen terrestre puede sobrevivir al vacío y a la radiación espacial
El espacio exterior es hostil, muy hostil. Mucho más hostil de lo que nos imaginamos. Cuando los astronautas viajan por él lo que hacen es llevarse un pequeño remedo de la Tierra con ellos. Una atmósfera parecida a la terrestre y unas condiciones de temperatura que hagan posible la vida. Pero aún así están sometidos a mucha radiación. La radiación UV, X gamma y las partículas de alta energía son muy peligrosas para la vida, así como los cambios extremos de temperatura que se experimentan a la sombra o al sol allí arriba.
En órbita baja los astronautas cuentan con la protección de la magnetosfera terrestre para parar las partículas cargadas a alta velocidad que proceden del Sol o las que constituyen parte de los rayos cósmicos. Más allá no cuentan con ello. Se ha llegado a plantear la construcción de magnetosferas artificiales para hacer posible un viaje a Marte.
Un viaje más allá de nuestro sistema solar sería imposible debido a que el efecto acumulado de las radiaciones, y de las mutaciones que eso implica, destruiría toda vida compleja, sobre todo humana. Pero, ¿y otras formas de vida más simples? ¿Pudo alguna forma de vida viajar por el espacio y “sembrar” la Tierra con vida? Para poder responder a estas preguntas se diseño el experimento Expose-E, que se colocó en el exterior del módulo Columbus de la estación espacial. Con este experimento se pretendía saber la resistencia al vacío, a los rayos UV y cósmicos y las variaciones de temperatura de diversas formas de vida terrestres. Al parecer un tipo de liquen parece prosperar incluso en esas condiciones. Un módulo igual, el Expose-R, todavía permanece allí desde que fue colocado por una misión rusa.
En la Tierra la vida ha colonizado cada rincón de este planeta, incluso en los ambientes más extremos. Hay vida incluso en la corteza terrestre a miles de metros de profundidad. Esto ha hecho pensar que en Marte pudo haber vida en algún momento.
Expose-E fue lanzada a bordo de la lanzadera espacial en 2008 y fue instalado en la estación espacial. En él había 664 muestras biológicas y bioquímicas en diversas bandejas, cajas y compartimentos que fueron expuestas durante 18 meses a las duras condiciones espaciales.
Parte de las muestras fueron expuestas al vacío espacial, mientras que otras tenían una atmósfera que simulaba la marciana en presión y composición. La “sección marciana” contenía además filtros que simulaban la radiación que llega a la superficie de Marte. También había partes que estaba sombreadas.
El liquen Xanthoria elegans resultó ser el mejor superviviente. Recordemos que los líquenes son una asociación entre un hongo y una alga (a veces una cianobacteria fotosintética). Esta especie en particular se encuentra en los lugares más inhóspitos de la Tierra, cuando les cambia a condiciones peores pasan a algo así como una animación suspendida a la espera de mejores condiciones. Basta añadir un poco de agua y devolverlo a su lugar para que vuelvan a prosperar.
El ingrediente clave en este proceso de supervivencia espacial es el agua. En las condiciones de vacío espacial se evapora casi al instante, dejando a los organismos totalmente deshidratados. En esa condición son capaces de resistir el resto de las condiciones espaciales. Además de los líquenes muy pocos animales o plantas resisten el vacío: tardígrados y una especie de camarón son capaces, así como el mosquito africano Polypedilum vanderplank. Algunas semillas de plantas también resisten si están lo suficientemente secas.
El hecho de que algunos organismos resistan a las duras condiciones espaciales avala la posibilidad de que se dé la panspermia. Idea según la cual, la vida podría viajar de un planeta a otro a bordo de meteoritos. Sin embargo, lo peor no es el viaje en sí, sino las duras condiciones de reentrada e impacto sobre la superficie del planeta destino.
Por desgracia la nota de prensa no dice nada más acercas de las demás muestras y de aquellas sometidas a condiciones marcianas. ¿Prosperan los organismos terrestres en las duras condiciones marcianas? Si es así cabe plantearse una misión de sembrado de Marte por parte de los humanos, sería el primer experimento panspérmico de la Historia.
Fuente: Neofronteras. Aportado por Eduardo J. Carletti
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