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Primer plano de la zona poceada en el "corazón" de Plutón

La secuencia fue tomada por el instrumento Long Range Reconnaissance Imager (LORRI) cuando a la nave le faltaban sólo 13 minutos para el momento de máxima aproximación a la superficie de Plutón

El 14 de julio la cámara telescópica en la nave espacial New Horizons de la NASA tomó las imágenes de mayor resolución jamás obtenidas del intrincado patrón de los «pozos» a través de una sección de la notable región en forma de corazón de Plutón, informalmente llamada Tombaugh Regio. La imagen es parte de una secuencia tomada por la cámara de reconocimiento de largo alcance de la sonda New Horizons (LORRI) cuando la nave pasó a 15.400 kilómetros de la superficie de Plutón, a sólo 13 minutos antes de la hora de máxima aproximación.

Los científicos de la misión creen que estas misteriosas depresiones se pueden formar por una combinación de la fractura del hielo y la evaporación. La escasez de cráteres de impacto superpuestas en este área también lleva a los científicos a concluir que estos hoyos -típicamente de cientos de metros de ancho y decenas de metros de profundidad- se formaron hace relativamente poco tiempo. Su alineación proporciona pistas sobre el flujo de hielo y el intercambio de nitrógeno y otros materiales volátiles entre la superficie y la atmósfera.

 

 

La secuencia fue tomada por el instrumento Long Range Reconnaissance Imager (LORRI) cuando a la nave le faltaban sólo 13 minutos para el momento de máxima aproximación a la superficie de Plutón. El pequeño recuadro en la visión global muestra la sección de la región reflejada en la esquina sureste de la capa de hielo gigante informalmente llamada Sputnik Planum. La vista ampliada cubre 80 por 80 kilómetros de extensión. La gran estructura en forma de anillo en la parte inferior derecha de la vista ampliada -y la más pequeña en la parte inferior izquierda- pueden remanentes ser de cráteres. El cuadrante superior izquierdo de la imagen muestra la frontera entre la capa de hielo de Sputnik Planum, relativamente lisa y la zona llena de pozos, que exhibe una serie de colinas que se forman ligeramente dentro de esta inusual «costa».

Fuente: NASA. Aportado por Eduardo J. Carletti

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Investigadores explican sus teorías sobre los manchones brillantes de Ceres

El planeta enano Ceres, el objeto más grande del principal cinturón de asteroides, entre Marte y Júpiter, sorprendía hace unos meses a los científicos con la aparición en su superficie de unas intrigantes manchas blancas brillantes, de origen desconocido. Ahora, un equipo de investigadores del Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar en Goettingen, Alemania, ha logrado arrojar luz sobre el misterio gracias a las imágenes obtenidas por la nave Dawn de la NASA

Las fotografías llegadas desde la nave Dawn han descubierto que aunque la superficie de este mundo es oscura como el asfalto, existen 130 manchas claras, con un brillo que varía desde el del hormigón al de un océano helado. Estas áreas brillantes suelen aparecer en cráteres de impacto. Las mediciones espectrales sugieren que probablemente están compuestas de sulfatos de magnesio hidratado, aunque otras composiciones son posibles. El estudio científico identificó este material brillante como una especie de sal. Un segundo estudio sugiere la detección de arcillas ricas en amoníaco, lo cual plantea interrogantes sobre cómo se formó Ceres.

Ceres tiene más de 130 áreas brillantes, y la mayoría de ellas están relacionados con cráteres de impacto. Los autores del estudio, dirigidos por Andreas Nathues en el Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar, Göttingen, Alemania, escriben que el material brillante es consistente con un tipo de sulfato de magnesio llamada hexahidrita. Un tipo diferente de sulfato de magnesio es familiar en la Tierra en forma de sal de Epsom.

Nathues y colegas, utilizando imágenes de cámara de encuadre de Dawn, sugieren que estas áreas ricas en sal se quedaron atrás al sublimarse el hielo de agua en el pasado. Los impactos de asteroides habrían desenterrado la mezcla de hielo y sal, dicen.

«La naturaleza global de los puntos brillantes en Ceres ‘sugiere que este mundo tiene una capa de subsuelo que contiene hielo de agua salobre'», dijo Nathues.

Las primeras manchas visualizadas poco antes de que la sonda Dawn llegara a su destino el pasado marzo se encuentran en el centro del cráter Occator, de 90 km de ancho y 4 de profundidad. En esa época se formularon todo tipo de hipótesis sobre su presencia: ¿serían volcanes? ¿Depósitos de sal? ¿Rocas aflorando a la superficie? ¿O masas de hielo?

Según explican los autores del nuevo estudio, que publica este miércoles la revista Nature, el piso de este cráter contiene un agujero central cubierto de material brillante que muestra evidencias de la sublimación de agua helada que provoca nubes de bruma, probablemente hechas de hielo y partículas de polvo, que aparecen y desaparecen a un ritmo diurno.

Se muestra al planeta enano Ceres en estas representaciones en falso color, que pone de relieve las diferencias en los materiales de superficie. Se utilizaron imágenes de la nave espacial Dawn de la NASA para crear una película de Ceres en rotación, seguido de una vista de sobrevuelo del Cráter Occator, sede del área más brillante de Ceres

 

 

Ya el pasado mayo la NASA adelantaba que los misteriosos puntos de luz sobre la superficie de Ceres podían deberse al «reflejo de la luz del Sol sobre un material altamente reflectante en la superficie, posiblemente hielo».

Estos resultados implican que Ceres es el primer cuerpo grande del principal cinturón de asteroides que muestra una actividad de sublimación como un cometa, lo que, para los investigadores, es consistente con la noción de que el hielo existe en muchos lugares del Sistema Solar.

Fuente: NASA. Aportado por Eduardo J. Carletti

Polémica ley de EEUU sobre minería en los asteroides

Ya existen compañías estadounidenses estudiando la viabilidad de una aventura así y buscando los asteroides más idóneos. Pero para seguir invirtiendo dinero en este campo, quieren garantías de que podrán quedarse con los minerales que obtengan. Su presidente acaba de dárselas.

Los recursos minerales de nuestro planeta no son ilimitados. Ciertos materiales utilizados para fabricar dispositivos tecnológicos comienzan ya a escasear debido a la creciente demanda por parte de las empresas. En otros cuerpos celestes abundan las llamadas tierras raras y otros preciados materiales en cantidades que acabarían con los problemas de suministro si estuvieran a nuestro alcance.

Parece una idea imposible de llevar a cabo pero, ¿y si fuera posible? En EEUU hay ya empresas trabajando para intentar obtener fuera de la Tierra minerales y otros recursos, como el agua, pues creen que dentro de unos años será tecnológicamente posible explotarlos comercialmente. En concreto, han puesto sus ojos en los asteroides.

Compañías como Planetary Resources y Deep Space Industries estudian la viabilidad de este negocio y buscan los asteroides más idóneos. Pero para seguir invirtiendo dinero en este campo, quieren garantías de que podrán quedarse con los minerales que obtengan. Obama acaba de dárselas.

EEUU ha aprobado una polémica ley que reconoce el derecho de sus ciudadanos a ser los propietarios de los recursos procedentes de cuerpos celestes que exploten en el futuro. El congreso estadounidense dio luz verde hace dos semanas al U.S. Commercial Space Launch Competitiveness Act (H.R. 2262). Faltaba la firma de Barack Obama, que ha llegado esta semana.

La aprobación de la norma ha sido recibida con entusiasmo por parte de los responsables de Planetary Resources. Eric Anderson, cofundador y codirector, ha declarado que esta nueva «legislación propiciará el desarrollo sostenible del espacio».

«Debemos eliminar de nuestra economía regulaciones innecesarias que cuestan demasiado dinero y dificultan a los innovadores americanos crear empleo», declaró el senador Marco Rubio, uno de los que ha respaldado el texto legal. «Los norteamericanos dispuestos a invertir en minería espacial necesitan tener la seguridad de que legalmente podrán quedarse con los frutos de su labor. Y esta ley les ofrece esa seguridad», ha asegurado el congresista Bill Posey.

Y es que la nueva ley estadounidense resuelve de forma unilateral una cuestión que inquietaba a los empresarios de ese sector. Si se pudieran explotar cuerpos celestes, ¿a quién pertenecerían los recursos que se obtuvieran? Ahora, este texto legal dice que será de los estadounidenses. Otra cosa será lo que opinarán el resto de las naciones. Porque aunque hasta ahora el hombre sólo ha pisado la Luna, durante la Guerra Fría, la comunidad internacional firmó varios acuerdos impulsados por Naciones Unidas para asegurar el uso pacífico del espacio. En octubre de 1967 entró el vigor el Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, que proporcionó un marco para el desarrollo del derecho del espacio.

Uno de sus artículos especifica que ningún cuerpo celeste podrá «ser objeto de apropiación nacional por reivindicación de soberanía, uso u ocupación, ni de ninguna otra manera». Otro párrafo dice que «la exploración y utilización del espacio ultraterrestre […] deberán hacerse en provecho y en interés de todos los países, sea cual fuere su grado de desarrollo económico y científico […]». ¿Viola la nueva ley de EEUU los principios recogidos en el tratado de la ONU? ¿Es este acuerdo internacional aplicable también a las empresas o sólo a los países?

Álvaro Giménez Cañete, director de Ciencia y Exploración robótica de la Agencia Espacial Europea (ESA), se muestra cauto a la hora de valorar los aspectos jurídicos de esta ley: «Se trata de cuestiones políticas y de derecho internacional espacial. Para tratar estos asuntos tenemos a las Naciones Unidas pero, de momento, son sólo cuestiones teóricas», explica. Y es que, aunque Giménez cree que «algún día llegaremos a los asteroides», se muestra rotundo a la hora de afirmar que «estamos lejos» de poder hacer minería en ellos: «Ahora es irrealizable».

También Javier Gómez Elvira, investigador y ex director del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA), cree que «todavía se está muy lejos de poder poner en marcha una actividad de este tipo». «En cualquier caso, a mí me parece que no hay que oponerse a una actividad de este tipo fuera de la Tierra. Lo único es que habría que hacerlo de una forma más controlada que en nuestro planeta: estudiando detalladamente la zona a explotar, obteniendo toda la información científica posible y basándose en ella, determinar si es utilizable para minería o no», explica el científico a través de un correo electrónico. No obstante, considera que «no debería ser propiedad de ningún país».







LA MISIÓN DE LA NASA PARA ATRAPAR Y ESTUDIAR UN ASTEROIDE

Pese a que son una potencial fuente para obtener minerales, los asteroides representan sobre todo un peligro para el hombre por el riesgo de que impacten contra la Tierra. La NASA está diseñando la controvertida y multimillonaria Asteroid Redirect Mission, que consistirá en identificar un asteroide adecuado, atraparlo, acercarlo a una órbita lunar y enviar una nave tripulada para que los astronautas lo exploren y tomen muestras. La agencia de EEUU espera llevar a cabo en los años 20 esta multimillonaria misión con la que, asegura, ensayarán tecnologías para intentar desviar rocas peligrosas y técnicas de aterrizaje para explorar Marte.

Fuente: El Mundo. Aportado por Eduardo J. Carletti

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